Zaintzaileak. Zaintzeko zaindu behar da /Cuidadores. Para cuidar hay que cuidarse.

Gaixotasun kroniko-mendetasuna duten pertsonek etengabeko eta eguneroko zaintzak behar dituzte, oporrik eta atsedenik gabe. Azken urtean, 40.000 pertsona inguruk utzi dituzte beren lanak maite duten pertsona bat zaintzeko. Zaintzaile informaletan egindako hainbat azterlanek agerian utzi dute antsietate, depresio eta osasun fisikoko arazo ugari daudela. Zaintzaileengan agertzen diren beste adierazpen emozional batzuk suminkortasuna, dolu-erreakzioa, mendekotasuna, gaixotasunarekiko beldurra dira.


Funtsezkoa da zaintzaileak bere burua zaintzea, osasun fisiko eta mentaleko egoera ezin hobean egon ahal izateko. Ariketa eta jarduera fisikoa funtsezkoak dira beste pertsonaren zaintzari hobeto aurre egin ahal izateko,oso komenigarria da, halaber, arreta galaraziko duen, animatuko duen eta lagunduko duen jarduera sozial on bati eustea. Amaitzeko, beharrezkoa da mugak jartzea eta laguntza eskatzea iristen ez denean edo gehiago ezin denean

Las personas con enfermedad crónico-dependiente necesitan de cuidados continuos y cotidianos, sin vacaciones y ni descansos. En la mayoría de las ocasiones los cuidadores son familiares: padres, cónyuges, hijos e incluso algún hermano/a.

En la actualidad, el cuidado es entendido como una cuestión social pública, y por lo tanto objeto de políticas públicas, debido entre otros, al importante impacto que tiene tanto a nivel social como económico. En el último año alrededor de 40.000 personas han dejado sus trabajos para poder dedicarse al cuidado de un ser querido. Hay que recordar que estamos en una sociedad cada vez más envejecida en la que las personas mayores cada vez son más dependientes y necesitan más cuidados.

El síndrome de carga del cuidador se ha destacado a través del tiempo como una problemática ignorada, en la que el cuidador de una persona dependiente debe cambiar su estilo de vida enfrentándose a diferentes factores estresores que, en ocasiones, no alcanza a controlar y que desencadenan un estado de agotamiento físico y mental, obstaculizando su desenvolvimiento en el entorno laboral. Diferentes estudios realizados en cuidadores informales han evidenciado una alta incidencia de ansiedad, depresión y problemas de salud física. Las dificultades que presentan están caracterizadas principalmente por sentimientos de carga, estrés y tristeza. Otras manifestaciones emocionales que aparecen en los cuidadores son irritabilidad, reacción de duelo, dependencia, temor a la enfermedad, cambios conductuales y sensación de culpabilidad por no poder atender convenientemente al paciente. Por ello, es esencial que el cuidador o cuidadora se cuiden a sí mismos para poder estar en un estado óptimo de salud física y mental y así poder atender mejor de su ser querido o persona dependiente a su cargo, siendo esencial que la persona mantenga unos hábitos de vida saludables, una alimentación adecuada y una actividad física estructurada y constante.

El ejercicio y la actividad física son fundamentales para mantenerse en un buen estado de forma y así poder afrontar mejor el cuidado de la otra persona, pero también son importantes porque ayudan a abstraerse de los problemas, aumenta las endorfinas (las cuales actúan como analgesia y producen sensación de bienestar e incluso euforia) y “obligan” a ese descanso importante y necesario del cuidado. Es recomendable salir a caminar a paso ligero, montar en bicicleta o disfrutar de una clase de gimnasia aeróbica.

Al igual que la actividad física, es muy conveniente mantener una buena actividad social que distraiga, anime y apoye. Los cuidadores, en ocasiones, pueden sentirse solos, pero hay muchas otras personas que están pasando por algo parecido y que pueden empatizar con ellos. Es importante que se rodee de personas que puedan echarle una mano o simplemente escucharle ya sea un grupo de apoyo, amigos o familiares: contar con asistencia emocional puede contribuir a que el día a día sea un poco más fácil.

Para terminar, es necesario poner límites y pedir ayuda cuando no se llega o no se puede más. El cuidar no es de superhéroes y no requiere esclavitud. Atender u ocuparse de otra persona conlleva tener que pedir ayuda de vez en cuando.  “Poner límites para no llegar al límite”. Hay que cuidarse, para poder cuidar bien.

“Lo que importa no es lo que nos haga el destino sino lo que nosotros hagamos con él”

(Florence Nightingale).

                                                                     Tania Herrera

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