Parkinsona kausa ezezaguneko gaixotasun neurologiko bat da, bere ezaugarria dopamina sortzen duten burmuineko neuronak etengabe galtzea da. Dopamina beharrezkoa da mugimenduen eraginkortasuna eta harmonia erregulatzeko, bizkor eta koordinazioarekin mugitzeko.
Parkinsonaren sintoma nagusiak hauek dira: dardara, giharretako zurruntasuna, mugimenduari ekiteko geldotasuna eta zailtasuna, moteltasuna eta zailtasuna mugitzeko orduan, gogortasuna eta dardara. Hori dela eta, zailtasun handiak sortzen dituzte eguneroko zereginak egiteko: ibiltzeko, idazteko…
Parkinsona, alzheimerraren ostean, Espainian prebalentzia gehien duen gaixotasun neurodegeneratiboa da. 40 urte baino gehiago dituzten pertsonen %0,5-1 ari eragiten dio eta 65 urtetik gorako %2ari.
Gaixotasuna hasteko bataz bestekoa 65 urtetan dago. Arraza guztiei eragiten dio, baina arraza txurian inzidentzia alduagoa da. Gizonezkoei eta emakumezkoei era berean eragiten dio. Arraza eta sexu bereizketarik ez du egiten.
Bere jatorria ezezaguna denez, parkinsonak ez du sendaketarik. Tratamendu askok gaixotasunaren sintomak hobe ditzakete. Tratamendu gehienek falta den dopamina ordezkatzen dute, bizi kalitatea hobetuz. Medikamentuek huts egiten dutenean, kirurgiara jo daiteke.
Parkinsonak etapa desberdinak ditu eta eboluzio desberdina izan dezake pertsonatik pertsonara.
La enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa con mayor prevalencia en España después del Alzheimer. Afecta al 0,5-1% de la población mayor de 40 años y un 2% de los mayores de 65 años. Afecta a todas las razas, aunque con algo mayor de incidencia a la blanca y a los 2 sexos por igual.
La edad media de comienzo de la enfermedad está en torno a los 65 años, aunque uno de cada cinco personas se diagnostica antes de los 50 años (enfermedad de Parkinson de inicio temprano), afectando más a los hombres que a las mujeres.
Se conoce como enfermedad de Parkinson en referencia al doctor James Parkinson, que la describió en 1817 en su monografía “Un ensayo sobre la parálisis agitante”.
No se conoce la causa de la enfermedad de Parkinson, aunque se considera que podría deberse a una combinación de factores genéticos, medioambientales y derivados del propio envejecimiento del organismo.
La enfermedad de Parkinson afecta a la parte del cerebro encargada del control del movimiento, de la coordinación, de la destreza muscular y del control postural. A grandes rasgos, se produce una gran pérdida de las neuronas encargadas de controlar y coordinar los movimientos y el tono muscular. Esta pérdida de neuronas se produce en una zona llamada “ganglios basales”, más concretamente en el “tronco del encéfalo”, zona de unión entre el cerebro y la médula espinal. En esa unión se encuentra la sustancia negra, donde se fabrica la dopamina, sustancia que transmite la información de un lugar a otro del cerebro.
El Parkinson se caracteriza por la presencia de síntomas motores y síntomas no motores. Aunque hay síntomas que suelen ser frecuentes, no siempre se presentan igual ni evolucionan de la misma forma en todas las personas.
¿Cuáles son los síntomas motores?
· Temblor en reposo. El temblor aparece en reposo y desaparece al adoptar una postura o practicar una acción. En mayor medida afecta a extremidades superiores, labios, lengua, mentón, etc. y puede variar a lo largo del día en intensidad y amplitud.
· Bradicinesia (lentitud de movimientos). Se da en las fases iniciales de la enfermedad, por ejemplo, cuando vamos a realizar alguna actividad que requiere cierta precisión, como al escribir. A medida que avanza la enfermedad puede aparecer incluso al abrocharnos un botón. En fases más avanzadas aparece la “acinesia”, incapacidad para comenzar un movimiento preciso, o incluso la pérdida de movimiento automático.
Una manifestación de la bradicinesia es lo que se conoce como “marcha parkinsoniana”, que se caracteriza por ser una marcha lenta, a pasos cortos, arrastrando los pies y con disminución o ausencia de braceo al caminar.
· Rigidez o aumento del tono muscular. Durante largos periodos de tiempo, los músculos están tensos y no se pueden relajar completamente. Debido a la rigidez, se puede producir una reducción de la amplitud de movimientos, dificultad al girarse en la cama, al levantarse de la silla, al alcanzar un objeto. Dolores musculares en el cuello, espalda y extremidades, calambres, disminución de la expresividad facial y dificultad para gesticular y manifestar emociones con la cara.
· Trastornos posturales. Lo habitual es que aparezcan en fases más avanzadas de la enfermedad. Se tiende a la flexión del tronco, cabeza y las cuatro extremidades. Se pueden presentar bloqueos de la marcha con pasos pequeños sin apenas desplazamiento y con importante inestabilidad al girar.
¿Cuáles son los síntomas no motores?
Ansiedad, depresión. Trastornos del sueño. Cambios en el tono de voz. Disminución del sentido del olfato. Trastornos de pensamiento y memoria, lentitud en el pensamiento o cambios en el razonamiento o concentración. Trastornos del control de impulsos. Estreñimiento. Aumento de la sudoración…
La enfermedad de Parkinson suele tener una evolución progresiva y atraviesa diferentes estadios. A continuación, se detalla la clasificación por estadios de Hoehn y Yahr, que establece 5 niveles de progresión de la enfermedad:
1. Afectación unilateral, un solo lado del cuerpo.
2. Afectación bilateral, sin alteración del equilibrio.
3. Afectación bilateral con alteración del equilibrio.
4. Aumento del grado de dependencia, la persona es capaz de caminar sin ayuda.
5. Incapacidad grave, severamente afectado y dependiente.
La progresión va a variar mucho de una persona a otra, no todas las personas evolucionarán hasta los últimos niveles.
El tratamiento de la enfermedad de Parkinson se realiza mediante un abordaje multidisciplinar, combinando medidas farmacológicas y terapias complementarias, teniendo en cuenta las características específicas de la persona, la edad y al grado de discapacidad según la evolución de la enfermedad.
La calidad de vida de las personas con enfermedad de Parkinson durante muchos años puede ser satisfactoria. Un 15% de las personas afectadas llega a padecer un deterioro motor tan grave como para que dependa totalmente de otra persona para hacer cualquier actividad.
Lourdes Ochoa de Retana