Desfibrilador ¿y tú, sabes usarlo?

Hace poco una compañera de blog, Esti, nos hablaba de las enfermedades cardiovasculares no son patrimonio exclusivo de los hombres.

Hoy voy a hablaros de algo que afecta tanto a hombres como a mujeres y que está muy relacionado con esas enfermedades cardiovasculares. Y comienzo haciendo una pregunta: ¿Seríais capaces de utilizar uno de esos desfibriladores que están en los espacios públicos?

Planteo esta pregunta como enfermo de corazón que lleva implantado un DAI (Desfibrilador Automático Interno) y por tanto no necesito en principio de esos otros desfibriladores, pero tengo la experiencia de la eficacia del que llevo continuamente conmigo.

Ante un infarto, una rápida atención puede salvar vidas. De hecho, triplica las posibilidades. Por ello es cada vez más habitual encontrar un desfibrilador en los centros comerciales o transportes públicos.

A pesar de ello, mucha gente no tiene la suficiente confianza en sí misma para darle a alguien que sufre una parada cardíaca la descarga eléctrica que puede salvarle la vida.

Tipos de desfibriladores

Hay dos tipos de desfibriladores: el DEA (Desfibrilador Externo Automático) y el DESA (Desfibrilador Externo Semi Automático). Son iguales con una diferencia: mientras que en el DEA, el aparato hace de forma automática la descarga si lo cree apropiado, en el DESA, indica a la persona que está utilizándolo que apriete un botón para que se produzca la descarga.

Los más comunes en espacios públicos son los que podemos identificar claramente bajo las siglas “DEA” (Desfibrilador Externo Automático). Básicamente, el “DEA” es un equipo capaz de analizar el ritmo del corazón, identificar si se está produciendo una arritmia que necesita una descarga eléctrica para tratarla y, en este caso, administrarla para conseguir que el corazón recupere su ritmo normal.

Resultado de imagen de DEA  y DESA

¿Cómo actuar ante un posible paro cardíaco?

En primer lugar, debemos pedir ayuda llamando al teléfono de emergencias 112. Esta llamada incorpora la localización de la persona que la está efectuando, lo que permite activar a los servicios de emergencias para que acudan al lugar.

Mover suavemente a la persona para ver si tiene algún tipo de respuesta; si es así, es probable que no se trate de una parada cardíaca.

Comprobar si respira. Puede resultar de ayuda, poner la mano sobre el pecho o acercar el oído al rostro de la persona.

Comprobar si tiene pulso. Puede hacerse palpando la zona de la muñeca o bien la zona lateral del cuello, justo por debajo del ángulo de la mandíbula. Es una técnica sencilla que puedes practicar en casa, ya que te puede resultar muy útil.

Si no respira o no tiene pulso, iniciar masaje cardíaco. En lo posible, es importante no interrumpir nunca el masaje.

Hacer un masaje cardíaco es muy fácil y no

es perjudicial. Hay muchos vídeos que pueden enseñarte.

Comprueba si hay un DEA disponible cerca y, si es así, sigue las indicaciones que te damos a continuación.

Cadena supervivencia

“DEA”: instrucciones de uso

Poner en marcha el desfibrilador, con el botón que se muestra de forma clara.

Una vez encendido, debemos escuchar las instrucciones que nos facilita el aparato.

Primero nos indicará que coloquemos los dos 2 parches adhesivos (están incluidos en el paquete del dispositivo) en el pecho de la persona que sufre el paro. En cada uno de los parches hay un dibujo que indica donde deben colocarse: uno de ellos cerca del hombro derecho y el otro, en la zona lateral izquierda, debajo del corazón.

Una vez colocados los parches, conectar el cable de éstos al aparato.

Seguimos realizando el masaje cardíaco hasta que el aparato nos indique que está analizando el ritmo cardíaco: en ese momento paramos unos segundos para escuchar lo que nos indica el aparato. El mismo aparato nos dirá: “analizando el ritmo cardíaco. No toque al paciente”.

Seguidamente, una vez que el aparato haya registrado el ritmo cardíaco del paciente, nos indicará los pasos a seguir: en caso de que esté indicada la desfibrilación lo indicará: “se recomienda dar la descarga” y a continuación anunciará: “cargando el aparato”. En estos momentos nadie debe tocar al paciente. Cuando el dispositivo esté listo para la descarga, nos indicará que pulsemos el botón que nos lo indica claramente.

Una vez efectuada la descarga, el aparato nos indica que prosigamos el masaje.

Pasados 2 minutos, se repite el ciclo: el dispositivo analiza el ritmo cardíaco del paciente y, si lo considera necesario, vuelve a aplicar una descarga.

No debes temer equivocarte ya que es el aparato el que decide si se aplica la descarga. Tú sólo debes apretar el botón que lo indica.

La única precaución que debemos seguir es no tocar al paciente cuando se administre la descarga.

Además del uso del “DEA”, conocer cómo actuar ante un posible paro cardíaco puede salvar muchas vidas. Ante todo, debemos que intentar tener calma y no dejar de actuar por miedo a equivocarnos. Hay que pensar que la persona que sufre una parada cardíaca se encuentra en una situación muy desesperada y que, por lo tanto, cualquier tipo de ayuda podrá ser beneficiosa.

Jose Cepero

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