Acaba el verano

Acabo de leer los post de mis compañeras que nos hablan del retorno a la normalidad tras las vacaciones de verano. Expresan maravillosamente los sentimientos que todos tenemos, o hemos tenido alguna vez en esta época del año. Hablan de melancolía

Y no quiero dejar pasar la oportunidad de daros otro enfoque.

Mis recuerdos y mi realidad presente difieren de éstos.

Recuerdo la alegría por el retorno. El gusto que me producía pisar las primeras hojas secas, los olores diferentes a los del verano, los cambios intensos en el mar, las grandes olas y el frio cuando salías del baño en la playa que hacía que te envolvieras en la toalla con autentico placer.

El reencuentro con amigos y compañeros. El conocimiento nuevo, el aprendizaje.

Es el momento de volver a empezar

Y empezar de nuevo nos ofrece oportunidades nuevas

Todos sabemos que en esta época nos hacemos nuevos propósitos.

Nuestra nueva oportunidad de crecer, de madurar, de volver a las rutinas que nos facilitan la vida.

Todo lo que nos sucede, todos los sentimientos, tienen dos caras diferentes.

Os invito a que miréis el otro lado

El de las oportunidades.

No vamos a olvidar los errores, los tendremos presentes para recordar lo que NO QUEREMOS para nuestra vida.

En los talleres de Paciente Activo aprendemos la forma de darle la vuelta a las cosas.

No tenemos que pensar en lo que fue, pensemos en lo que será.

Cuando nos sintamos atacados por la melancolía, pongamos música alegre que nos saque de ese sentimiento.

Vamos a pasear, mas abrigados si, para que nuestro cuerpo se sienta mejor y se relaje con el ejercicio. Nada más agradable que pasear notando el aire frio en la cara con el cuerpo calentito.

Con el mal tiempo también llega el momento del ocio en casa.

Vamos a aprovechar para cocinar más y más sano. Si hacemos participes de ésta actividad a toda la familia se convierte en algo lúdico y relajante. Y si hasta ahora no hemos cocinado es la oportunidad de hacerlo y descubrir un mundo nuevo de sensaciones

Demos gracias a la vida por las nuevas oportunidades, que son muy reales.

No pensemos en la dificultad, vamos a pensar que si hemos fallado y caído, nos levantaremos con más fuerza. Y que cada vez que caemos tenemos la oportunidad de ver una piedra nueva de la que nos debemos alejar.

Respiremos hondo, como hemos aprendido en los talleres. La relajación es inmediata tras varias respiraciones.

Y si pese a todo seguimos teniendo sentimientos de pérdida o frustración..busquemos el apoyo de las personas que se encuentran en nuestra misma situación. Un rato de charla, de compartir dificultades y problemas, de compartir soluciones y trucos, diluye los malos sentimientos inmediatamente.

El verano es un momento amable en el que se relajan rutinas, nos sentimos más inclinados a permitirnos licencias sin que nos hable mal nuestra conciencia… éste ha terminado, pero dentro de unos meses volverá a ser verano.

Magdalena Vázquez

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