TELEMEDIKUNTZA GERATZEKO ETORRI DA/LA TELEMEDICINA HA VENIDO PARA QUEDARSE

Nahiz eta gure artean inoiz ez garen orain bezain kontziente izan termino horretaz, eta jarraian pixka bat gehiago hurbildu nahi zaiguna da, bertan erabiltzen diren terminoak ulertuz, erabiltzeko zenbait beldur kenduz eta inplikatutako alderdiek azken hori ahalik eta hobekien egitea ahalbidetuz. Telemedikuntzak abantailak eta desabantailak ditu baina argi dago  geratzeko etorri dela.

Si bien llevaba tiempo entre nosotros nunca hemos sido tan conscientes como ahora de este término y lo que se pretende a continuación es acercárnosla un poco más comprendiendo los términos que en ella se utiliza, quitando así ciertos miedos para su uso y haciendo posible que este último sea lo más óptimo posible por parte de las partes implicadas.

La OMS define la telemedicina como la forma de “aportar servicios de salud donde la distancia es un factor crítico por cualquier profesional de la salud usando las nuevas tecnologías de la comunicación para el intercambio valido de la información en el diagnóstico, tratamiento y la prevención de enfermedades o lesiones, investigación y evaluación y educación continuada de los proveedores de salud, todo con el interés de mejorar la salud de los individuos y sus comunidades”

El término telemedicina es amplísimo ya que incluye actividades como la tele-consulta definida como el acceso a profesionales expertos que quedan a distancia, la tele-monitorización que supone la vigilancia de parámetros o constantes vitales del paciente con o sin intervención de los mismos, el tele-diagnóstico en el que el paciente es diagnosticado de forma remota sin tener acceso físico al profesional sanitario o incluso la tele-asistencia que ofrece cuidados de salud a los ciudadanos de forma remota. En algún momento seguro hemos oído hablar también de la tele-cirugía bien asistida en la que existe apoyo a distancia al cirujano que está realizando la intervención por parte de otro profesional, como la que se realiza directamente mediante el uso de una tele-robot que reproduce los movimientos que el cirujano le indica.

Para todo ello se ve necesaria la formación que queda convertida en tele-formación es decir, la adquisición o compartir conocimientos a través de plataformas de e-learning o uso de herramientas de trabajo colaborativo y no siendo menos importante la tele-educación de los pacientes a través de herramientas digitales, además de cambiar la forma de informar a los usuarios  a través de buscadores, portales de información o comunicación  mediante herramientas digitales con servicios para la transmisión de información y datos clínicos como son las imprescindibles historias clínicas  electrónicas, la receta digital o la carpeta de salud.

Toda esta tele-salud tiene sus adeptos y detractores por lo que voy a enumerar a continuación diversos pros y contras para que cada uno de vosotros y vosotras haga una lectura crítica y decida por sí mismo sobre ello.

Como ventajas cabe destacar el acceso tanto de los profesionales de salud como de los pacientes a programas de formación sin ser necesario el desplazamiento, compartiendo conocimientos y experiencias con personas alejadas físicamente de su entorno, aumentando por tanto el nivel de los mismos. En la misma línea estaría la mayor accesibilidad por parte de los profesionales a otros colegas y/o especialistas con los que poder colaborar lo que deriva en mayor seguridad en su trabajo. Así mismo para los ciudadanos la telemedicina mejora su acceso a los servicios de salud y profesionales sanitarios sobre todo para aquellos que viven en lugares o poblaciones alejadas. Además, puede suponer la disminución del tiempo de espera para diagnóstico y tratamiento de ciertas patologías  ya que posibilita realizarse en el  lugar de residencia del propio paciente y también permite una mayor participación en la toma de decisiones de los ciudadanos lo que, como ya sabemos, se suele traducir  en un mejor control y adherencia del tratamiento de los pacientes con mayor implicación en su autocuidado quedando traducido en un número menor de descompensaciones y por lo tanto de ingresos hospitalarios; por lo que en términos generales supone ser más eficientes al gestionar de manera más adecuada los recursos.

Por el contrario, como desventajas cabe destacar el bajo nivel de acceso a las TIC o tecnologías de información y comunicación tanto de los profesionales sanitarios en general como de los usuarios, lo que limita su uso, o incluso la falta de integración de las mismas en la rutina profesional. A tener en cuenta también la no aceptación por parte de algunos profesionales y pacientes de esta forma de asistencia. O incluso la poca interoperabilidad de los datos con otros servicios de salud sin olvidarnos de la pérdida de las bonanzas aportadas por el contacto personal o el lenguaje no verbal, o incluso los problemas de ciberseguridad que puedan acarrear por uso de datos y seguridad de la información, privacidad y confidencialidad en términos de salud.

                     La telemedicina ha venido para quedarse. Un saludo virtual.

                                                                                                                                                             Irene Duo

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