Nire azken analisien ondoren, berriz hasi behar dut. Erraza da esatea, baina nola egiten da?
Después de mis últimos análisis (aquellos llenos de estrellitas) me toca volver a empezar. Esto resulta fácil decirlo, pero ¿cómo se hace?
Lehendabizi: Hasierako momentu txarra pasa eta ez hartu berealdiko erabakiak.
Primero: pasar el mal rato inicial. Cuando todo parece oscurecerse y las estrellitas de la hoja de analítica no iluminan nada y lo único que hacen es proyectar sombra sobre el día a día y el futuro es mejor (al menos para mí) no precipitarme tomando decisiones a la tremenda.
Gertatutakoa hausnartu. Ondo eta gaizki egindako gauzak kontuan izan eta ditudan baliabideak hausnartu.
Es momento de analizar qué me ha pasado y qué no me ha pasado, de detectar aciertos y fallos; fortalezas y debilidades. Es tiempo de valorar mis propios recursos (los que mejor y peor manejo) y de tener en cuenta los que la ayuda de otros me puedan sugerir o proporcionar.
Momentu txarrak pasa eta etorkizunerako ondorioak atera.
Los malos ratos también hay que pasarlos. De ellos se extraen orientaciones y conclusiones para el futuro. Pero hay que pasarlos, y dejarlos atrás. No vale la pena instalarme en ellos y acomodarme en la lamentación, el fatalismo o el victimismo. Eso es rendirse. Eso es entregar mi capacidad de decidir sobre mi vida a una enfermedad crónica, como si ya me hubiese ganado la partida. Yo no quiero vivir mi vida así
Berriz hastea erabaki.
Hay cosas para volver a empezar que dependen exclusivamente de mí, y, en especial la más importante: la voluntad de hacerlo convertida en decisión de hacerlo. Esa decisión no ha sido difícil. Tengo muy claro que quien debe tener en sus manos las riendas de mi vida soy yo, en todo. También en controlar mi diabetes. Nadie puede decidir eso por mí. Vale, lo tengo claro. Y, ahora ¿qué más?
Nire osasun zentroko sendagileak proposatu didan bezala diabeteseko unitatera joan.
Afortunadamente mi médico de asistencia primaria da un primer paso por mí: me propone que me valoren en la unidad de diabetes visto el mal control que estoy teniendo.
Bertan, nire diabetesa hobetzeko, informazioa, aholkularitza, eta tresna desberdinak eskeniko dizkidate.
Me pregunta si estoy de acuerdo y le digo que sí, ya que confío en ella (es de las que miran a la persona a los ojos y no sólo a la pantalla del ordenador durante la consulta) y creo que es la profesional que mejor me puede dirigir en este momento a dónde me brinden más información, asesoramiento y herramientas para mejorar el control de la glucosa en mi sangre. Me pide hora en la unidad de diabetes, pero en ningún momento siento que me esté “largando” al especialista y quiera desentenderse de mí. Quedo en volver para ir compartiendo los pasos que vayamos dando.
Diabeteseko uniatera joateko eguna iristen da.
Unos días después llega el momento de la primera cita en la unidad de diabetes del hospital. Nunca he acudido a esa unidad, así que voy con tiempo para localizar el sitio en ese pequeño gran laberinto que puede ser un hospital para quienes no trabajamos en él. Mientras espero voy repasando mentalmente lo que aprendemos en el programa Paciente Activo sobre “preparar la visita al médico”, no me da tiempo a mucho ya que a los pocos minutos se abre una puerta y se asoma un señor de bata blanca que me llama por mi nombre y me invita a pasar a su despacho.
Resulta que me ha tocado con el jefe de la unidad (no sé si eso es bueno o malo) que me recibe con mucha amabilidad. Se le nota que tiene experiencia en hacer que esa primera cita no se nos haga muy cuesta arriba a los debutantes y en pocos minutos la charla es fluida y confiada.
Kontsultan esandako bi esaldirekin geratzen naiz: “Momentu hauetan odolean duzun azukre kantitatea toxikoa da” eta “aholkuak eskeni diezaizkizuket baina zure esku dago”.
De las muchas cosas que me comenta y explica, me quedo con dos: “el nivel de azúcar que tienes en estos momentos en tu sangre es tóxico” y “te podemos ofrecer asesoramiento y consejo sanitario, pero el que decide y hace eres tú”.
La primera afirmación me deja preocupado ya que nunca hasta ese momento había visto el azúcar alto como un tóxico, vamos, como un veneno, que va deteriorando mi salud de una manera tan clara y gráfica.
La segunda me gusta y me sitúa de manera tranquila, ya que deja definida cuál será la dinámica de nuestra relación y el papel de cada uno en ella: él y el resto de la unidad aconsejan, asesoran y ofrecen herramientas; y yo soy quien tiene que asumir y llevar a cabo el trabajo diario de controlar adecuadamente el azúcar. Siempre he pensado que ese debe ser el esquema, y ahora me toca volver a empezar sabiendo cuál es mi papel en él y dónde tengo que centrar mis esfuerzos.
También me deja claro el doctor un punto que, en el fondo de mí, siempre he tocado muy de pasada, evitándolo, en la vana esperanza de que por no mentarlo, no llegaría a plantearse: la insulina rápida.
Azukrearen kontrol hobea nahi badut, intsulina azkarra jarri behar dudala esan didate, eta horrek ikara sortzen dit
Hasta ahora es algo que me resulta cómodo ya que sólo me inyecto la lenta antes de acostarme, sin que eso condicione ni interfiera con mis hábitos de vida. Pero parece que para un mejor control debo comenzar también a inyectarme insulina rápida, antes de cada comida, lo que me despierta temores, y dibuja en el horizonte de mí día a día bastantes interrogantes que tienen en común la sensación de incomodidad, molestias, dependencia y falta de libertad.
Hurrengo txanda 3 hilabetetarako eman dit.
Así que, con ese anuncio de que me tendré que inyectar antes de cada comida, me cita para dentro de tres meses, y para unos pocos días después con la educadora en diabetes, que es quien me explicará está nueva dimensión que va a tomar mi vida.
Continuará…
Juan Carlos Mendizabal
Pingback: Berriz hasten (III). Volviendo a empezar (III) | Osasun Eskola Blog: Paciente Activo Paziente Bizia