Vulnerabilidad

¿No os pasado alguna vez, ante un control policial, que habéis sentido cierto temor a que os paren y os interroguen aun siendo conscientes de que no habéis hecho nada y de que no tenéis nada que temer? ¿No habéis tenido cierta sensación de inquietud o de malestar en esos momentos? Es un mecanismo mental que siempre me ha parecido de lo más curioso, como curioso me parece detectar que algunas veces parece que sucede algo similar en algunas salas de espera de centros sanitarios. Si repasamos todas las situaciones en las que experimentamos sensaciones similares, siempre se puede identificar alguna figura de autoridad.

No dejaría de ser una anécdota si no fuera porque además de la inquietud y el miedo suelen aparecer otras sensaciones como sentirse juzgado, sentirse culpable, sentirse inferior, sentirse violentado, y en ocasiones, sentirse  incluso menospreciado.

Cuando tratamos de asuntos como nuestras enfermedades y nuestra salud, un momento lleno de sensaciones como las anteriormente descritas no solo no beneficia sino que es bastante perjudicial. Si a la cantidad de información que muchas veces recibimos en una consulta con la enfermera o el médico, le sumamos la dificultad para entenderla, nuestras preocupaciones personales y nuestros temores, no solo a las consecuencias de nuestra enfermedad si no al trato que podemos recibir, podemos concluir que las posibilidades de terminar definiendo la experiencia como positiva son escasas

Me gusta pensar que esta dinámica de relaciones es algo cultural. De este modo, evito personalizar. Las relaciones en el entorno sanitario han sido así desde siempre, con figuras de autoridad y relaciones desiguales, y cambiar ese modo de funcionar cuesta. Cambiar es trabajo de todos. Es complicado entrar a debatir quien tendría que dar el primer paso o quien tendría que cambiar más o poner más esfuerzo, pero caminar hacia una cultura en la que pacientes, familiares y profesionales sanitarios se vean unos a otros como aliados en busca de un mismo fin o meta forma parte del futuro.

Decía alguien hace poco: «yo, como supongo que os pasa a vosotros, cuando voy a la consulta del médico me siento muy vulnerable» Y de eso se trata, de entender que en esas circunstancias la pelea pioritaria  es por alcanzar un entorno, cómodo, acogedor, en el que la persona se tenga que preocupar «solamente» por lo que de verdad importa, que son las decisiones que tiene que tomar para mejorar el manejo de su enfermedad o su nivel de salud o de los que le rodean

Iñaki Etxebarria

 

2 responses

  1. Q identificada m veo con su discurso….somos nada ante unos terrorista d pluma estilográfica Q deciden si te dejan vivir….o si r dan calidad s vida. O por el contrario pasan s ti como d la muerda y les da igual q te podrás d por vida con 54 años postrada en una cama sin mover un dedo. . Un abrazo

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    • ¡Hola Aurora!
      Sentirse y estar en situación de vulnerabilidad es una carga añadida a otras muchas que una enfermedad crónica conlleva. De ahí la importancia de crear entornos donde podamos sentirnos cómodos y que eso nos ayude. Son muchas vivencias las que tenemos como consecuencia de padecer una enfermedad crónica, y todas nos tienen que servir para reflexionar y mejorar.
      Gracias por comentar

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