BADAKIZU ZER DIREN PROBIOTIKOAK?/¿SABES QUE SON LOS PROBIOTICOS?

Bizitzak birus batengatik aldatu gaituen garai honetan, elkarrekin bizi garen mikroorganismoen aldeko lantza bat hautsi nahi nuke. Pertsona osasuntsuok gure flora saprofitoa osatzen duten mikroorganismo askorekin bizi gara harmonian. Flora saprofitoaren zati bat hesteetako mikrobiota da, eta hori da gure digestio-aparatuan bizi diren mikroorganismoen multzoa, batez ere hesteetan. Mikroorganismo horiek ezinbestekoak dira gorputza behar bezala hazteko, gure defentsak garatzeko eta behar bezala elikatzeko.
Azken urteotan, mikrobiotaren gaineko interesa handitu egin da, izan ditzakeen alterazioak nola zuzendu daitezkeen ikusteko eta, horrela, «Gure osasuna» hobetzeko, batez ere agente probiotikoak erabiliz. Agente horiek, oro har, segurutzat jotzen dira, baina ez da gomendatzen gaixo eta/edo immunodeprimituta dauden pazienteetan erabiltzea, eta arretaz erabili behar dira haurdunaldian eta haurtxoetan, batez ere goiztiarretan, nahi ez diren bigarren mailako ondorioak eragin baititzakete. Post honetan laburbildu dugun INFAC txosten batek jakinarazten digun bezala, informazio gehiago behar baduzue, esteka honetan kontsulta dezakezue:

https://www.euskadi.eus/informacion/boletin-infac/web01-a2cevime/es/

En una época en la que vida nos ha cambiado por un virus, no teniendo muy claro si para bien o para mal, quisiera romper una lanza en favor de los microorganismos con los que convivimos. Hay una gran variedad de ellos, algunos causantes de enfermedades, infecciones, pandemias o epidemias, pero existen también los que son necesarios para la vida y a los que se les atribuye efectos beneficiosos para nuestra salud.  

Así, desde hace ya algún tiempo, al igual que otras palabras hemos venido incorporando con el tiempo a nuestro lenguaje, términos nuevos como FLORA SAPROFITA, MICROBIOTA o PROBIOTICO entre otros, la mayoría influenciados por mensajes subliminales incluidos en el bombardeo mediático al que estamos habitualmente sometidos. Pues bien, lo que pretendemos con este post, es aportar algo de luz sobre estos términos con información resumida del INFAC-Vol-29-n-3_probioticos cuyo enlace es el siguiente; por si alguien necesita ampliar información:

https://www.euskadi.eus/informacion/boletin-infac/web01-a2cevime/es/

Debemos tener claro que las personas sanas convivimos en armonía con gran número de microorganismos que conforman nuestra Flora saprofita, encontrándose en determinadas partes de nuestro cuerpo no estériles o en su interior como la piel, la nariz, la boca, la garganta, el intestino y la vagina entre otros. Esta flora microbiana saprofita suele variar en cantidad con la edad y, haciendo honor a la verdad, no la conforman muchos virus ya que suele estar formada principalmente por bacterias y algunos hongos, y su existencia es necesaria entre otras razones porque producen resistencia a la colonización o infección de bacterias con capacidad de producir enfermedad, también llamadas bacterias patógenas.

De esta flora saprofita quizás la que más se escucha últimamente es la microbiota intestinal, siendo este el término utilizado para denominar al conjunto de microorganismos que viven en nuestro aparato digestivo, principalmente en el intestino, y que son indispensables para el correcto crecimiento corporal, desarrollo de nuestras defensas y una correcta nutrición, por lo que hay quien la considera como un órgano más de nuestro cuerpo.

Ahora bien, existe un término más amplio que es el microbioma que hace referencia no solo a las comunidades de microorganismos sino también a sus genes y metabolitos (productos del metabolismo) así como a las condiciones ambientales que las rodean en cada una de sus localizaciones corporales.

En los últimos años ha aumentado el interés sobre la microbiota para ver cómo se pueden corregir sus posibles alteraciones y así mejorar “nuestra salud” mediante el uso de agentes sobretodo probioticos; pero también con otros como los prebióticos y simbióticos que darían para otro post.

Los probióticos se tratan de microorganismos vivos que cuando se consumen en cantidades apropiadas dan al hospedador, en este caso nuestro cuerpo, un beneficio de la salud; por lo que hoy en día no es raro conocer su uso por población sana con el objetivo de mejorar esa salud o de prevenir enfermedades o incluso como terapia de algunas patologías. Pero “ojo” que los probióticos se clasifican como alimentos o suplementos dietéticos y no como medicamentos, y por lo tanto su regulación también es diferente. Tampoco debiendo olvidar que los datos clínicos que respaldan su utilidad son confusos y suscitan dudas sobres su efectividad y seguridad.

Cierto es que en general los probioticos son considerados seguros, pero no se recomienda su uso en pacientes enfermos y/o immunodeprimidos, y deben utilizarse con precaución durante el embarazo y en bebes, sobretodo en prematuros, porque en ellos podría producir efectos secundarios indeseables.

Entre los efectos secundarios más comunes de los probioticos tenemos: estreñimiento, flatulencia, hipo, náuseas, infección o erupción. En menor frecuencia también se ha observado algún efecto indeseable más grave como sepsis, pancreatitis o resistencia a antimicrobianos.

Por todo ello, ante todo, los riesgos y los beneficios de los probióticos deben sopesarse antes de su uso, teniendo en cuenta las características individuales de cada persona.

                                                                 Programa Paziente Bizia-Paciente Activo

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