Cuando estoy enfadada, triste, preocupada, he tenido un mal día en el trabajo…he discutido o simplemente me digo: “hoy no ha sido mi día”, ¿sabéis qué lo arregla un poco? La práctica de algún ejercicio.
En mi caso: salir a trotar o a caminar a paso ligero con mis auriculares y mi música preferida.
El ejercicio tiene grandes beneficios sobre nuestro estado mental y emocional. Porque, el ejercicio nos hace sentirnos mejor, nos hace más FELICES.
Los que saben de esto, dicen que está científicamente probado que la “culpa” la tienen las endorfinas.
El ejercicio físico nos ayuda a sentirnos mejor porque estimula la producción de estas proteínas. Estas sustancias producen una analgesia natural, nos reducen el dolor y estimulan los centros del placer del cerebro, aliviando el dolor y el malestar, y creando una sensación de euforia.
El stress y la fatiga que nos produce el ejercicio son los causantes de estas endorfinas.
Otra sustancia responsable de este bienestar después de realizar ejercicio es la serotonina, sustancia que influye en nuestro estado de ánimo, liberándose tras realizar actividad física o ejercicio, sobre todo al aire libre. Produciendo esa sensación de calma que se tiene después de haberte cansado al realizar un esfuerzo.
Otra de las “culpables” de sentirnos mejor es la dopamina, la dopamina es una hormona, es la que nos permite experimentar una sensación placentera tras hacer ejercicio, lo cual va a crear una unión, un vínculo, entre este sentimiento de placer y la actividad que nos empuja a continuar con dicha actividad, nos “engancha”.
A la dopamina se le relaciona con las adicciones, pues el consumo de drogas como la cocaína, el tabaco o el alcohol libera dopamina.
Las personas que practicamos a menudo ejercicio lo echamos en falta si no podemos realizarlo y siempre decimos “estamos enganchados”.
Pero ya sé que es fácil decirlo, sobre todo para una persona que lo practica y sé que es realmente difícil empezar a practicarlo de manera regular sino tienes ese hábito.
Os acordáis cuando escribí, en anteriores entregas, las preguntas: ¿qué, cómo, cuándo y con qué frecuencia? Pues, ahí está la clave.
Además, ahí van unos pequeños trucos para comenzar:
Dejad la ropa preparada para ir al gimnasio, piscina, yoga, etc. (lo que hayáis decido que más os gusta o conviene), junto a la puerta de la salida de vuestro domicilio, si dejáis preparada la ropa, os costará menos decidiros.
Anotad la actividad física que hayáis hecho esos días, cuando se trata de hacer ejercicio regularmente la clave es convertirlo en un hábito.
Pensad en empezar por algo que os guste mucho y que no suponga mucho esfuerzo, yo por ejemplo empecé con un día a la semana caminando y trotando 10 minutos por mi zona. Pensareis “no es nada”, “que poco”, y es cierto, era algo sencillo y por ello fue más fácil convertirlo en una rutina.
Por último, deciros que el ejercicio, para mí, actúa como un potenciador de mi estado de ánimo, tengo “adicción“(ja, ja) al ejercicio, cada vez la sensación de euforia es mayor y si además te pones metas y poco a poco las vas consiguiendo la sensación de bienestar aumenta.
Así que recordad: el ejercicio te hace más feliz.
¡Animo!
Itxaso Arévalo
La verdad es que tal como lo planteas con tanta chute-feliz-hormona circulando, no entiendo como estoy ahora mismo sentada escribiendo esto. ¡ A por ellas!
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Suscribo todo lo que dices, Itxaso. Pero yo tengo un problema: como ya soy un poco viejo siempre me duele algo y en no pocas ocasiones me impide hacer el ejercicio que necesito para mantener mi glucosa a raya. Y sin ejercicio, controlar los niveles es tarea casi imposible.
Pero gracias por tus ánimos. Que muchos los aprovechen!!!
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Un cuelgue muy saludable y ademas no hacemos mal a nadie.
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