Información sanitaria y fuentes potables.

“Revertir la Diabetes si es posible”  ,“El consumo moderado de cerveza puede influir en la prevención y control de la Diabetes”,  “Aconsejan el consumo moderado de cerveza para prevenir diabetes” , y así decenas de titulares espectaculares nos bombardean día sí y otro también, como cantos de sirena para quienes la ortodoxia médica nos aconseja mantenernos lejos del alcohol, y a raya con las grasas y los hidratos.

Y es que no es fácil desgranar el trigo de la paja en la enorme cantidad de información que día a día se genera  en todas partes del mundo y que por mor de las tecnologías de la comunicación se cuelan en nuestra casa vía radio, televisión  o a un simple clic de ratón.

Pero, ¿qué hay detrás de toda esta maraña de artículos, programas, libros, videos y demás formatos tanto analógicos como digitales? Pues lo obvio, en la mayor parte de los casos son grandes intereses económicos que nos incitan al consumo de un determinado producto o servicio, en otros búsqueda de notoriedad por parte de sus autores, y solo en algunos, no sé si pocos o muy pocos, información “potable” digna de ser consumida sin riesgos especiales.

Mantenerse bien informado, sin obsesiones, sobre cuestiones de salud, características de nuestra enfermedad crónica, cuidados, tratamientos y nuevos conocimientos, es una actitud muy proactiva y saludable. Y, ¿cómo saber si lo que nos trasmiten tiene o no la “potabilidad” suficiente para que resulte segura? Esa es la cuestión y no tiene una respuesta ni simple ni sencilla, dado que en ocasiones ni en la propia comunidad científica hay unanimidad de criterio, en otras, lo que ayer era blanco hoy es negro y viceversa, y siempre, lo que es bueno para unos no tiene por qué serlo para otros necesariamente.

Entonces, ¿de quién y de qué nos podemos fiar? Tampoco se trata de poner a todo el mundo bajo sospecha o de vivir en la paranoia permanente, y sí guiarnos por algunas normas sencillas que orienten nuestro discernimiento, como por ejemplo: ampliar la información sobre el autor de la información, si es un profesional de la salud, o la fuente es una institución sanitaria, una sociedad científica o una asociación reconocida. Conocer el origen de la información nos puede ayudar a considerar la información como más o menos fiable.

Si el sitio web (portal, blog, foro o cualquier otro formato) es una página avalada por una institución sanitaria pública o privada de prestigio, medios de comunicación especializados y/o divulgadores reconocidos, posiblemente la información sea de gran calidad. También conviene tener en cuenta si la información es reciente o no, ya que en muchos casos los descubrimientos van quedándose obsoletos a medida que hay otros nuevos que los superan.

En definitiva, que es probable que tengamos más de una y de dos dudas sobre si la información sanitaria que nos encontramos en los medios es fiable o rigurosa, incluso que pueda resultar totalmente falsa, y que en tales casos siempre estará bien que la contrastemos con el personal sanitario de confianza, que podrá ayudarnos a considerar si la información es “potable” o si debemos  tratarla con filtros adecuados.

Anjel Irastorza

 

2 responses

  1. Pingback: ¿Quieres conocer una nueva web de información sanitaria fiable? | Osasun Eskola Blog

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