Iaz, uztailaren 30ean, Basurtuko Ospitaleko larrialdietara joan behar izan nuen pandemia betean. Diagnostikoa iristen hasi da; COVIDa baztertu ondoren, azken emaitza aldebiko biriketako tronboenbolia izan zen. Oxigenoa eta heparina, eta zazpi egun isolatuta, COVIDak erasandako pertsonak zeuden solairu berean. Lehenengo tratamendua heparinarekin, eta gero sintromarekin, sekuelak zeudela eta berriro erreproduzituko zela baztertu zuten arte.
Atzo berriz bizi izan nuen, Martin Fiz maitea, nire erreferentea zen, beheko gorputz-adarretan izandako bi tronboren ondorioz, bere mundua aldi baterako utzi behar izan zuen; korrika, korrika eta korrika egitea, alegia, eta bere inguruan zegoen hori guztia alde batera uztea. Berean lehenengoa izateaz gain, pertsona paregabea da, gizaki ezin hobea. Gurekin partekatu nahi izan du izandako esperientzia, bideo baten bidez.
Handia zara, Martín, erraldoia eta niretzat erreferente bat izaten jarraitzen duzu.
El año pasado, un 30 de julio, tuve que acudir a urgencias del Hospital de Basurto en plena pandemia. Acudía derivado del servicio de consulta telefónica de Osakidetza. Síntomas, no podía respirar, cuando hablaba por teléfono o dando mis clases online como todos los días, me costaba terminar las frases.
El servicio consideró mis síntomas suficientemente graves como para decirme que fuera directamente a urgencias del hospital. Mi pulsioxímetro me había levantado la alerta, mi nivel de saturación de oxígeno estaba en el 92%.
Todo el mundo pensaba que era el COVID, me aislaron mientras me realizaban las pruebas, la noche iba pasando a oscuras en un box, mirando al techo, esperando los resultados, temiendo que lo que a otras personas ya les había pasado, me podía estar pasando a mí.
Muchas personas se han quedado en el camino en soledad, sin poder estar acompañadas de sus personas queridas, yo podía ser uno más de ellos. Miedo, soledad, impotencia, tumbado en la camilla del box.
Finalmente llega el diagnóstico, descartan el COVID y dan el paso siguiente, esto se parece mucho a un TEP (tromboembolia pulmonar bilateral, fue el resultado final).
Oxígeno y heparina, y siete días aislado en la habitación en la misma planta donde estaban los afectados por el COVID. Mi familia me podía ver sólo cuando me asomaba a la ventana y ellos me saludaban desde el parking junto al hospital.
Terminan las pruebas, a ver qué lo ha producido, y la ciencia lo encuentra, el trabajo confinado desde mi casa dando cursos mañana y tarde, la inmovilización, la falta de actividad me habían producido una trombosis venosa profunda en el gemelo izquierdo que cuando me hicieron la prueba tenía 3 cm de tamaño. El trombo se había desprendido y había obturado mis arterias pulmonares provocando la disnea (falta de aire), y todo esto a su vez ocasionó que mi corazón tuviera que hacer un sobresfuerzo para seguir llevando el oxígeno a mi cuerpo.
Tratamiento con heparina primero y posteriormente con sintrom hasta que descartaron que hubiera secuelas y que se reprodujera de nuevo.
Ayer lo reviví, nuestro querido Martín Fiz, una persona gigante, un héroe en el mundo del atletismo profesional, un hombre humilde, cercano que venía a trotar con nosotros, los corredores populares en los entrenamientos organizados previos a las carreras populares. Era mi referente, y ayer me demostró algo que yo no creía ya, pese a considerarlo un superhombre, un par de trombos en sus extremidades inferiores le habían apartado temporalmente de su mundo, correr, correr, y correr y todo lo que hay a su alrededor.
Martín, ha demostrado que es además del número uno en lo suyo, un número uno como persona, como humano, compartiendo su experiencia con nosotros en un vídeo que ha subido a internet para las personas que le seguimos, espero que os guste:
Grande Martín, Gigante y sigues siendo un referente para mí.
Venan Llona @vllona