Platon gehiago eta Prozak gutxiago. Más Platón y menos Prozac

Gaurkoan, “Platon gehiago eta Prozak gutxiako” liburua etorri zait burura. Egunerokotasunean ditugun oztopoak konpontzeko terapia filosofikoaren erabilera bultzatzen du.

Hoy ha venido a mi memoria un libro que leí hace años y que tuvo un notable éxito. Se llama “Más Platón y menos Prozac”. Para aquellos que no lo hayáis leído, os lo recomiendo encarecidamente. Se trata por una parte de una aproximación “práctica” a la filosofía y una crítica bastante ácida a la multitud de manuales de autoayuda que pretender vertebrar y solucionar nuestros problemas vitales en un par de cientos de páginas. Se aborda también la utilidad de la filosofía para abordar los problemas del día a día y se trata la opción de las terapias filosóficas (que no psicológicas) para resolver multitud de conflictos que inevitablemente van surgiendo en nuestro devenir por este mundo.

Medikuntzak ez du erantzuna denarentzat, eta botikek ez dituzte gaitz guztiak sendatzen.

Y venía todo esto a mi memoria recordando algún episodio personal en el que mi salud ha fallado o episodios en los que lo mismo les ha ocurrido a personas próximas a mi. Y esto no tiene nada de particular salvo que, en ocasiones tras practicar unos análisis médicos exhaustivos, llega un momento en el que la Medicina (con mayúsculas), no tiene respuesta para todo. No todo se puede arreglar con un tratamiento. No todo se cura tomando algún fármaco.

Gizartearen zati haundi batek, botiketara jotzen du ondo sentitzen ez direnean.

Hay una importante tendencia en parte de la sociedad (me atrevo a decir que es predominante en la tercera edad) a arreglar inmediatamente cualquier síntoma que da nuestro cuerpo de que algo va mal, a través de cualquier pastilla. Y ojo, ese no es siempre el camino, aunque parezca el más fácil.

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Ez nago tratamendu medikuen aurka eta ez naiz terapia alternatiboen defendatzaile sutsua ezta.

No seré yo desde luego quien se oponga a los tratamientos médicos clásicos porque mi mente racional me lo impide. Si me siento enfermar, os aseguro que lo primero que haré será acudir a mi médico de cabecera y seguir sus instrucciones. Tampoco soy un ferviente defensor de terapias alternativas (prefiero no citar ninguna por aquí aunque seguro que se os ocurren unas cuantas), ya que entiendo detrás de muchas de ellas se encuentra por un lado un importante interés económico por una parte y un paciente desesperado –y vulnerable-por la otra, dispuesto a hacer cualquier cosa para curarse.

Pero dejando clara mi postura, sí creo que nuestro cuerpo nos manda señales de que algo no marcha bien de las formas más variadas. Y esos síntomas, a veces aislados, en un diagnóstico diferencial nos llevan a pruebas y análisis que lo único que prueban son las enfermedades que NO tenemos. Que no es poco, dicho sea de paso.

Zerbait ondo ez doanean, (lanean arazoak, arazo ekonomikoak , maite dugun pertsonaren bat galtzean…) gorputzak seinaleleak bidaltzen dizkigu nahiz eta gaixotasunik ez eduki.

¿A dónde quiero ir a parar? Cuando las personas sufrimos un revés importante en nuestras vidas (la pérdida de un ser querido, problemas laborales, problemas económicos, problemas de pareja, y un larguísimo etcétera), nuestro cuerpo emite señales de que algo no marcha bien. En mi caso por ejemplo sufrí de febrícula durante una período de tiempo muy prolongado. A otras personas se les puede caer el pelo, otras adelgazan exageradamente, otras sufren problemas estomacales….

Gehiengoek arazoak botikekin sendatuko direla pentsatzen dugu, baina sintomak bakarrik hobetzen dira arazoa konpondu beharrean.

Y la mayoría de los mortales, ilusos como somos, pretendemos arreglar el problema con un fármaco, que en el mejor de los casos lo único que puede hacer es mitigar o atenuar el síntoma, en vez de actuar de raíz en el problema que nos lo provoca. En muchas ocasiones no somos capaces de relacionar nuestro problema con el síntoma físico que sufrimos .

¿Cuál es entonces mi apuesta? Pues es muy sencilla…según cómo se mire. En situaciones difíciles es cuando una persona se pone a prueba y sale a relucir la fortaleza o no que uno tiene; salen a relucir nuestras convicciones más profundas, nuestro proyecto de vida; aquellos asideros vitales si me permitís la expresión, que nos ayudan a distinguir lo importante de lo accesorio y que nos ayudan a sobrellevar nuestros problemas.

Adimena landu behar dugu.

Esta es mi solución: cultivemos nuestro intelecto. Reforcemos aquello que nos hace sentir bien. Algunas personas lo llamarán religión, otras lo llamarán filosofía y otras lo llamarán “X”, pero en cualquier caso la profundización hacia nosotros mismos, la labor de análisis interna y de introspección, nos permitirá, sin lugar a dudas sobrellevar mejor nuestros problemas y evitaremos (o mitigaremos) así que nuestro cuerpo  nos mande esas señales de “enfermedad”.

Platon edo Prozak, zeinekin geratzen zarete? Nik argi dut.

Así que, entre Platón y Prozac, ¿con quién os quedáis? Yo lo tengo claro 😉

Fausto Sagarzazu

 

4 responses

  1. Yo opino que ser fuerte ante las situaciones difíciles sería lo correcto. Creo que es mucho más difícil pero muchísimo más eficaz. De esta manera podremos gestionarnos mejor para problemas futuros. De la otra manera, tomándonos una pastilla, podremos hacer callar nuestras emociones pero no saldremos fortalecidos de la situación…. en mi opinión salimos más vulnerables….

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