EGOERA ALDATZEN DENEAN, EGOKITU EGIN BEHAR DUGU/ CUANDO LAS CIRCUNSTANCIAS CAMBIAN, DEBEMOS ADAPTARNOS

Gaixotasun kroniko bat zaintzea etengabeko lana da gure bizitza osoan zehar.

Nik 2 motako diabetesa daukat, eta nire lehenengo tratamendua metformina bidezkoa izan zen. Garai hartan, endokrinoak liraglutida (Victoza) gehitu zion metformina bidezko tratamenduari, eta, denbora batez, egunero ziztatzen nituen aurrez kargatutako lumak.

Glukosa-maila egonkortzea lortu nuen medikazioaren, ariketa fisikoaren, dietaren eta pisu-jaitsieraren bidez, eta, orduan, medikuak liraglutida kendu zidan, baina metformina hartzen jarraitu nuen.

Orain, hasierako glukosa-mailara itzuli naiz, eta endokrinoak medikazioa egokitu dit berriz ere, baina, oraingoan, medikazio berbera erabili beharrean, beste bat jarri dit, dulaglutida (Trulicity) alegia.

Astean behin ziztatu behar ditut luma berriak. Aplikatzeko errazak dira, eta hotzean gorde behar dira.

Nire gomendioa: ez erabili zure profesional sanitarioak zure egoerarako espresuki agindu ez dizun ezer, eta bete zorrotz jarraipen-kontrolak.

El cuidado de una enfermedad crónica tiene que ser continuo a lo largo de nuestra vida. Cuando las circunstancias en la vida cambian, también debemos adaptarnos a la misma.

Cuando comencé con mi primer diagnóstico de diabetes tipo 2, mi primer tratamiento hasta la visita al endocrino, me lo puso mi médico de atención primaria y como en muchos otros casos, consiste en Metformina.

El endocrino en aquel momento me incorporó a mi tratamiento, Liraglutida (Victoza) junto con la Metformina y estuve un tiempo «pinchándome» cada día con las plumas precargadas. Estas plumas hay que conservarlas refrigeradas y requieren además el uso de agujas que también tienes que solicitar en tu centro de salud y luego entregar en el recipiente adecuado para su destrucción. Estas plumas, además, disponen de un regulador para dosificar la dosis estipulada por el endocrino.

Una vez que conseguí estabilizar los niveles de glucosa, mediante la medicación, ejercicio físico, dieta y bajada de peso, me retiraron la Liraglutida y seguí con la Metformina y los resultados se mantuvieron en el tiempo controlados por las analíticas periódicas.

Los últimos cuatro años han sido complicados para mí y he vuelto a los niveles en los que estaba al comienzo, y mi endocrino, me ha vuelto a adaptar la medicación, pero esta vez, en lugar de utilizar la misma, me ha puesto una nueva para mí, Dulaglutida (Trulicity).

Las nuevas plumas se aplican una vez por semana mediante una inyección subcutánea en el abdomen, el muslo o la parte superior del brazo. La pluma es de un sólo uso, viene ya con la dosis adecuada indicada por el médico, y lleva la aguja incorporada.

La aplicación es sencilla: la pluma tiene un protector de plástico que se retira, tiene un aplicador como una base de plástico y la aguja está oculta en la pluma. Tiene un seguro que liberas con un pequeño giro, colocas el aplicador sobre la piel y pulsas sobre la parte posterior, bajando la aguja e inyectando la cantidad de manera automática, y al terminar, ella sola recoge la aguja dentro de la pluma.

Hay que seguir conservando en frío las plumas igual que antes, pero con la ventaja de no tener que llevar las agujas aparte y hacerlo una sola vez a la semana. En cada caja vienen 4 plumas, luego dispones de un mes.

Intento ir a la farmacia a por cada caja diez días antes de la fecha por si no tienen stock para que lo pidan. Cuidado con la dosis, cada caja tiene una dosis fija, no como en las plumas anteriores que tú marcabas en función de lo indicado por el médico.

En estos momentos llevo tres meses con la nueva prescripción y en breve veremos los resultados en el endocrino, una vez cumplidos los cuatro meses. Espero que las analíticas mejoren los resultados y físicamente he empezado a perder peso, pero el objetivo es la glicosilada, ella nos dirá si la evolución ha sido adecuada. La medicación no sirve por sí sola, hay que acompañarla de ejercicio físico (cada persona el adecuado a su edad y condición) y dieta.

Y, como todo, puede tener efectos secundarios, en mi caso, muchos gases, al principio hasta durante 2 o 3 días, ahora con la dosis ya estabilizada, más infrecuente, aunque se mantiene algo. Otros efectos secundarios más comunes incluyen náuseas, diarrea, vómito, dolor abdominal, pérdida del apetito, indigestión y fatiga.

En mi próxima visita al endocrino con analíticas en la mano, espero haber mejorado mis parámetros de control y una vez estabilizada la dosis, probablemente aumente la cantidad de principio activo según me comentó.

Mi recomendación siempre, no utilizar nada que no provenga de tu profesional sanitario y especialmente indicado a tus circunstancias y con su control posterior. En mi caso, para reducir el riesgo de episodios cardiovasculares serios (afecciones relacionadas con el corazón y los vasos sanguíneos) tales como la muerte, un infarto o un derrame cerebral en personas con enfermedad del corazón o varios factores de riesgo cardiovascular. Si además de eso, consigues algo de bajada de peso por sentirte más lleno, estupendo, pero no es el objetivo primario que sigue siendo la glicosilada, y todo esto, como complemento a mi tratamiento básico de Metformina.

#Dulaglutida #Trulicity #Liraglutida #Victoza #Semaglutida #Wegovy #Saxenda #DM2

Venan Llona @vllona

ETA NIRE GAIXOTASUN KRONIKOAREN KUDEATZAILE BIHURTUKO NINTZEN (II)/ Y ME CONVERTI EN EL GESTOR DE MI PROPIA ENFERMEDAD CRONICA (II) 

Lana amaitu eta etxera itzultzean, beste fenomeno bat agertu zen, pandemia.

Hainbeste orduz ezer egin gabe eta eserita egon ondoren, faktura pasatu zidan, eta ezkerreko bikian tronbo sakon bat sortu zen sintomarik gabe, eta hura askatu egin zen, aldebiko biriketako tronboenbolia eraginez. Zazpi hilabeteko baja, zerbait kaltetuta geratzearen beldur.

Beste lau hilabetez kanpoan lan egiteko proposamen berria, pandemia betean, astelehenetik ostiralera hotel batean, eta asteburuetan etxera bueltatzea. Horixe egokitu zaigu guztioi, pandemia sufritzea.

Korrika hasten naizen hirugarren aldia, zerotik hasi behar berriz ere, eta orain jarduera fisikoa berriz ere ohitura bihurtu behar, Paziente Bizia-Paziente Activoren tailerretan erakutsi ziguten bezala.

Bizitza ez da lerro jarraitua, puntak eta haranak ditu, igotzea tokatzen zaigu eta baita jaistea ere, azken finean… berritzea egokitzen zaigu.

Al terminar el trabajo y volver a casa, apareció un nuevo fenómeno, la pandemia. Confinamiento y teletrabajo, mi especialidad, y volví a otro proyecto de otros cuatro meses, pero trabajando en la distancia, todo el día sentado al ordenador por las mañanas, de lunes a viernes. Las tardes me quedaban libres, pero el calendario estaba disponible y por las tardes realizaba más trabajo en la distancia. Mañana y tarde, hasta que mi cuerpo se rompió.

Tantas horas de inactividad y sentado me pasaron factura, se formó un trombo profundo en el gemelo izquierdo sin síntomas y éste se desprendió, provocando una tromboembolia pulmonar bilateral. Estaba dando clase o hablando por teléfono y me quedaba sin aire.

Pensaron que era el Covid-19 y me mandaron a urgencias, afortunadamente descartaron el coronavirus, pero detectaron el problema: el TEP. Tratamiento con Heparina en un primer momento y Sintrom posteriormente. Siete meses de baja con el miedo permanente a que algo hubiera quedado dañado.

Pruebas y más pruebas y todo ello bajo la permanente amenaza del coronavirus. Finalmente, las pruebas dieron resultados positivos y parece que no quedan secuelas. Podemos empezar a trabajar en 2021. Nueva propuesta de trabajar fuera otros cuatro meses, en plena pandemia, de lunes a viernes en un hotel y vuelta el fin de semana a casa.

Un viernes, al llegar a casa a las 22:30 h. llega la noticia, mi hijo ha dado positivo, se va a aislar en casa, media vuelta y al hotel de nuevo durante dos semanas sin ver a mi familia. Es lo que nos ha tocado a todas las personas, sufrir la pandemia.

Vienen las vacunaciones y las diferentes olas, parece que esto nunca va a acabar. Ahora toca volver a empezar antes de que la diabetes evolucione a peor, hay que volver a retomar el ejercicio físico.

Me pongo una fecha de comienzo: 1 de enero de 2022. El mismo día de año nuevo empiezo de nuevo a correr. Bueno, correr, correr, trotar y no seguido, empiezo a hacer lo que llaman «CaCos», es decir, CAminar – COrrer. De manera progresiva, aumentando el tiempo de correr y alternando con caminar entre las secuencias.

Ha pasado ya un mes, las sesiones son de entre 30 y 45 minutos, y en estos momentos estoy con tandas de 13 corriendo, 1 andando y otra de 14 corriendo y otra de 1 andando. Según mi plantificación estoy en un nivel 7 sobre 10 de mi primer objetivo, correr 30 minutos seguidos.

La tercera vez que me pongo a correr, vuelta a empezar desde cero, ahora toca de nuevo volver a convertir la actividad física en un hábito como nos enseñaron en los talleres de Paziente Bizia-Paciente Activo.

A ver si consigo que el trabajo no me influya y no tengo que hablar de una cuarta vez de empezar a correr.

De momento, me he marcado objetivos, el primero a tiro de piedra, correr 30 minutos seguidos. Luego 5 km, luego 60 minutos, luego 10 km y esto sería un objetivo excelente, correr este año la HerriKrosa de nuevo si la pandemia nos deja, si no, hacerla de manera virtual (yo solo).

La vida no es una línea continua, son picos y valles, toca subir, toca bajar, toca renovarse … 

                                                                                        Venan Llona

ETA NIRE GAIXOTASUN KRONIKOAREN KUDEATZAILE BIHURTUKO NINTZEN (I) /ME CONVERTI EN EL GESTOR DE MI PROPIA ENFERMEDAD CRONICA (I) 

Lehenengo aldiz abisatu zidatenean etorkizunean 2. motako diabetesa izateko aukera nuela, pilak jarri nituen ariketarekin, emazteak belarrietatik gimnasiora eraman ninduen eta indar handiz hasi nintzen. Azkenean, spinning-a egiten ari nintzen gym-ean, korrika (nire abiaduran, batez ere trostan ibiliz), bizikletaz irteten eta igeri egiten, triatleta baten antzera sentitzen nintzen.

Lan berezia egiteko aukera iritsi zitzaidan, eta horrek dedikazio eta intentsitate handia ekarri zidan, eta horretan murgildu nintzen. Nire 2. motako diabetesak agerraldia egin zuen eta medikazioarekin hasi nintzen ohiko tratamenduaren bidez (ahoko metformina).

Paziente Bizia-Paziente Activo plataformaren tailerretara joan nintzen eta neure gaixotasun kronikoaren kudeatzaile izaten hasi nintzen. Berriz hasi nintzen ibiltzen, baina gehiago eskatzen nion nire buruari, eta, orduan, bigarren aldiz nire bizitzan, berriz ere korrika egiten hasi nintzen. Jada lortu nuen ohiko herri-lasterketak egitea, orain gauzak serio jartzen hasi ziren, eta hurrengo mugarria 16 km-ko Santurtzi-Bilbo izan zen, eta lortu nuen egitea. Niretzat balentria bat izan zen…

Cuando me avisaron la primera vez de mi posible evolución hacia una futura diabetes tipo 2, me puse las pilas con el ejercicio, mi mujer me llevó de las orejas hasta el gimnasio y empecé con mucha fuerza, progresivamente. Primero en la bicicleta estática, luego en la cinta caminando, luego me animé a una máquina que llamaban elíptica y di el salto a la bicicleta de spinning. Esto me animó y empecé a participar en clases colectivas de spinning haciendo un montón de amigos que me animaban y que me motivaban en mi esfuerzo.

Un día le pregunté al monitor a ver si pasaba algo si intentaba correr (trotar) en la cinta, y si estaba atento por si me pasaba algo. No pasó nada, me sentí respaldado y protegido, lo intenté y funcionó. Me enseñó a ponerlo muy suave y a estar poco a poco, poca velocidad y poco tiempo, cambiando entre caminar y trotar.

Esto me fue animando y un día decidí salir a trotar en la calle. No tenía nada que ver, el peso el impacto contra el suelo, pero poco a poco empecé a hacerlo.

Me compré unas zapatillas especialmente amortiguadas para no causar daños en mis articulaciones y fui poco a poco haciendo tiradas más largas. A la vez, salía con un amigo que hice en el gimnasio con la bici a hacer carretera juntos, hicimos unas cuantas salidas. Entre los dos nos motivábamos.

También era el tiempo en el que llevaba a mi hijo a la piscina a los cursillos de natación, pues en vez de estar sentado junto a la piscina esperando durante el cursillo, me metí al agua y empecé a hacer largos.

Al final, estaba haciendo spinning en el gym, corriendo (a mi velocidad más bien trotando), saliendo en bicicleta de carretera y nadando, me sentía como un triatleta.

Mis analíticas volvieron a niveles normales, ni atisbo de una posible diabetes.

Llegó una oportunidad de trabajo especial, que me supuso mucha dedicación e intensidad y me volqué en ello, resultado, mis esfuerzos en la actividad física se transformaron en esfuerzos mentales en mi trabajo y consecuentemente, mis previsiones anticipadas por el endocrino se hicieron realidad. Mi diabetes tipo 2 se manifestó y comenzó la medicación mediante el tratamiento habitual, metformina oral.

Acudí a los talleres de Paziente Bizia-Paciente Activo y me convertí en el gestor de mi propia enfermedad crónica. Empecé de nuevo a andar, pero me pedía más, con lo que, por segunda vez en mi vida, comencé a correr de nuevo. La vez anterior había conseguido hacer por primera vez en mi vida una carrera de 10 km, la HerriKrosa en Bilbao. Ahora el objetivo era poco a poco volver a adquirir el nivel necesario y a su vez notar la mejoría en mis analíticas.

Cuando ya tuve un poco de fondo físico y estadio cardiovascular suficiente, me apunté a un grupo de Running del Ayuntamiento y empezaron mis actividades de running en grupo. Estuve una temporada completa con el grupo del Ayuntamiento donde hice mis primeras amigas (siguen siéndolo ahora). Yo era el último siempre del pelotón, pero a mi ritmo, insistía y seguía.

Al terminar la temporada se creó un nuevo grupo esta vez diferente de el del Ayuntamiento y me apunté a él. Hable de ello con mi prima que quería hacer algo y no se atrevía porque tenía miedo al asma y nos apuntamos juntos. Disfrutamos de un nuevo grupo en el que de nuevo yo era la cola del pelotón, pero siempre seguíamos e insistíamos e hicimos otro grupo estable y cohesionado. Este grupo también terminó y decidimos mi prima y yo apuntarnos a un nuevo grupo recientemente creado liderado por un entrenador profesional de running.

Empezamos en verano, de madrugada, entrenando en la fresca antes de ir a trabajar, fue una gran experiencia. Al llegar septiembre, cambiamos el grupo y empezamos a entrenar por las tardes, después del trabajo, que nos venía mejor, pero seguimos.

Las carreras populares de 10 km se iban sucediendo y allí coincidía con todos los amigos que llevaba haciendo desde que empecé. Cada una va a su ritmo, vamos juntas al evento, nos preparamos, corremos, nos ayudamos, tiramos unas de otras, hay una amistad y cohesión y la satisfacción de llegar a meta y cumplir con nuestra ilusión, sufrir si no nos encontramos bien, volar en el éxtasis cuando superas tu marca y crees flotar sobre el asfalto.

Ya había conseguido hacer las carreras populares habituales, ahora ya las cosas se empezaban a poner serias, el siguiente hito fue la Santurtzi-Bilbao, de 16 km y conseguí hacerlo. Para mí fue una proeza y cayó una de las «míticas para mí».

El siguiente objetivo ya estaba en el punto de mira, una media maratón. Los 21 km son algo serio, muy serio y la preparación fue acorde. Lo importante no es hacerla, sino disfrutar preparándola y mejor en compañía. Organizamos en el grupo una «primera vez» para unos cuantos de nosotros y nos fuimos a estrenarnos en la Rock&Roll Maratón de Madrid. Allí, en pleno Paseo del Pardo conseguí realizar mi primera «Media» fue un momento increíble.

Después fui participando en otras «medias» hasta que llegó la culminación con otra mítica, «La Behobia». No llega a 21 km, pero es como una media con esteroides y una de las pruebas populares más queridas de nuestro entorno. La preparamos, la organizamos y una vez más, fue la primera para unas cuantas personas del grupo, fletamos un autobús, fuimos, corrimos y volvimos juntos con una comida en una cervecera celebrando la experiencia. Era un momento agridulce, la experiencia fue única, pero las cosas en el trabajo no iban bien. El 21 de diciembre de 2018 tuve que dejar la empresa en la que había trabajado los últimos 30 años. Tu mundo se desmorona, toca reinventarse, hasta verano finalizando los proyectos que llevaba entre manos, pero ahora como autónomo, y a partir de verano en un nuevo proyecto empresarial que creamos mi socio y yo.

A finales de 2019, una nueva oportunidad de afianzar la apuesta de la nueva empresa en una nueva especialidad laboral, pero conllevaba estar cuatro meses en una ciudad a 100 km de la mía. De lunes a viernes en un hotel, el fin de semana en casa. Aunque mi intención era seguir manteniendo un nivel de actividad, el nuevo trabajo no me dejaba muchas fuerzas para lo «físico», que se convirtió en una segunda prioridad de nuevo.

Al terminar el trabajo y volver a casa, apareció un nuevo fenómeno, la pandemia. Continuará…

Venan Llona

MAHAIAREN BESTE ALDEAN, OSASUN-ARLOKO PROFESIONAL BATEN IKUSPEGIA PAZIENTE BIZIA-PAZIENTE ACTIVO PROGRAMAREN BARRUAN/AL OTRO LADO DE LA MESA, LA VISION DE UN PROFESIONAL SANITARIO DENTRO DE PAZIENTE BIZIA-PACIENTE ACTIVO

Hurrengo lerro hauetan, programa honek parte hartzera animatzea erabakitzen dutenentzat duen balioaren eta esanahiaren ikuspegi xumea emango dizuet. 

Familia- eta komunitate-arretako erizaina naiz, eta gaixotasun kronikoak (diabetesa, esaterako) maneiatzen eskarmentua dut. Hala ere, alde batera utzi nituen arlo horretako nire esperientziak eta trebetasunak, tailerretako lidergoa benetan beren gain hartzen dutenen eta taldearen motorra direnen alde, hots monitoreen alde, halakorik ezean diabetesaren gaixotasuna duten pertsonak edo gaixotasuna duen pertsonaren zaintzaile nagusiak.

Benetan uste dut eta bihotzez sentitzen dut hemen egon izanak lagundu didala pertsona eta profesional hobea izaten. Ezarri ezazu helburu bat eta aste batzuez Paziente Bizia-Paziente Activoan parte har ezazu, uste dut ez zarela damutuko.

Activo y propósito, esas dos palabras definen mi paso y de quienes se aventuren a emprender el camino apasionante y atrayente de los talleres del Programa Paziente Bizia-Paciente Activo. Durante estas próximas líneas os daré mi humilde visión del valor y significado que este programa tiene para aquellos que decidan animarse a participar.  Si quieres conocerlo, te animo a que sigas leyendo.

Durante siete semanas tuve la oportunidad de participar en el taller de Cuidando mi diabetes, y la verdad que la decisión de participar fue acertada. Se podría decir que mi recorrido por dicho taller fue un poco diferente al de los demás, sin a la vez marcar ninguna diferencia entre el grupo. Esta disparidad radica en que soy enfermero de atención familiar y comunitaria de profesión, y con experiencia en el manejo de enfermedades crónicas como la diabetes, sin embargo, mis experiencias y habilidades en este campo quedaron de lado para que quienes de verdad asumen el liderazgo en los talleres y quienes son el motor del grupo: los monitores, quienes en su defecto son o personas con enfermedad de diabetes o cuidadores principales de alguien que tiene la enfermedad. Entender esta premisa es esencial para que el rendimiento del taller sea el máximo y por supuesto, es uno de los mayores beneficios de este programa, característica sin igual del mismo, pues sí, el taller y todo el funcionamiento de las diferentes sesiones semanales se desarrolla entre iguales.

Iguales y diferentes al mismo tiempo, cada persona participante parte de una etapa vital diferente con la diabetes, hay quienes son todo un experto con años a sus espaldas de evolución de la enfermedad, hay quienes se les acaba de diagnosticar, están con dudas y miedos inherentes y comprensibles ante la reciente noticia, y hay quienes su motivación para estar allí es mejorar sus conocimientos y adquirir herramientas para combatir día a día con esta patología. Otros su contexto es diferente, no viven en primera persona lo que es la diabetes, pero entienden lo que implica para sus seres queridos, de esta forma me presente yo, pues además de ser enfermero, soy el cuidador principal de mi abuela que, como muchas de las abuelas de nuestros hogares, es diabética.

Como puedes intuir querido lector, la riqueza del grupo es notoria, pues todos los participantes partimos de una mochila de experiencias y aprendizajes diferentes pero que en resumidas cuentas confluyen en uno y es lo que nos une en este grupo: aprender a vivir de la mejor forma posible con la diabetes para nosotros mismos o para nuestro entorno.

Para ganar este objetivo, las siete sesiones del taller te adentrarán en todos los aspectos que son esenciales para que la enfermedad no sea una complicación más en nuestro día a día. Se hablará de alimentación, ejercicio, medicación, la gestión de emociones, las técnicas de relajación, usos de una buena comunicación, y se potenciará y pondrá en práctica una técnica muy útil que es el saber marcarse propósitos. Porque si por algo este programa lleva el apellido de activo es porque se contribuye semana a semana a realizar un propósito de cambio o mejora, porque si te animas a contarlo públicamente al grupo expondrás si has conseguido este propósito y donde el no conseguirlo no se castiga si no que se premia porque significa un nuevo aprendizaje en el camino. Se busca crear un ambiente donde todas y cada una de las opiniones sean válidas y se sientan libres para mostrarlas.

Creo y sinceramente de corazón lo siento, que haber estado aquí me ha ayudado a ser mejor persona y profesional. He podido escuchar en un clima donde se ha generado confianza entre el grupo cuales son las diferentes visiones, sentimientos y valores que cada uno de los participantes le da a esta enfermedad. No haber estado aquí me hubiera acercado menos a esta realidad que es la de salir de la consulta donde atiendes a este perfil de personas para sentir de cerca lo que es ser uno más de ellos, y quizás, me pueda equivocar, pero eso tiene un valor incalculable.

Márcate un propósito y de verdad únete por unas semanas al reto de ser uno más de Paziente Bizia-Paciente Activo, creo que no te arrepentirás.

Me despido con mi más goloso agradecimiento a todos los que hicieron posible haber estado ahí presente.

                                                                                                                 Carlos Canga

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