Urriaren 29an IKTUSaren nazioarteko eguna da. Iktusa gaixotasun zerebrobaskular bat da, odol-fluxua murriztu edo buxatzearen ondorioz gertatzen dena.
Sei minuturik behin iktus bat gertatzen da Espainian.
Adinaz gain, badira beste arrisku-kausa batzuk iktusa izateko, hala nola hipertentsio arteriala, bihotzeko arritmiak edo bihotzeko beste gaixotasun batzuk, diabetes mellitusa, dislipemia, obesitatea, sedentarismoa, tabakismoa eta alkoholaren gehiegizko kontsumoa.
Profesional sanitarioek ohartarazi dute garrantzitsua dela sintomak agertzen diren une horretan bertan 112ra deitzea edo hurbilen dagoen ospitalera joatea. Horregatik, inportantea da sintoma horiek zein diren ezagutzea: gorputzaren alde batean indarra edo sentsibilitatea galtzea; aurpegian edo gorputzaren alde bateko besoan edota hankan bat-batean “sorgortzea edo inurridura” sentitzea; begi batean edo bietan bat-bateko ikusmen-galera partziala edo osoa; normaltasunez hitz egiteko edo ulertzeko zailtasuna; ezohiko intentsitatean eta ageriko kausarik gabe bat-bateko buruko mina izatea, eta egonkortasuna bat-batean galtzea edo bertigo-sentsazioa izatea aurreko sintometakoren batekin batera.
El 29 de octubre es el día mundial del ICTUS y es por ello que aprovechamos para enfatizar ciertos hábitos saludables para su prevención y en cómo debemos actuar cuando hay la posibilidad de que estemos sufriendo uno.
En España cada año 110.000-120.000 personas sufren un ictus de las cuales alrededor de un 50% quedan con secuelas discapacitantes o fallecen. De hecho, cada seis minutos se produce un ictus en España. En nuestro país, el ictus es la segunda causa de muerte, primera entre las mujeres. La Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé un incremento en su incidencia de un 27% hasta el 2025.
Es una enfermedad cerebrovascular y se produce por la disminución u obstrucción del flujo sanguíneo. La sangre no llega al cerebro en la cantidad necesaria y, como consecuencia, las células nerviosas no reciben oxígeno, dejando de funcionar. Al ictus también se le conoce como Accidente Cerebro Vascular (ACV), embolia o trombosis y podemos diferenciar según el mecanismo de la lesión dos tipos, Ictus isquémico (o infarto cerebral) originado por la obstrucción del flujo sanguíneo y el Ictus hemorrágico (o hemorragia cerebral) en el que la rotura de un vaso provoca la salida de sangre y la compresión de estructuras del sistema nervioso central.
Esta enfermedad es más frecuente a partir de los 55 años y su riesgo aumenta proporcionalmente con la edad. Así, se estima que más del 21% de la población mayor de 60 años de nuestro país, casi dos millones de personas, presenta un alto riesgo de sufrir un ictus en los próximos 10 años, según los datos del estudio PREVICTUS.
Además de la edad, existen otras causas de riesgo como la hipertensión arterial, las arritmias cardiacas u otras enfermedades del corazón, la diabetes mellitus, la dislipemia, la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol, entre otros.
Los factores de riesgo modificables para evitar el ictus isquémico coinciden en gran parte con los factores de riesgo de la enfermedad isquémica coronaria los cuales son sabidos ya por toda la sociedad pero que a pesar de ello siempre es recomendable recordarlos para enfatizar en su importancia.
- Hipertensión: El aumento de la presión de la circulación de la sangre aumenta hasta cuatro veces la probabilidad de sufrir un ictus.
- Diabetes: Las personas con diabetes tienen mayor riesgo de padecer enfermedades del corazón, el cerebro, las arterias y los riñones. Las personas con diabetes tienen un riesgo entre dos y cuatro veces más alto de sufrir un ictus que la población sana, aunque en pacientes con diabetes tipo 1 la frecuencia de ictus es menor.
- Tabaquismo: El tabaquismo es un hábito poco saludable que se asocia a muchas enfermedades, sobre todo a las respiratorias y cardiovasculares. El tabaco es uno de los principales factores de riesgo del ictus y existe una relación clara con el número de cigarrillos diarios que se fuman.
- Obesidad: La obesidad incrementa hasta 2,5 veces el riesgo de sufrir un ictus, sobre todo la grasa abdominal.
- Alcohol y drogas: El consumo elevado de alcohol y drogas se asocia con el ictus hemorrágico.
- Sedentarismo: El sedentarismo es uno de los factores de riesgo que contribuye a la aparición de un ictus. La actividad física es clave en la prevención de la enfermedad, ya que contribuye a disminuir los niveles altos de colesterol, la hipertensión, la obesidad y la prevención de la diabetes.
- Colesterol: Un nivel alto de colesterol incrementa el riesgo de sufrir un ictus isquémico, porque se instala en las paredes de las arterias. Las placas de grasa que dañan y taponan las arterias y pueden provocar un accidente vascular.
En esta enfermedad no solo es clave la prevención primaria con las indicaciones y factores de riesgo que hemos mencionado si no que es de vital importancia la prevención secundaria con una actuación eficiente en el menor tiempo posible ante los primeros síntomas. El tiempo juega un papel fundamental en el tratamiento de la enfermedad, es importante actuar rápidamente para reducir el riesgo de padecer secuelas o perder la vida, por ello es importante que aprendamos a conocer los síntomas:
- Pérdida de fuerza o sensibilidad en un lado del cuerpo (en la cara, pierna y brazo del mismo lado)
- Trastorno repentino de la sensibilidad, sensación de “acorchamiento u hormigueo” de la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo.
- Pérdida súbita de visión parcial o total en uno o ambos ojos.
- Dificultad para hablar con normalidad o comprender.
- Dolor de cabeza súbito de intensidad inhabitual y sin causa aparente.
- Pérdida brusca de la estabilidad, sensación de vértigo… si aparece junto alguno de los otros síntomas anteriores.
Es importante enfatizar que los profesionales sanitarios advierten que en el momento en que aparecen los síntomas es importante llamar al 112 o acudir al hospital más cercano.
Tania Herrera