Usteak baztertzen eta ohitura onak ezartzen. Desterrando mitos e implantando hábitos saludables

Osakidetzako Paziente Bizia programan parte hartzera bultzatu ninduen arrazoietako bat, ijitu herriak beste herritarrekin alteratuz bizi esperantzan zuen desberdintasuna izan zen. Erronka zaila zen, ohitura eta usteak oso barneratuta baitditugu baina aurera jarraitzea erabaki nuen

Mi experiencia en el programa de Paciente Activo de Osakidetza; lo que me impulso a hacer este programa fue ver que estadísticamente y con cifras, la gran desigualdad  de esperanza de vida de la población gitana con respecto a la demás población. ¿Y que podía hacer al respecto ? Era consciente de que el reto era muy difícil, dado que había muy malos hábitos enraizados en conceptos y  actitudes como por ejemplo: Un niño gordito era más saludable que un niño delgado, no acudir al médico hasta que la situación es insostenible…

Zalantzak nituen programa honek eduki zezakeen arrakastaz.

Tenía serias dudas de que este programa pudiera tener algún logro, aunque fuera  pequeño.

Me pregunté a mí mismo si tendría algún impacto, o de lo contrario era uno de tantos programas que no se ajustarían a las necesidades y peculariedades de nuestra población.

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Talleres Paciente Activo Paziente Bizia

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El programa Paciente Activo Paziente Bizia de Osasun Eskola de Osakidetza tiene varias vertientes. Una de ellas es la difusión, concienciación y reflexión que nos gusta hacer acerca de nuestro papel como enfermos de enfermedades crónicas y promover una actitud de co-responsabilidad en los adquirir conocimiento de las habilidades y cuidados necesarios para un mejor control de nuestras enfermedades. Para ello nuestra herramienta más poderosa son los talleres que organizamos y que se imparten en los tres territorios de la Comunidad Autónoma del País Vasco durante todo el año.

Conviene repasar, como buen inicio de curso, qué podéis encontrar en dichos talleres. A lo largo de  semanas y en sesiones de dos horas, se desarrolla un programa cuidadosamente pensado y estructurado en el que se van introduciendo temas de interés para mejorar nuestra salud y el control de las enfermedades. El requisito que se pide es el compromiso de acudir durante el transcurso del taller a las sesiones programadas y las ganas de aprender y participar.

Existen dos tipos de talleres: uno que llamamos “Cuidando activamente mi salud” está dirigido a personas que padecen alguna enfermedad crónica o a cuidadoras o cuidadores que tienen a su cargo enfermos crónicos. No son talleres enfocados a una enfermedad en concreto. En ellos hablamos de alimentación saludable, cómo identificar los alimentos que nos convienen, cuales elegir para hacer una dieta equilibrada, qué tener en cuenta a la hora de hacer la compra. Otro aspecto que se aborda es la actividad física: qué tipos hay y cuál es conveniente para cada persona, qué tenemos que tener en cuenta a la hora de hacer ejercicio físico.

Aunque alimentación y actividad física son los pilares, dedicamos espacio y tiempo a otros aspectos fundamentales del autocuidado: la importancia de un buen descanso mental y físico y la gestión de las emociones, aspecto importante para vivir de manera adecuada con una enfermedad que puede suponer limitaciones en nuestra vida diaria. También tienen cabida aspectos más prácticos como puede ser hablar de qué tener en cuenta a la hora de preparar una consulta con la enfermera o el médico, qué debemos conocer de los medicamentos que tomamos, qué son las voluntades anticipadas, o cuales son los recursos comunitarios que tenemos a nuestro alcance.

Todos los contenidos se enriquecen con las aportaciones de los asistentes al taller y con la experiencia que aportan los monitores, en su mayoría enfermos crónicos igual que los asistentes, lo que les da un plus al poder entender mejor lo que supone hacerse cargo del autocuidado.

El otro tipo de taller es “Cuidando mi diabetes” y son básicamente los mismos contenidos pero enfocado a las personas que tienen diabetes.

En este blog podéis consultar las fechas de los talleres previstos en fechas próximas. Si estáis interesados podéis poneros en contacto con el programa. Tenéis la información de cómo hacerlo en la página web de Osasun Eskola

COMENZAMOS CURSO

 

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Ya llevamos unos meses ausentes y después de estos meses de parón veraniego el blog del programa Paciente activo, Paziente bizia de la Osasun Eskola retoma su actividad.

Durante este curso que ahora comienza vamos a seguir con las mismas intenciones con las que nacimos: queremos que a lo largo de las semanas y a partir de lo que os contemos, nos conozcáis más, conozcáis lo que hacemos, los talleres que organizamos, los eventos en los que estamos y, sobre todo, que podamos compartir conocimiento e información de interés. Otro aspecto al que damos mucha importancia es el de nuestras vivencias y experiencias como pacientes crónicos y por ello es algo que seguirá teniendo su espacio aquí.

Nos gusta recordar que el blog es una herramienta más de difusión del programa pero también un punto de encuentro de las personas que nos leéis. Algunas y algunos de vosotros habéis participado en los talleres y nos comentáis que este espacio es un modo de continuar en contacto con el programa. También nos hacéis llegar el mensaje de que leernos os resulta de utilidad, ya sea por lo que aprendéis o porque os sentís identificados, o apoyados a descubrir. Queremos daros las gracias porque cuando oímos o leemos esos mensajes nos sentimos animados a seguir. Esperamos seguir cumpliendo esas expectativas y pondremos cariño y dedicación en ello.

Además del blog nos podéis encontrar en otras redes sociales como Facebook y Twitter y en la página web de la osasun eskola. En ésta última además existe información y otros recursos que os invitamos a explorar.

Como cada nuevo comienzo de curso se entremezclan sensaciones y pensamientos. Tenemos el objetivo de que este blog sea un espacio vivo y dinámico y por eso siempre pensamos en cómo mejorarlo y hacerlo más interesante  y ameno. Preparamos varias novedades, algunas evidentes y otras más sutiles, que iremos introduciendo progresivamente. Tanto si nos seguís acompañando como si nos empezáis a leer seréis testigos de esas novedades.

¿Preparados entonces? Vamos allá!

“VENCE A LA DIABETES”

Vence a la diabetes es el lema que nos propone la OMS, que celebra  el martes día 7,  el Día Mundial de la Salud.

El Consejero de Salud de nuestra Comunidad, Jon Darpón, nos recordaba recientemente la importancia de desarrollar hábitos de vida saludables que pueden prevenir hasta en un 90%,  la aparición de enfermedades como la diabetes mellitus tipo 2.

La vida sedentaria y los malos hábitos alimenticios son factores desencadenantes de esta  enfermedad crónica y otras asociadas, lo hemos comentado aquí en numerosas ocasiones. Las encuestas muestran que más del 10% de las personas mayores de 18 años de nuestra Comunidad están afectadas por la enfermedad y que prácticamente una tercera parte de la población son inactivos, es decir no desarrollan una actividad física mínima recomendada.

El Departamento Vasco de Salud recaba la participación de otros agentes como Educación, Universidades y Ayuntamientos, en una misión   de largo alcance que involucre a más y más población en torno a un objetivo como el que la OMS nos propone recordar hoy.

Para el próximo mes de mayo  se prepara el 1er Encuentro de la Red de Escuelas de Salud para la Ciudadanía, en Donostia-San Sebastián. Allí se planteará entre otras cosas, la necesidad de la alfabetización sanitaria de la población. Yo no tengo ninguna duda sobre su necesidad y de su rentabilidad social y económica.

Creo que muchos coincidiremos en que es tiempo de abordar un reto ambicioso que debe comprometer al conjunto de la sociedad, es decir a ti y a mí, en un proyecto de País en torno a la salud que vaya más allá de nuestra generación. Con horizontes a corto, medio y largo plazo, que apueste por una mejora de nuestros hábitos de vida haciéndolos más saludables, tanto en el entorno doméstico como en el laboral y el social, que vayan generando una transformación social que alumbre una nueva realidad socio económica, la de “Euskadi, Territorio Saludable”.

Quizá de esta manera, algún día no sea tan  necesario celebrar “días D”  recordatorios  de esta u otra enfermedad, y el Programa Paciente Activo y sus participantes hayan sido una palanca relevante para el cambio que esta sociedad necesita.

 

Ánjel

¿Quieres conocer una nueva web de información sanitaria fiable?

Una de las características que debemos tener los pacientes activos es que estemos informados sobre aquellas cosas que afectan a la enfermedad que cada uno de nosotros o la persona que cuidamos tenemos. Ya hemos hablado en algún otro post de lo importante que es que la información que leemos sea contrastada, fiable y válida. Por eso os quiero presentar una nueva web que cumple todos estos requisitos.

Este mismo lunes se ha presentado en el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad una nueva herramienta que nos va a venir muy bien a todos los ciudadanos, para facilitarnos la búsqueda de información sanitaria fiable, actualizada y comprensible. Es la web de la Red de Escuelas de Salud.

Pero claro……. te preguntarás…….¿qué es esto de la Red de Escuelas de Salud? Y a mí…… ¿en qué me puede ayudar?

La Red de Escuelas de Salud es un proyecto cooperativo promovido por el Ministerio, en el que participan representantes de las distintas comunidades y ciudades autónomas, representantes de asociaciones de pacientes y del Ministerio con el objetivo de ayudar a la ciudadanía a que adquiera conocimientos, habilidades y actitudes dirigidas a que cada uno de nosotros seamos más responsables en el cuidado de nuestra salud y que participemos activamente en los cuidados de nuestra enfermedad. Por supuesto, nosotros desde el programa Paciente Activo como parte de la Osakidetzaren Osasun Eskola formamos parte de esta red.

Para facilitar esto se ha diseñado una web hecha por, para y con los pacientes desde su inicio. Aquí podrás encontrar 4 apartados: Conócenos, Enfermedades, Podemos ayudar y ¿Nos ayudas?

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Desde aquí te invito a que entres, navegues por ella y si te apetece ¿Por qué no? aporta tu opinión u ofrécete voluntario para colaborar con la red. Tu ayuda será de mucha utilidad 🙂

Estibaliz Gamboa

La confianza en hacer que las cosas sucedan

Autoeficacia es la confianza en la capacidad que tenemos de hacer que las cosas sucedan. Algunos de vosotras y vosotros es posible que leáis «autoeficacia» y no os suene a nada, otros y otras habréis encontrado definiciones mucho mejores, y probablemente más académicas que ésta con la que comienza esta entrada, pero a mí ésta es la que más me gusta. Y me gusta porque en una sola frase expresa todo un enfoque de cómo afrontar retos, metas y propósitos.

«Hacer que las cosas sucedan» Suena bien. Queremos que pasen cosas: queremos, más ahora en verano, que haga buen tiempo, que nuestro equipo gane esa competición, que la próxima película que vayamos a ver al cine nos guste o que mañana, cuando despertemos, hayan desaparecido todos esos problemas que sentimos como una nube constante sobre nuestras cabezas. Pero también queremos que NOS pasen cosas: bajar de peso, salir a caminar, no ir al frigorífico cada vez que tengamos el ánimo decaído, que ese dolor que nos martiriza no termine por amargarnos el día, etc… Hay diferencia entre el primer grupo de deseos y el segundo, ¿no? Hacer que nos pasen cosas implica que tenemos cierto, poco o mucho, margen de actuación, que depende de nosotros en alguna medida conseguir algo o todo de aquello que nos gustaría o nos proponemos. Y no dejar que “nos pasen las cosas”

«Capacidad» ¿Tenemos los conocimientos necesarios para saber cómo hacer las cosas? seguro que sí. Al menos, para conseguir algunos de los ejemplos que citábamos en el párrafo anterior. Y si no los tenemos, tenemos la capacidad de adquirirlos. En ocasiones se trata de saber cuál es el objetivo que deseamos alcanzar, en otras qué camino nos llevará con más seguridad a él, o, simplemente, pararnos a pensar cómo podemos tener una estrategia individualizada para aplicar esos cambios que nos llevarán al objetivo en nuestra vida diaria. ¿Le damos una vuelta al asunto?

«Confianza en nuestra capacidad» ¿Podemos? ¿Cuántas batallas damos ya por perdidas? «Yo no tengo fuerza de voluntad» «Lo he intentado muchas veces pero no me sale, yo no valgo para eso» «Me gustaría hacer deporte, pero el deporte no es lo mío», «Imposible saber para qué sirve todos los medicamentos que tomo. Yo no soy médico!»…  ¿Os suena todo eso? Está claro que no basta con saber qué es lo que hay que hacer, y querer hacerlo. Es fundamental sentirse capaz de hacerlo. Puesto que no hablamos de correr una maratón (aunque…¿por qué no?), ni de batir ningún record, ni de que mañana salga el sol, etc…estaría bien que nos parasemos a pensar un momento cuál son las razones que argumentamos para decidir que no podemos acceder a determinadas metas, o logros. Si confiamos en nuestra capacidad de hacer que las cosas ocurran, y lo hacemos poco a poco, asentando en cada logro conseguido un nuevo peldaño que nos permita aspirar al siguiente, y al siguiente, …..veremos que podemos más de lo que creemos. Y si en vez de pensar…sentimos un ¿por qué no?

¿Que cosas sabes, quieres y estás seguro de que puedes hacer para mejorar tu salud o controlar tu enfermedad? Nos encantaría que después de leer esta entrada la lista haya aumentado….

Iñaki Etxebarria

Hablando de medicamentos

Muchas son las ocasiones en las que para mantener nuestra enfermedad a raya tenemos que tomar medicamentos. Nuestra relación con ellos suele ser contradictoria: por una parte sabemos de la necesidad que tenemos de tomarlos y de que ellos nos ayudan a mantener una calidad de vida determinada pero Por otro lado, no nos suele gustar tener que tomarlos y nos sentimos de alguna manera «encadenados» a ellos. De alguna manera conocer más y adoptar una serie de hábitos respecto a los fármacos que tomamos puede hacer que esa «relación» entre ellos y nosotros mejore. Aquí os hacemos algunas recomendaciones.

Conoce los medicamentos que tomas. O por lo menos lleva un documento en el que consten por escrito. Seguro que tu médico o enfermera de referencia te puede aportar un listado u hoja de prescripcion crónica con los nombres y posologia de los medicantos que tomas. Los nombres de los medicamentos no suelen ser fáciles de recordar pero es conveniente hacer un esfuerzo por ello. Es mucho más útil dar un nombre que hablar de «esa pastillita blanca, redondeada» Puede evitar muchos errores.

Conoce para que sirve lo que estás tomando. No hace falta ponerse a estudiar medicina ni entrar en muchos detalles. Los medicamentos basicamente tienen un limitado número de objetivos. Están aquellos que pueden curarnos, ninguno en las enfermedades crónicas, pero puede que tengamos que tomarlos ocasionalmente, p.e. los antibióticos en una infección. Otro grupo serían aquellos que nos pemiten eliminar o controlar un síntoma en concreto, p.e. los que tomamos para el dolor. En un tercer grupo estarían los fármacos que logran mantener la enfermedad bajo control, o enlentecer su enfermedad, como por ejemplo los fármacos antihipertensivos, los inhaladores en una enfermedad pulmonar crónica, etc..Por último a veces es necesario tomar medicamentos que sirven para disminuir el riesgo de complicaciones como pueden ser los anticoagulantes orales cuando se tiene una arritmia. En estos 4 grupos podemos englobar casi la totalidad de los medicamentos que tomamos. Os animamos a hacelo y veréis como es una manera sencilla de saber que fármacos son más fundamentales que otros y porque son apropiados que los tomemos.

¿Qué tengo que notar? Esta sencilla pregunta puede evitar muchos errores o desconfianzas. Cada vez que un profesional sanitario nos recete un medicamento, tendríamos que tener claro cual es el efecto que se espera de él, cuando tenemos que empezar a notarlo, que vamos a notar (a veces nada, por ejemplo en  los que tomamos para tratar una hipertensión arterial), cuales son los efectos secundarios más frecuentes y que debemos hacer si aparecen. Si estos efectos secundarios remiten, son importantes o solo molestos (o las dos cosas), etc….

Los medicamentos son personales e intransferibles. Conviene que tengamos guardados los medicamentos en una caja propia, no compartida con nadie más de la familia para evitar errores y confusiones en las tomas. Conviene asimismo que guardemos las cajas de los envases. Conviene que no «compartamos» medicación con más gente del hogar, ni que  tomemos medicaciónes por nuestra cuenta sin consultar con un profesional sanitario, aunque no los haya recomendado alguien «al que le pasa lo mismo que a nosotros y me ha dicho que le ha ido muy bien»

Consulta y aporta . No te quedes con dudas ni tomes decisiones sin antes tenerlas habladas con el médico o la enfermera. Dejar medicaciones de modo brusco puede tener efectos perjudiciales, algunos efectos indeseables que notas pueden ser transitorios o compensan por el beneficio que te aportan, etc… Hazle saber al profesional tu disposicion a implicarte en el tratamiento de tu enfermedad y comparte con él o ella tus opiniones para tomar las decisiones mas adecuadas en cada momento y aquellas que ambos veais más factibles.

Por último, no hay medicamentos buenos ni malos. Los medicamentos sos sustancias que tienen unos efectos determinados, generalmente beneficiosos, otras veces indeseables o claramente perjudiciales. Están indicados en situaciones concretas y para cada persona. La indicación de tener que tomarlos corresponde al personal sanitario, pero la responsabilidad de hacer un uso correcto de ellos es de la persona que lo toma.

Iñaki Etxebarria

Conocer el marcador

Cuidar de nuestra salud y mantener el control de nuestra enfermedad depende de varias cosas. El conocimiento de la propia enfermedad es uno de ellas. Es importante saber cuales son las señales a las que tenemos que estar atentos, y cuales son los objetivos que tenemos que tener en mente para conseguir un buen control de la misma. En algunos casos, dichos objetivos tienen la facilidad de poder ser medidos y establecidos, por ejemplo el nivel de azúcar en sangre o las cifras objetivas de tensión arterial, aunque puede que tengan la dificultad de que no tenemos sensaciones diferentes, tengamos buen o mal control. Nos sentimos igual de bien o de mal si tenemos cifras discretamente elevadas de azúcar en sangre o de tensión arterial. En el lado contrario estarían aquellas enfermedades cuyos síntomas son más difíciles de medir, por ejemplo las que causan dolor o dificultad para respirar (¿Cuánto dolor? ¿Cuánto me cuesta respirar?) pero cuya mejoría o empeoramiento son más palpables subjetivamente.

«Conocer el marcador», como lo definen algunos expertos es fundamental. Si no sabemos como va el partido, difícilmente sabremos si «vamos ganando o perdiendo» Y si no sabemos en qué consiste marcar un gol o meter una canasta a nuestro favor, nos va a ser complicado ganar el partido. Por eso, siguiendo con el símil deportivo, nuestra visión del partido cambia radicalmente si conocemos cuales son las reglas del juego, el objetivo del mismo, cuándo nos anotamos un tanto, y cuales son las estrategias más eficaces para ganar el partido.

Saber de nuestra enfermedad nos ayuda, y mucho, a implicarnos en su control. Nos evita ir dando palos de ciego por la vida, y andar confusos respecto a lo que nos pasa. Nos permite focalizar nuestra atención en aquellas cosas que son más relevantes, dejando a un lado las que nos pueden consumir energía sin que vayamos a obtener mucho beneficio de ellas.

Y no hace falta tener conocimientos muy científicos o muy concretos de lo que nos pasa. Basta con saber el por qué, si es una consecuencia de algún mal hábito o, por otro lado, es «por que nos ha tocado». Sin culpabilizar. Lo que está ya está, conocer las posibles causas, sobre todo aquellas que son modificables, es algo positivo porque nos permite actuar sobre ello. En las causas  que no son modificables, tendremos que trabajar la aceptación para que acaben afectándonos psicológicamente.

Si existen síntomas o signos que pueden aparecer y que nos permiten saber si tenemos la enfermedad bajo control o no, es bueno conocer cuales son. En ocasiones, como hemos dicho anteriormente, puede que sean sensaciones subjetivas: dolor en problemas articulares, capacidad de realizar actividades cotidianas con mayor o menor sensación de falta de aire, etc, En otras ocasiones los datos son más objetivos: que se nos hinchan los tobillos en una insuficiencia cardiaca, aumento de peso en la obesidad, etc…De todos estos datos los que más relevancia tienen son aquellos que podríamos denominar «de alarma»  Los semáforos en amarillo.

Por último, y por no extendernos mucho, es conveniente que nos planteemos cuáles son los objetivos que tengo que alcanzar para saber que mi enfermedad está controlada, en qué lo tengo que notar o percibir, cuál va a ser la «manera de medirlo» (¿cómo va el marcador?), y, sobre todo, cual es la manera o la estrategia para meterle más goles a mi enfermedad. Desgraciadamente, en las enfermedades crónicas los objetivos no se pueden medir en términos de curación, por ello tenemos que buscar otra manera de decidir cuando vamos ganando la partida. La no progresión de la enfermedad, la ausencia de complicaciones, alcanzar una calidad de vida buena o suficiente, …en cada caso dependerá del tipo de enfermedad y de su severidad. Pactar con nosotros mismos, y por qué no, con los profesionales sanitarios o con una tercera persona, esos objetivos y compromisos nos permite estar centrados en ellos y tenerlos presente. Algunos expertos  recomiendan incluso ponerlos por escrito a modo de contrato con uno mismo.

Y ¿de dónde sacar toda esa información y apoyo que nos ayude a esta manera de encarar nuestra enfermedad? Los profesionales sanitarios son un buen apoyo. La enfermera y el médico son nuestra referencia para informarnos y  contrastar ideas, datos, creencias, compromisos, etc.. Es posible que haya falta de costumbre por ambas partes para algunas de los planteamientos que aquí os decimos, pero es más probable que cuando todas las partes muestran implicación en un camino, el resultado suele ser más satisfactorio.  Otras veces, hablar con conocidos  que nos pueden entender mejor al enfrentarse a situaciones como la nuestra nos puede aportar nuevas ideas o nuevas formas de ver las cosas. Programas y talleres como el nuestro, Paciente activo, tienen su utilidad en este sentido (entre otros) pero también alguna persona de nuestro entorno y confianza puede servirnos para apoyarnos y animarnos en el camino. Consultar fuentes de información diversas, pero siempre contrastadas, puede ser también un recurso que nos ayude a conocer y a entender lo que nos pasa.

En definitiva, el conocimiento y la información es poder. Poder que podemos utilizar para mejorar nuestras vidas.

PD: ¿Cómo va vuestro marcador? ¿Qué vais a hacer para ganar este partido?

Iñaki Etxebarria

Cinco actitudes para el autocuidado

La reacción de cada uno cuando nos diagnostican de una enfermedad crónica suele ser de lo más diversa. También es cierto que no todas las enfermedades son iguales, y, sobre todo, que cada uno de nosotros somos únicos y el modo en el que dicha enfermedad nos afecta a nosotros y a nuestras vidas es muy variado. Al conocer un diagnóstico se nos agolpan las obligaciones y las necesidades y podemos sentir agobio, desbordamiento o desazón por la mala suerte que nos ha tocado. Algo, mucho, podemos hacer. Podrían ser más, pero aquí hablaremos de cinco actitudes que podemos cultivar.

Conoce tu enfermedad. No hace falta convertirse en un experto,  pero si resulta útil conocer y saber qué es exactamente lo que nos pasa y, si lo hay, un por qué Conviene saber cuáles son las cosas que nos convienen y las que no, para poder controlarla. Resulta muy útil tener en mente cual o cuales son los objetivos a alcanzar, a veces es una cifra de algún parámetro como en la diabetes o la hipertensión arterial, a veces se trata de saber detectar los signos de que hay un empeoramiento para poder actuar precozmente, etc… Conocer lo que nos pasa nos permite focalizar, y cuando focalizamos es más probable que veamos el sentido a lo que hacemos que cuando tenemos la vivencia de que algo difuso o abstracto nos ocurre.

Adopta algunos cambios en tu vida que te beneficien. Llamémosles ajustes. En algunas ocasiones lo que nos ocurre, ya sea por su gravedad o por las limitaciones que nos provoca, nos cambia la vida de un modo drástico, pero en muchas ocasiones, los cambios en nuestro estilo de vida que debemos de realizar son más moderados. Conoce qué debes hacer y elige aquello que es probable que mayor beneficio te aporte. Cambiar hábitos es un camino que con determinación y paciencia vamos a conseguir y que podemos afrontar con la actitud de ir superando pequeños retos, disfrutando de la satisfacción de cada meta alcanzada.

Educa a tu entorno. Están ahí: la familia, los amigos, los compañeros de trabajo, los vecinos,… Compartimos con ellos tiempo y actividades y por ese motivo conviene que les tengamos informados de aquello que nos es conveniente y de lo que no. Lo más probable es que algunos de nuestras rutinas que vamos a cambiar pueda involucrarles a ellos: qué comer o qué comprar, salir a pasear, alternar con la cuadrilla, etc… También nos vamos a encontrar con  que todo el mundo tiene consejos para nosotros y, seguro que con la intención de animarnos, mucha gente intenta minimizar la importancia de que nos cuidemos. Escuchar con atención (a veces hay aportaciones valiosas!) pero hacer ver la importancia que para nosotros tiene nuestro estilo de vida también requiere muchas veces paciencia, pero con el tiempo seguro que conseguimos que nos respeten y nos ayuden.

Ten una relación proactiva con los profesionales sanitarios. ¿Cómo puedo ayudar al médico y a la enfermera a que me ayuden? La buena comunicación es la herramienta más poderosa que tenemos en ese sentido. Anímales a que te hablen de lo que te pasa, que te cuenten cuales serían los objetivos a conseguir. Puedes proponerles hacer un plan de cuidados conjunto, en el que se refleje lo que te resulta más factible hacer y lo que te supone más dificultades, plantea compromisos mutuos, pacta, aprovéchate de sus conocimientos, etc… La información que ellos tienen transfórmala en tu conocimiento. Trabajar en equipo por tu salud.

Vive. No dejes que un diagnóstico te haga dimitir de la vida. Tener una enfermedad crónica es algo, que ahora que nuestra esperanza de vida es cada vez más alta, nos pasa o nos va a pasar a la mayoría de las personas. Ser un enfermo crónico no es una etiqueta, es asumir una realidad que implica una responsabilidad por nuestra parte para con nosotros mismos. No la dejemos a un lado.

Iñaki Etxebarria

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