Opioideak, besteak beste, beste analgesiko batzuei ondo erantzuten ez dien min kronikoa tratatzeko erabiltzen dira.
Duela urte batzuk espezialistak errezetatu zizkidan mina kotrolatzeko beste botika batzuk ez zirelako eraginkorrak.
Nahiz eta pertsona bakoitzari kimikak modu ezberdinean eragiten digun, nire senarrari prospektua irakurtzeko esan nion albo-ondorioei buruz aurreiritzirik ez izateko. Laster aurkitu nituen horietako batzuk: idorreria, zorabioak eta goragaleak…
Batzuetan, albo-ondorioek, errutina baten garapen normala zaildu dezakete. Hori dela eta opioideen ondorioak zein diren jakitea interesgarria da.
Espezialistak ezarritako jarraibideari jarraitzen ditut, mendekotasuna sortzen baitute, eta dosia murriztearekin batera, dosi-aldaketarekin batera zetozen sentsazio anomaloak izan ditzazkezu.
Pertsonalki ez nago opioideen kontra, nik neuk kontsumitzen ditut. Nire ustez, kontziente izan behar dugu horrek gure egunerokoan zer dakarren,
Los opioides se utilizan, entre otras cosas, para el tratamiento del dolor crónico que afecta al desarrollo de una vida normal y que no responde bien a otros analgésicos.
Yo comencé a tomarlos hace unos años, cuando otros fármacos no resultaron eficaces así que el especialista me los recetó para intentar controlar el dolor.
Aunque a cada persona nos afecta la química de forma diferente le dije a mi marido que leyese el prospecto para no predisponerme con respecto a los efectos secundarios. Muy pronto descubrí algunos de ellos:
– Estreñimiento: es común pensar que es un mal menor, bueno, en mi opinión no lo es tanto, las heces son una de las formas en las que el cuerpo elimina toxinas y desechos. Así que, mantenido en el tiempo, puede acarrear efectos no deseados como las consabidas hemorroides, obstrucción intestinal (¡creía que tenía apendicitis!), etc.
– Mareos y náuseas: una desagradable sensación de inestabilidad y la sensación de hambre queda relegada a un segundo plano. No ayuda mucho a mantener una alimentación equilibrada.
– Embotamiento mental: algunas palabras parece que se esconden detrás de un muro que hay que saltar para recuperarlas y la línea de pensamiento se vuelve un poco curvilínea.
En ocasiones los efectos secundarios pueden dificultan el desarrollo normal de una rutina tanto como el síntoma a tratar, e incluso se necesitan remedios adicionales para contrarrestarlos.
En mi caso, intento encontrar el equilibrio hablando con el especialista y entre los dos vamos valorando las opciones.
A largo plazo, los posibles efectos indeseados del fármaco pueden quedar enmascarados por los de las dolencias para cuyos síntomas son prescritos. Hay que tener en mente que son fármacos paliativos y no curativos.
Sigo estrictamente la pauta establecida por el especialista ya que crean adicción, incluso con la disminución de la dosis se puede pasar el mono (síndrome de abstinencia) que descubrí al tener sensaciones anómalas (temblores, sudor frío, intenso dolor de cabeza, náusea e irritabilidad) que acompañaban al cambio de dosis.
A parte de lo anterior, se me plantearon varios temas, por ejemplo la conducción que a priori parece bastante sencillo… Pregunté a los médicos si se puede conducir tomando opioides a lo que me contestaron que los pacientes conducen. Llamé a la DGT y su respuesta fue que no existe un listado de fármacos con los que no es posible conducir aunque hay recomendaciones generales (http://revista.dgt.es/es/salud-vial/2018/1005-Salud-num-246-Opioides.shtml#.Xo3Xg-ozbIU). El conflicto viene en caso de parar en un control rutinario o tener un golpe con el coche, los agentes del orden o el seguro del vehículo pueden estar en desacuerdo con los especialistas médicos y la DGT. No existe una fuente clara y fiable a la que se pueda recurrir para informarse.
Lo mismo ocurre con personas que trabajan desempeñando funciones en las cuales los efectos del opioide pueden interferir de forma negativa, por ejemplo un chófer de autobús. En principio pueden tomar opioides pero en caso de incidente achacable a los efectos del fármaco… estamos de nuevo en zona gris.
Personalmente no estoy en contra de los opioides, yo misma los consumo. Opino que debemos ser conscientes de lo que conlleva en nuestro día a día así como posibles repercusiones a medio/largo plazo. Entiendo que con la información que disponemos es nuestra responsabilidad tomar una decisión respecto a los fármacos que tomamos.
Tabira Aguirre