Hacerse propósitos semanalmente y evaluar de manera compartida su cumplimiento, es una de las herramientas fundamentales que se utiliza en los talleres del Programa Paciente Activo. A menudo lo comentamos en los post de este blog.
Hoy quiero haceros algunas sugerencias que se pueden tener en cuenta a la hora de formular estos propósitos. Es fundamental que percibamos con claridad que estén relacionados con la mejora de algún aspecto de nuestra salud. Salud, entendida desde una visión holística que integra nuestro cuerpo, mente y relaciones personales.
El propósito tiene que ser hacer algo que no hacemos habitualmente, o dejar de hacer algo que hacemos a menudo y no nos favorece. Normalmente estas acciones conllevan algún tipo de esfuerzo personal. Resultaría tramposo formularse propósitos sobre cosas que ya hacemos habitualmente con regularidad y que nos cuestan poco, que no supongan algo de nuevo reto. El autoengaño no es más que una manera de huir de nuestra responsabilidad.
Así que cuando afrontéis las “zonas de mejora” y vayáis a formularos propósitos, os invito a haceros estas preguntas:
1.- Pregúntate cual es el problema o lo que quieres mejorar. Por ejemplo, define que mi problema es ”que como patatas fritas casi todos los días”.
2.- Define tu propósito, ¿qué quieres hacer? o ¿qué quieres dejar de hacer o evitar? Obviamente, “comer menos patatas fritas” o “sustituir las patatas por lechuga”. Formúlalo siempre en términos positivos, evitando el “no”.
3.-Cuantifica cuanto y cuando lo vas a hacer, “cuatro días a la semana”, “entre semana”, “en los almuerzos”, “en las cenas”. Sé concreto. Visualizar que ya lo estás haciendo te puede dar perspectiva.
4.- ¿Lo puedo hacer yo mismo, o dependo de otra persona? Haz que dependa de ti , se autónomo para lograr ese propósito. El compromiso solo debe ser tuyo.
5.- ¿Hacerlo, puede afectarte en otra faceta de tu vida que te vaya bien? Evalúa si es perjudicial en algún aspecto de tu vida o resulte negativo a otra persona. Si fuese así, cambia de propósito o reformúlalo para que resulte sostenible.
Puede ser de ayuda pensar en alguna persona que conozcas y que haga muy bien lo que tu pretendes, que su comportamiento sea una referencia para ti. Y sobre todo, es muy importante a la hora de definir el propósito, que sea mucho más realista que ideal, que sea motivador, y para ello es mejor prescindir del típico “tengo que”.
Y finalmente, que resulte alcanzable El objetivo de una buena formulación de acciones es conseguir ni más ni menos, lo que nos proponemos. Y si no lo has conseguido, reformúlalo y vuelve a intentarlo las veces que sea necesario.
Que tengas buenos propósitos y los cumplas. Suerte.
Ánjel