Joan den astean utzi genuen, txertoen izenei eta askotariko hiztegiei buruz hitz egiten.
2020ko otsailaren 11n iragarri ziren birus erantzulearen eta pandemia hori eragiten duen gaixotasunaren izen ofizialak. Birusen izenak euren egitura genetikoan oinarritzen dira, eta birusei izena jartzeaz arduratzen direnak Birusen Taxonomiaren Nazioarteko Batzordea (ICTV, ingelesezko siglengatik) dira, data horretan birus berria SRAS-CoV-2 «arnas Sindrome akutu Severo 2. motako koronavirusa» dela erabaki zutenak (SARS ingelesez). Ez da inork dislexia duela).
Bestalde, OME arduratzen da gaixotasunei izena jartzeaz, eta egun horretan bertan iragarri zuten gaixotasun berri horren izena «COVID-19» izango zela, Animalien Osasunaren Mundu Erakundearekin (OIE) eta Elikadura eta Nekazaritzarako Nazio Batuen Erakundearekin (FAO) aurrez egindako jarraibideen arabera. Izena, «CO», «Corona», «Vi», «Virus» eta «d», «Disease» (gaixotasuna, ingelesez) hitzekin osatua dago, 19a, agerraldi berri hau sortu zen urteari erreferentzia egiten dion bitartean, urte horretako abenduaren 31n lehen aldiz Wuhanen (Txina) identifikatua/jakinarazia izan zena.
Ezin dugu esan Covid-19 eta Sars-cov-2 existitzen ez direnik. Izena dute, zalantzarik balego ere. Hor utziko dut.

Esta que les escribe se le fue de las manos el post de la semana pasada y aquellas compañeras de las que hablé en ese post que no sabía si me reñirían o no, lejos de hacerlo me han dado la oportunidad de continuarlo esta semana. Así, llegados a este punto lo dejamos la semana pasada, hablando de nombres de vacunas y vocabulario variado.
Tal vez, os preguntéis a qué viene tanta divagación barata sobre el año que vivimos peligrosamente y sin abordar lo que realmente quiero decir y que no es más que señalar la verdad de la frase del intelectual G. Steiner: lo que no se nombra no existe. Por cierto, dicho profesor falleció el 2 de febrero de 2020, es decir, antes de la pandemia.
Llevamos un año manejando un amplio vocabulario, a menudo muy técnico, que se me escapa entre la neurona que me debe quedar y que es una muestra más que evidente de que lo que nombramos existe. Entre todas esas palabras del nuevo vocabulario, me llamaron la atención dos especialmente y me preguntaba qué era eso del Sras o era Sars, o por qué le ponían un 2, o qué diferencia había con Covid-19. En mi búsqueda de respuestas me encontré con la página web de la Organización Mundial de la Salud (“la OMS”) que me aclaró mucho el tema, a la vez que descubrí un dato muy importante a tener en cuenta, como es que los Virus tienen nombres distintos a las enfermedades que causan, como es este el caso.
De forma que el 11 de febrero de 2020 se anunciaron los nombres oficiales del virus responsable y de la enfermedad que causa esta pandemia. Pero yo estaría en otra cosa porque no me enteré de nada y así hoy comparto esta “vieja” noticia. Descubro también que los nombres de los virus se basan en su estructura genética y los encargados de poner nombre a los virus es el Comité Internacional de Taxonomía de los Virus (ICTV, por sus siglas en inglés) quienes determinaron en esa fecha que el nuevo virus es: SRAS-CoV-2 «coronavirus de tipo 2 causante del Síndrome Respiratorio Agudo Severo», (SARS en inglés. No es que nadie tenga dislexia). Se eligió este nombre porque el virus está genéticamente relacionado con el coronavirus responsable del brote de SRAS de 2003, aunque se trata de dos virus diferentes, de ahí supongo el número 2.
Por otro lado, los encargados de poner nombre a las enfermedades es la OMS quienes ese mismo día anunciaron que el nombre de esta nueva enfermedad sería «COVID-19», de acuerdo con las directrices elaboradas previamente en colaboración con la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). El nombre está compuesto por «co» por «corona», «vi» por «virus» y «d» por «disease» (enfermedad, en inglés), mientras que el 19 se refiere al año en que surgió este nuevo brote, identificado/notificado el 31 de diciembre de dicho año por primera vez en Wuhan (China).
Esto de nombrar a las cosas por su nombre ya viene de muy lejos y por ejemplo hace más de 30 años ocurrió lo mismo con VIH y Sida, de forma que el virus se llama VIH (Virus de la Inmunodeficiencia Humana) y este virus es el que causa la enfermedad llamada sida (Síndrome de Inmuno Deficiencia Adquirida). No está de más saber lo que es cada cosa y no confundirnos, ¿no os parece? Al igual que es importante llamar a cada cosa por su nombre y no mezclar todo ni buscar eufemismos pensando que si no lo nombras no existe, no está.
De todos modos, soy la primera que busca atajos y coloquialmente no me suelo poner tiquismiquis para poner el nombre a las cosas como me parezca, y si a alguien le molestase pues siempre me queda el recurso “es que esta pandemia me está trastornando”.
Para no aburriros más y transmitido la fecha del bautizo y el origen del nombre del Sar-CoV-2 y del Covid-19 es hora de terminar.
No obstante, por si a alguien le interesase, mis conclusiones al respecto serían:
1. No podemos decir que no exista ni Covid-19, ni Sars-cov-2. Tienen nombre, por si quedaba alguna mínima duda. Ahí lo dejo.
2. A las cosas hay que llamarlas por su nombre o lo que viene a ser lo mismo: Al pan, pan y al vino, vino y no es lo mismo churras que merinas.
3. Soy consciente que me he liado yo solita. Una cosa es “lo que no se nombra no existe” y otra llamar las cosas por su nombre. Pido disculpas, tal vez no vuelva a ocurrir. No os puedo prometer nada.
Mil gracias por vuestra atención y paciencia con esta que os escribe.
Nieves Lajo