Llega el verano y con él el calor, la vitalidad, las actividades al aire libre, la piscina, o la playa.
Es el momento del año en el que podemos disfrutar más de pasear relajadamente con los amigos, de tomar algo sentados en una terracita.
Volvemos a casa mucho más contentos de lo habitual y con los pies hinchados la mayoría de las veces…
Nuestros pies, esa zona extrema que casi no miramos a no ser que nos duela.
Este es el momento también de ocuparnos más de ellos si cabe, porque es un periodo más delicado debido al calor y al cambio de calzado.
La diabetes puede causarnos daño en las pequeñas terminaciones nerviosas y en los pequeñísimos vasitos sanguíneos que riegan los pies.
Este daño puede causar sensación de”acorchamiento” y reducir la sensibilidad.
Como resultado de este daño es posible que los pies no se curen con facilidad si se produce una herida, una ampolla o cualquier otra lesión.
En los talleres de Paciente Activo enseñamos lo importante que es mantener los pies en buenas condiciones y que debemos hacer para mantenerlos. Vamos a recordar lo más importante.
- Lo primero REVISAR LOS PIES TODOS LOS DIAS.
- Buscaremos posibles rozaduras, ampollas, sequedad, moratones o cortes.
- Rozaduras y ampollas se producen por el roce de la piel desnuda contra el calzado
- Sequedad se produce por el hecho de llevar los pies al aire durante más tiempo y por el calor. Pueden aparecer grietas, sobre todo en los talones y la zona externa de los pies. Estas grietas se pueden convertir en cortes.
- Vigilaremos también las zonas de entre los dedos y debajo de los dedos porque también se pueden producir grietas, en esta ocasión por un exceso de sudoración o un mal secado tras la ducha o el baño en la playa o la piscina.
- Si no vemos bien todas las zonas pidamos a alguien que nos mire.
¿Como prevenir los daños?
- Elegir un calzado adecuado: cómodo, flexible y de material transpirable. Que se ajuste bien sin apretar
- Evitaremos así en gran medida los roces y las ampollas.
- El mejor momento para comprar calzado es a la tarde, los pies están más dilatados y si los zapatos no aprietan en ese momento luego tampoco lo harán.
- No se aconseja el uso de sandalias a los diabéticos, pero si se usan, que sea siempre con calcetines, que deben ser transpirables y sin elásticos que se ajusten en exceso para evitar el efecto “faja”
- Los paseos por la playa o la piscina tampoco se aconseja que se realicen descalzos, por el riesgo que existe de cortes y rozaduras. Si no queremos renunciar a pasear por la arena que sea con escarpines o sandalias que protejan lo más posible el pie. Nunca con chanclas. Pero si decidimos pasear descalzos NO olvidar revisar los pies al salir del agua y quitar la arena que se haya podido introducir entre los dedos y debajo de ellos con mucho cuidado.
- Ponerse protección solar en los pies, se queman con más facilidad de lo que parece.
- Al llegar a casa revisaremos los pies por si se ha producido algún corte.
- Y es el momento de lavar los pies con agua tibia para quitar restos de cloro y sal que deshidratan secar con esmero entre los dedos y debajo de ellos sin frotar, ejerciendo presión.
- Ahora toca HIDRATAR. Hacerlo todos los días después del lavado pero sin poner crema entre los dedos. Puede dar lugar a maceraciones y heridas
- No olvidar tampoco el cuidado de las uñas. El corte debe ser recto, sin que ninguna uña ejerza presión sobre el dedo de al lado. Cortar siempre con tijeras romas, nunca con tijeras que tengan punta y después limar.
- Si a pesar de todos estos cuidados apareciera alguna heridita, ampolla o corte la limpiaremos aplicamos un desinfectante y sin dudar acudiremos a la consulta de enfermería para que nos indiquen la mejor manera de resolver el problema
Deseo a todos un verano vital, feliz y libre de problemas.
Magdalena Vázquez