Jarri zaporea bizitzari… baina pasa gabe! Ponle sabor a la vida… ¡pero sin pasarse!

Zenbat aldiz entzun dugu esaldi hau? Nire platerei gatz gehiegi botatzeaz gain, zapore gehiago edukitzeko hainbat produktu ere erabiltzen nituen.  

Toda la vida escuchando aquello de «Ponle sabor a la vida…» En casa, en la tele, en las canciones… y de tanto sabor que le he querido dar, me he pasado con la sal, las pastillas de caldo, el ketchup… u otro tipo de «alimentos» de cuyos nombres no me quiero acordar.

Etxean ni arduratzen naiz janaria prestatzeaz nire familia ondo elikatuta egoteko.

En el reparto de tareas de mi casa, yo asumí la responsabilidad de alimentar a mi familia, de que mis hijos estuvieran bien alimentados para que crecieran sanos y fuertes… y después de 17 años (la edad de mi hijo mayor), tras la formación recibida gracias al programa de Paciente Activo, me doy cuenta de que no lo estaba haciendo bien. ¡Qué disgusto el mío!

Entendí que el comer no siempre nutría; Que la nutrición, estaba más relacionada con el tipo de alimentos que incluíamos en nuestra dieta, que con el comer cuando teníamos hambre.

Paziente Biziko tailerretan parte hartu ondoren gauzak ez nengoela ondo egiten konturatu nintzen.

Nuestros desayunos, almuerzos o cenas… nada tenían que ver con el modelo de alimentación saludable que se nos propuso en los talleres.

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Gure otorduetan barazkiak eta lekak sartzen saiatu nintzen, baina beti bukatzen nuen hanburgesak eta patata frijituak prestatzen.

Pechugas de pollo, jamón, patatas fritas, hamburguesas o macarrones eran mis platos fuertes. Reconozco que lo intenté con la verdura o con las legumbres, pero mi cara en cada una de sus cucharadas, no convencía al resto de mi familia, con lo que tras varios intentos fallidos con trucos como el del avioncito o castigos del tipo de «si no lo comes ahora, te lo pongo para merendar«, me rendí. Me decanté por ver emocionados a mis hijos ante una hamburguesa con patatas fritas o una pechuga de pollo bañada en ketchup… por lo menos así sabía que hambre no pasaban.

Janariak zapore gehiago izateko gatza eta beste hainbait produktu erabiltzen nituen. Orain badakit gaixotasun desberdinak edukitzeko aukera ere handitzen nengoela!

Además, de tanto que quise darle sabor a mis comidas… me pasé con la sal y con las, para mi hasta entonces, mágicas pastillas de caldo. Nada tenían que ver mis platos con la pastillita o sin ella. Esa pastillita marrón, hacían que mis platos nos supieran a gloria… con lo que se las ponía al arroz, a las sopas o incluso a alguna salsa cuando me daba por ponerme creativa. Ahora sé, que ese sabor estaba aumentando mis posibilidades y las de mi familia, de sufrir hipertensión, insuficiencia cardíaca o retención de líquidos. ¡Almaaaaa, y yo sin saberlo!.

Gaur egun nire platerak, alaiagoak, dibertigarriagoak eta osasuntsuagoak dira.

Ahora soy consciente además, de que mis platos eran muy muy aburridos y que mi cocina podía ser mucho más creativa, divertida o colorida, a la vez que saludable. Tras la formación aprendí, que el naranja de la zanahoria, el verde de la lechuga o el amarillo del maíz, pegaban muy bien por ejemplo con mis hamburguesas; o que el pescado con unas patatas asadas y un poquito de ajo… quedaba riquísimo. Y la pechuga, ¿por qué no sustituir el ketchup, por el tomate frito hecho por mí?

Y sí… ahora también se, que las legumbres no tienen que ir mezcladas con los macarrones… que ese tipo de creaciones, sólo encajan en la sección de Guarrindongadas del programa de Robin Food.

He enseñado a mis hijos, que no se puede generalizar, y que el que no les guste el melocotón, no tiene que suponer que no les guste el plátano, el melón, la naranja o las uvas.

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Ya no nos quita la sed la Coca Cola… con lo que ya no está presente en nuestra mesa o en nuestra nevera, y lo hemos sustituido por el agua. Ha sido difícil… pero de momento nos mantenemos en esas. Tanto azúcar no nos estaba haciendo nada bien.

Programa honi esker, gai desberdinei buruz kontzientziatu naiz. Elikadurari buruzko informazio gehiago edukitzeaz gain, osasunari buruzko gauza gehiako ere badakizkit.

Y para finalizar… la verdad es que además de abrirme a mí los ojos, y no sólo en cuestiones alimenticias, este programa me ha servido para poder crear conciencia en otras mujeres gitanas que como yo, creíamos que estábamos criando a nuestras hijas e hijos de manera saludable, y que como yo, también, nunca habíamos podido recibir formación en cuestiones de salud de manera tan cercana y adaptada a nuestra realidad concreta.

¡Ojalá pudiera haber más programas como éste que nos llenen de sabor y color la vida!

Vanesa Fernández Montilla

 

3 responses

  1. Qué difícil es ser el cocinero o la cocinera en un hogar y mas si hay niños. Pero se puede, como aporta este post. Enhorabuena Vanesa por ese esfuerzo y por compartirlo, para que todos sepamos que tenemos herramientas para ello.

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