Los antibióticos son medicamentos utilizados para tratar y prevenir las infecciones bacterianas.
El uso excesivo y el mal uso de antibióticos (además de las deficiencias en prevención y control de las infecciones) puede promover el desarrollo de bacterias resistentes a estos. Cada vez que una persona toma antibióticos, mueren las bacterias que son sensibles al antibiótico (o sea, las bacterias que éste todavía puede atacar) pero quedan vivas las bacterias resistentes, que pueden crecer y reproducirse. De esta manera, el uso de antibióticos puede aumentar la cantidad de bacterias que son resistentes a los fármacos.
Son las bacterias, y nos los seres humanos ni los animales, las que se vuelven resistentes a los antibióticos. Estas bacterias farmacorresistentes pueden causar infecciones en el ser humano y en los animales y esas infecciones son más difíciles de tratar que las no resistentes.
La resistencia bacteriana es un motivo de preocupación a nivel mundial. Actualmente, y cada vez más, están apareciendo nuevos mecanismos de resistencia. Esto tiene como consecuencia que la incapacidad para tratar infecciones aumente día a día. A largo plazo se da un aumento de número de enfermedades, y en consecuencia un aumento en el número de muertes.
Los antibióticos no son eficaces contra las infecciones virales como el resfriado común, la influenza, la mayoría de los dolores de garganta, la bronquitis y muchas infecciones sinusales (de los senos paranasales) y de oído. El uso extenso de antibióticos para estas enfermedades es un ejemplo de cómo el uso excesivo de antibióticos puede promover la propagación de resistencia a los antibióticos. El uso correcto de antibióticos es clave para controlar la propagación de esta resistencia.
La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria da las siguientes recomendaciones a nivel de la población general para un uso prudente de los antibióticos:
- Haga usted un uso responsable de los antibióticos; para conseguir, entre todos, una correcta utilización de los mismos.
- No solicite un antibiótico en la farmacia sin receta.
- No utilice antibióticos sin que se los haya prescrito un médico, evite automedicarse.
- No almacene antibióticos sobrantes en casa. Evitará un posible mal uso posterior.
- Cuando use un antibiótico hágalo a la dosis recomendada, a las horas indicadas y durante los días establecidos por el médico.
- Sin antibióticos no serían posibles los trasplantes, las cirugías ni el tratamiento para el cáncer. Úselos con prudencia.
- Si utiliza incorrectamente los antibióticos, usted y el resto de las personas pueden tener graves problemas en el futuro para combatir infecciones graves.
- Tenga en cuenta que la mayoría de infecciones respiratorias no requieren el uso de antibiótico.
- Cuando esté enfermo extreme las medidas de higiene. De ese modo evitará la transmisión de la infección a otras personas.
- No recomiende antibióticos a otras personas, especialmente a los niños.
Raquel Vignau
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