Diabeteseko hezitzailearekin lehenengo hitzordua eduki baino lehen hamaika zalatza sortzen zaizkit.
Primera cita con la educadora en diabetes. ¿De qué irá esto? ¿Me va a explicar en qué consiste la diabetes? ¿Me va a decir lo que tengo que hacer y lo que no tengo que hacer? ¿Me pondrá a dieta? ¿Me reñirá? ¿Me despejará las dudas y temores sobre el nuevo régimen de insulina? ¿Entenderé algo? ¿Me… yo qué sé?
Hospitalera iritsi, eta irrifar batekin jasotzen nau.
Muchas preguntas, unas desde la simple curiosidad, otras acompañadas de cierto temor o incertidumbre. Lo mejor para salir de dudas: acudir. Así que, con tiempo por aquello de tener unos minutos para repasar lo que quiero plantear, me voy para el hospital. Espera corta y para adentro. Me recibe con una sonrisa que ayuda a romper el hielo y a relajarme.
Intsulina eta karbohidratoei buruzko azalpenak jasotzen ditut.
No me explica qué es la diabetes. A estas alturas se supone que ya debo saberlo. Vamos derechos al grano: insulina rápida y contar unidades de hidratos y de los demás grupos de nutrientes. Eso es lo primero que tengo que aprender, que en eso es dónde me voy a jugar en adelante una buena parte de controlar o no el azúcar en mi sangre.
Larruazalpeko injekzioa denez, 0,8mm-ko orratza erabili beharrean, 0,5mm-koa erabili behar dudala esaten dit.
Comenzamos desmontando también alguna idea errónea que me acompaña hace tiempo: aguja de 0,8 o de 0,5 milímetros. Mejor 0,5: se trata de una inyección subcutánea y con la más larga corro riesgo de que sea intramuscular con lo que perdería efecto. Y como siempre, mantener unos segundos la pluma pulsada tras inyectar.
Hiru otordu nagusien aurretik, behatza ziztatu beharko dut eta ondoren, intsulina azkarra jarri emandako jarraibideak kontuan hartuz.
Insulina rápida. Antes de las tres comidas principales según lo pautado y corrección al alza o a la baja en función de dos factores: la cifra de azúcar con la que llego y la cantidad de hidratos que preveo en la comida. Y aquí ya van a cambiar los hábitos que he seguido hasta hoy.
Para tomar pastillas para la diabetes me bastaba con rellenar semanalmente el pastillero y acordarme de tenerlo a la vista en las comidas. Ni cálculos, ni decisiones, simple rutina mecánica.
Nire azukre maila zein den eta hartuko ditudan karbohidratoen kopurua zein izango den jakin ondoren, jarri beharreko intsulina azkarra kalkulatu beharko dut.
Ahora ya no. Primero tengo que obtener datos (pinchazo en el dedo, gotita de sangre en la tira reactiva, y a ver qué dice el medidor) y según el azúcar con el que llegue y a la vista de lo que preveo comer (especialmente las unidades de hidratos) debo calcular las unidades de rápida que necesito inyectarme. Vamos, que el tema va de tomar decisiones varias veces al día valorando diversas variantes. Necesito ser más proactivo con esto de la insulina rápida.
Todo esto precisa de una “impedimenta” o pack (lanceta, medidor, tiras, pluma de insulina, la chuleta con el baremo de insulina, la libretita para ir apuntando…) cuyo acarreo debo gestionar a diario. Y puede parecer una tontería, pero para los que gustamos y disfrutamos de ir con los bolsillos ligeros… (gracias a los bolsos de nuestras parejas…) esta es una primera “molestia” a gestionar.
También está el tema del faquirismo de pincharse los dedos para obtener la gotita de sangre para medir la glucosa en sangre por lo menos tres veces al día, todos los días.
Hasta ahora lo habitual (para mí) era un solo pinchacito mañanero, y no todos los días. El asunto es un poquito doloroso, no por un pinchazo, sino por la acumulación de ellos. Por mucho que alternemos, terminan dejando los dedos doloridos. No es insoportable, no, pero sí molesto, y no sólo físicamente.
Leo que Osakidetza va a proporcionar pronto (de momento a los menores) el sistema de parche en el brazo para medir el azúcar, que simplifica enormemente las mediciones diarias. Buena noticia que de momento alcanza a quienes creo que más lo precisan y que (crucemos los dedos) ojalá se vaya ampliando poco a poco al resto del colectivo.
Material ugari jasotzen dut Osakidetzaren eskutik. Zorionekoa eta benetan esker onekoa sentitzen naiz dugun osasun publikoarekin.
Ver la cantidad de material que recibo para el control del azúcar por parte de Osakidetza me resulta abrumador y siempre me siento afortunado y agradecido por contar con la sanidad pública de que disponemos. Debe ser mucho más complicado convivir con la diabetes en muchos sitios del mundo, y no sólo en el tercer mundo, sino también en lugares tan “avanzados” como los Estados Unidos dónde la sanidad está mayoritariamente en manos privadas.
Descubro también que realizar todo este “protocolo” de medición e inyección en casa o en el despacho (donde puedo gozar del espacio, la privacidad y el tiempo que resulten necesarios para hacerlo con tranquilidad) no es problemático; pero que hay ocasiones en las que me toca “jugar fuera de casa” y hay que improvisar, detectar momentos y oportunidades, buscar la privacidad imprescindible y actuar con eficacia y rapidez en situaciones un poquito adversas. No es un drama: pero hay que aprender también a gestionar esto, y al principio la expectativa de un viaje, o de una simple comida o cena fuera de casa conlleva también una pequeña incertidumbre y cierta tensión por saber cómo resolveré el asunto. Al final, siempre se resuelve.
Hasieran, sabelean ziztatzeak “errespetua” ematen badit ere, aste baten ondoren erreza egiten zait.
Surge el tema de en qué parte del cuerpo inyectarse la insulina y con él un cierto repelús que me da la idea de tener que inyectarme en el abdomen. La teoría está clara, pero de entrada me da un no sé qué… nunca lo he hecho. En una semana se me pasa y acaba pareciéndome sencillo y fácil.
Hemendik aste batzuetara, endokrinoarekin dut hitzordua.
Se me ha pasado volando la primera cita con la educadora, que es un encanto. Me ha proporcionado unas pautas claras, ha ido despejando mis principales dudas, y ahora me toca a mí poner en juego conocimiento y voluntad con estas novedades y, como siempre proactividad en la alimentación saludable, el ejercicio diario y el pensamiento positivo. Y en unas semanas, cita con el endocrino.
Jarraituko du…
Continuará…
Juan Carlos Mendizábal