Ez da erraza. No es fácil

Bizi dugun egoera hau ez da erraza. Ez da erraza dena normala ez denean, normaltzat hartzea. Ez da erraza ezer ez dela pasatzen sentitzea, duela hilabetetik lau pareten artean bizi zarenean. 

Erraza da zure seme-alabei begiratzea eta segurtasunik ezaren nolabaiteko sentsazioa sentitzea zuk zeuk ere ez dakizkizun erantzunak ematean. Erraza da une desberdinetan hunkitzea: polizia eta babes zibila gure auzoetako kaleetan barrena haien sirena eta txaloekin ikustean, osasun-langileak dantzan ikustean… Une zailak bizitzen ari gara.

Berrogeialdi luzeak mundua aldatzen laguntzen duten heroi bihurtzen gaitu, eta biharko egunean etorkizuneko belaunaldiek beraien historia klaseetan gogoratuko gaituzte, eta gu geu ere horren parte garela kontatuko dugu, nola eutsi ahal izan diogun eta partida irabazi ahal izan dugun birusarekiko gerra ikusezin honetan,

Kalera irten eta zerura begiratzen dugun eguna ere iritsiko da. Eguzkia, haizea eta euria sentituko dugu, berrogeialditik libre egongo gara.

Izarrei tristuraz begiratzean, gogoan izango ditugu gure artean ez dauden persona guztiak. 

Honek guztiak zerbait lortu badu, gure onena ateratzea izan da.

No es fácil hacer como que todo es normal cuando no lo es, crear magia cuando faltan ganas y seguir resistiendo como dice la canción, cuando son muchos los días los que tenemos que seguir aguantando. No es fácil hacer que no pasa nada cuando vives desde hace un mes entre cuatro paredes en esos metros cuadrados que antes te gustaban tanto y que ahora no los ves tan atractivos. No es fácil cuando miras al futuro inmediato y lo ves incierto porque nadie sabe cuánto tiempo más va a durar esto ni como lo lograremos.

Es fácil mirar a tus hijos y sentir cierta sensación de inseguridad al darles respuestas que ni tu mismx sabes. Es fácil emocionarse al ver a la policía y protección civil visitarnos por las calles de nuestros barrios acompañados de sus sirenas y aplausos, o ver al personal sanitario bailar para agradecernos y animarnos en nuestro duro día a día. No, no es fácil hacerlo como lo hacemos, aguantar y avanzar contra todo sentimiento negativo que amenaza con ganarnos. Seguimos porque es más importante para nosotrxs hacerlo, por que queremos poder con todo esto, con el virus y con nuestro propio miedo.

Lo logramos por esa fortaleza que llevamos dentro que nos hace ser capaces e increíbles. La larga cuarentena nos convierte en héroes que ayudan a cambiar el mundo y el día de mañana las futuras generaciones nos recordarán en sus clases de historia y nosotrxs mismxs narraremos cómo formamos parte de esto, cómo pudimos aguantar y ganar la partida en esta guerra invisible al virus como en su día lo hicieron a su vez nuestros antepasados, con la peste negra o la gripe española que ni el cansancio, el dolor o el miedo tampoco pudieron con todos los que sobrevivieron. Y nos cambiará la vida por dentro ya que es inevitable que no haya un antes y un después tan necesario, vital diría yo para no volver a cometer los mismos errores, para poder ganar más partidas a futuras posibles pandemias y aprender a aceptar fracasos, a ser mejores.

Y llegará un día en el que salgamos a la calle miremos al cielo y agradezcamos sentir como el sol, el viento o la lluvia abrazan nuestro cuerpo, libre de cuarentena. Recordaremos mirando a las estrellas con tristeza por quienes no pudieron conseguirlo mandándoles miles de besos a ese inmenso manto de diminutas luces. Y bailaremos dejando caer las lágrimas sin importarnos que nos vean débiles porque todos seremos uno. Porque si algo ha conseguido todo esto es sacar lo mejor de nosotrxs mismxs y hemos demostrado a la fuerza que el ser humano es capaz de amar mas allá de todo lo malo, es capaz de superarse y poder con todo.

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Nagore Taboada Barandalla.

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