Osasuneko arazoren bat dugunok, badakigu zer den froga bat egiteko zain egotea edo emaitzen zain egotea.

Berri txarrak edo berri onak jaso ditzazkegu, diagnostiko zailak bereganatu behar izaten ditugu batzuetan, egoera berri bati egokitu behar izaten dugu besteetan. Osasun arazo arinek aldiz, ez dute eguneroko bizitzan ia eraginik. 

Zer egin dezakegu itxaroten ari garen egun luze horietan? Gustatzen zaizkigun gauzak egin eta entretenituta mantendu.

Algo de lo que sabemos quienes tenemos algún tipo de problema de salud, es de eso, de los días de espera. Días en los que nos tienen que dar una cita para hacernos alguna prueba, o nos toca esperar unos resultados que nos angustian por lo que ello conlleva. Días de espera por una cita para el especialista, para una analítica o para lo que sea. Días en los que nos toca esperar si o si, queramos o no, nos guste más o menos y no nos queda de otra.

Días en los que nos toca asimilar, respirar y aceptar diagnósticos difíciles, duros, poco deseados. Días en los que tras una mala noticia toca soltar mochilas, adaptarse a una nueva situación, toca adquirir nuevos hábitos “obligados” a cambiarlos como si fuese una invitación poco deseada por culpa de ese problema de salud que no nos lo pone nada fácil.

Días de espera en los que según que tengamos duelen, cansan y hay veces que te revelas saltándote alguna “norma” o “consejo” dándote algún capricho que no debes, porque no te conviene y lo disfrutas aun sabiendo lo que ello te traerá, siendo muy consciente de lo que después tu cuerpo te hará a modo de pequeña venganza.

Días de espera en los que si tienes suerte y tu problema de salud es leve, no te limitará y te permitirá hacer una vida normal. Días que no te suponen gran cosa y los vives como algo rutinario. Pero quienes tienen enfermedades puñeteras les acaba afectando de una u otra manera inconscientemente y sobretodo, terminan cansándose por ser algo alargado en el tiempo, por tener esa sensación de no terminar, de ser más de lo mismo, algo repetitivo que una y otra vez tienes que pasar y hasta el carácter te cambia.

Días de espera en los que hay veces en las que te darán buenas noticias y saldrás con una sonrisa de esa consulta, respirando sintiéndote agradecido por esos días de tregua que la vida te está regalando. O por el contrario, te darán noticias poco deseadas que harán que tu mundo se derrumbe.

¿Y qué podemos hacer para llevarlo de la mejor manera posible?

 Distraernos. Lo mejor que podemos hacer en situaciones en las que nos toque vivir días de espera es eso, distraernos para no pensar y así obligar a nuestra mente a que deje de ser una lavadora en pleno ciclo de centrifugado. Yo suelo leer, salgo a andar mucho, me reúno con amistades y hablamos de las vacaciones, de proyectos y más cosas. Sobretodo reímos y me lleno de energía positiva que me carga ayudándome a que mis días sean menos duros, más llevaderos y parezcan que pasen más deprisa. No hay una tecla que haga que ese miedo o sensación de angustia desaparezcan, ni una receta “mágica” que haga que esos días pasen más rápido. Ir a pasear por la orilla del mar, dejarte maravillar por el paisaje de la montaña o ir a darnos un buen masaje pueden ser muy buenas opciones para relajarnos. Todo lo que haga sentirnos bien nos ayudará a distraernos. Seguro que hay cosas en tu vida que te ayudarán a que te sientas mejor y sobretodo, nunca hay que pasar esos momentos solos. La soledad no es buena consejera ni mucho menos buena compañera.

Me despido con una de esas frases de película que tanto me gustan : “¿Es dura la experiencia de vivir con miedo, verdad? En eso consiste ser esclavo”. (Película Blade Runner).

Nagore Taboada.