Gaurkoan janariari buruz hitz egingo dugu.
Elikagaiak era egoki batean mantentzea funtsezkoa da intoxikazioak saihesteko. 2011. urtean Belgikako gazte bat hil zen 5 egun lehenago prestatu eta airean laga zituen makarroi plater bat jateagatik
Elikagaien kudeaketa on bat egitea ere funtsezkoa da zaborretara ez botatzeko (heren batek zaborretan bukatzen du).
Zer egin dezakegu hau ez gertatzeko?
- Janarien eta otorduen plangintza egin.
- Erosketen zerrenda egin eta behar duzuna bakarrik erosi.
- Kontuz ibili kantitateekin.
- Janari gehiago erosten eta prestatzen badugu, izozkailuan gorde ditzazkegu.
- Asteburuetan janaria prestatzeko aprobetxatu.
- Garaiko produktuak erabili.
- Iraungitze datak kontuan izan.
- Eskeintzekin zuhurrak izan. Kontuan eduki produktu freskoak edo kontserbak diren.
Espero dut ideia hauekin lagundu izana.
On egin!
Hoy en nuestro blog vamos a hablar de comida. Nos centraremos en uno de los problemas del mal llamado primer mundo, que no es otro que el despilfarro de alimentos.
Hace unos pocos días salió en algunos medios de comunicación una noticia un tanto antigua (en concreto del 2011) en la que se informaba de la muerte de un joven belga que murió tras ingerir un plato de pasta con tomate que, tras haber sido cocinado y consumido parcialmente, se dejó al aire libre, sin ningún medio de conservación y fue ingerido cinco días después. La muerte de este muchacho fue un hecho excepcional causado por una intoxicación alimentaria provocado por una bacteria. Aunque hechos como éste, afortunadamente, son extraordinarios, cierto es que debemos de ser muy cuidadosos con lo que comemos en tanto en cuanto es nuestra responsabilidad conservar adecuadamente los alimentos que compramos y que después consumimos. Una mala gestión de esta cuestión desemboca de dos maneras posibles:
- Con un problema de salud (intoxicaciones alimentarias)
- Tirando alimentos a la basura
Y es precisamente sobre esta cuestión sobre la me gustaría compartir con vosotros unas cuantas ideas. ¿Sabíais que aproximadamente un tercio de los alimentos que se producen en el mundo acaban tirándose a la basura?
Es desde luego un dato alarmante, así que vale la pena que cada cual adquiera unos hábitos positivos en esta cuestión para que no contribuyamos a engrosar los números que os daba anteriormente.
¿Por qué se tira tanta comida a la basura?
Yo me atrevería a dar dos razones:
1.- Falta de organización a la hora de adquirir productos
2.- Errores de cálculo en cuanto a las cantidades de alimentos que adquirimos.
¿Y qué podemos hacer para solucionar esto? Yo os voy a dar una serie de pautas (seguro que hay muchas más) que son las que aplico en mi propia casa:
- Planifica tus comidas. Organízate. Conviene hacer unos menús con unos días de antelación. Hay quien incluso repite, al menos por temporadas, determinados menús en determinados días (los lunes lentejas, los martes verduras, etcétera). Quizás no sea necesario ser tan rígidos y podemos variar los menús de un día a otro, pero es cierto que dejar todo en manos de la improvisación nos conduce a errores de cálculo.
- En base a esa planificación, realiza una lista de la compra y cíñete a ella. Acudir al mercado (o peor, al supermercado) sin haber realizado la lista nos conduce normalmente a comprar inadecuadamente. Y peor todavía si lo hacemos con el estómago vacío: en ese caso compraremos en exceso, con toda probabilidad.
- Ojo con las cantidades. Compremos con cabeza. Veamos cuántos comensales tenemos. Si todos van a comer o cenar a la vez o alguno lo hace fuera de casa.
- En ocasiones es posible que deliberadamente compremos y cocinemos una cantidad de comida superior a la que vamos a consumir, con la idea de utilizar un maravilloso electrodoméstico que nos ayuda, y mucho, a organizar nuestras comidas: me refiero al congelador. Este aparato nos permite, con unos alimentos mejor que con otros, guardar la comida que no necesitamos en un momento determinado y poder consumirla posteriormente ahorrando en el tiempo de la preparación. En mi casa, por ejemplo, “jugamos” mucho con las legumbres. Apenas cuesta más esfuerzo cocinar un poco más de lo necesario y posteriormente congelarlo.
- Os doy más ideas para aquellas “sobras” que nos quedan perdidas en el frigorífico: haced caldos. Ese pedazo de carne insuficiente para cocinar una sola ración; ese puerro que se ha quedado sólo, esas dos zanahorias que no tienen compañía, esa espina de pescado que de otro modo desaprovecharíamos…. Haced caldos con ellas. Se pueden congelar perfectamente en los envases apropiados y nos harán ganar mucho tiempo en nuestros próximos platos. Y de paso evitamos las tan poco saludables pastillas para cocinar.
- Dedícale tiempo a la cocina los fines de semana. Suelen ser un buen momento para cocinar para el principio de la semana siguiente o incluso para congelarlo directamente. Vale la pena.
- Consume productos de temporada. Las naranjas se deben de consumir en invierno. Y los tomates en verano. Y los guisantes en primavera. En fin, cada alimento tiene su período ideal de consumo en el cual están más sabrosos y tienen además un precio mucho más bajo que si los consumes fuera de su época natural
- Fijémonos en las fechas de caducidad. A veces son orientativas, pero nos dan una pista del momento óptimo para consumir un producto. Un pequeño truco: los alimentos con fechas de caducidad más tardías se colocan en la parte trasera de las estanterías. En algunos establecimientos venden productos próximos a caducarse a un precio rebajado. Podemos aprovecharnos de ello.
- Seamos precavidos con las ofertas por cantidad que normalmente nos ofrecen las grandes superficies. Su cometido es que consumamos más, pero no siempre nos conviene. Una oferta de 3×2 en productos de conserva puede ser una buena idea si tenemos espacio en nuestra casa para almacenar, pero podría ser un error si nos referimos a productos frescos.
Espero que todas estas ideas os sirvan para gestionar mejor vuestra despensa y por supuesto, para llevar una dieta más saludable
¡Buen provecho!
Fausto Sagarzazu