Hablando de medicamentos

Muchas son las ocasiones en las que para mantener nuestra enfermedad a raya tenemos que tomar medicamentos. Nuestra relación con ellos suele ser contradictoria: por una parte sabemos de la necesidad que tenemos de tomarlos y de que ellos nos ayudan a mantener una calidad de vida determinada pero Por otro lado, no nos suele gustar tener que tomarlos y nos sentimos de alguna manera «encadenados» a ellos. De alguna manera conocer más y adoptar una serie de hábitos respecto a los fármacos que tomamos puede hacer que esa «relación» entre ellos y nosotros mejore. Aquí os hacemos algunas recomendaciones.

Conoce los medicamentos que tomas. O por lo menos lleva un documento en el que consten por escrito. Seguro que tu médico o enfermera de referencia te puede aportar un listado u hoja de prescripcion crónica con los nombres y posologia de los medicantos que tomas. Los nombres de los medicamentos no suelen ser fáciles de recordar pero es conveniente hacer un esfuerzo por ello. Es mucho más útil dar un nombre que hablar de «esa pastillita blanca, redondeada» Puede evitar muchos errores.

Conoce para que sirve lo que estás tomando. No hace falta ponerse a estudiar medicina ni entrar en muchos detalles. Los medicamentos basicamente tienen un limitado número de objetivos. Están aquellos que pueden curarnos, ninguno en las enfermedades crónicas, pero puede que tengamos que tomarlos ocasionalmente, p.e. los antibióticos en una infección. Otro grupo serían aquellos que nos pemiten eliminar o controlar un síntoma en concreto, p.e. los que tomamos para el dolor. En un tercer grupo estarían los fármacos que logran mantener la enfermedad bajo control, o enlentecer su enfermedad, como por ejemplo los fármacos antihipertensivos, los inhaladores en una enfermedad pulmonar crónica, etc..Por último a veces es necesario tomar medicamentos que sirven para disminuir el riesgo de complicaciones como pueden ser los anticoagulantes orales cuando se tiene una arritmia. En estos 4 grupos podemos englobar casi la totalidad de los medicamentos que tomamos. Os animamos a hacelo y veréis como es una manera sencilla de saber que fármacos son más fundamentales que otros y porque son apropiados que los tomemos.

¿Qué tengo que notar? Esta sencilla pregunta puede evitar muchos errores o desconfianzas. Cada vez que un profesional sanitario nos recete un medicamento, tendríamos que tener claro cual es el efecto que se espera de él, cuando tenemos que empezar a notarlo, que vamos a notar (a veces nada, por ejemplo en  los que tomamos para tratar una hipertensión arterial), cuales son los efectos secundarios más frecuentes y que debemos hacer si aparecen. Si estos efectos secundarios remiten, son importantes o solo molestos (o las dos cosas), etc….

Los medicamentos son personales e intransferibles. Conviene que tengamos guardados los medicamentos en una caja propia, no compartida con nadie más de la familia para evitar errores y confusiones en las tomas. Conviene asimismo que guardemos las cajas de los envases. Conviene que no «compartamos» medicación con más gente del hogar, ni que  tomemos medicaciónes por nuestra cuenta sin consultar con un profesional sanitario, aunque no los haya recomendado alguien «al que le pasa lo mismo que a nosotros y me ha dicho que le ha ido muy bien»

Consulta y aporta . No te quedes con dudas ni tomes decisiones sin antes tenerlas habladas con el médico o la enfermera. Dejar medicaciones de modo brusco puede tener efectos perjudiciales, algunos efectos indeseables que notas pueden ser transitorios o compensan por el beneficio que te aportan, etc… Hazle saber al profesional tu disposicion a implicarte en el tratamiento de tu enfermedad y comparte con él o ella tus opiniones para tomar las decisiones mas adecuadas en cada momento y aquellas que ambos veais más factibles.

Por último, no hay medicamentos buenos ni malos. Los medicamentos sos sustancias que tienen unos efectos determinados, generalmente beneficiosos, otras veces indeseables o claramente perjudiciales. Están indicados en situaciones concretas y para cada persona. La indicación de tener que tomarlos corresponde al personal sanitario, pero la responsabilidad de hacer un uso correcto de ellos es de la persona que lo toma.

Iñaki Etxebarria

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