Gustu eklektikoa dut ia gauza guztientzat, baita musikarentzat ere. Duela urte asko, Country-a ezagutzeko plazera izan nuen. Lee Ann Womacken «I hope you dance» entzuteak umore ona sortzen dit, indarra. Ez da abesti soil bat bakarrik.
Tengo un gusto ecléctico en casi todo y esto incluye claro, la música. Hace muchos años tuve el placer de conocer el Country, descubrí que no era sólo una melodía pegadiza y saltarina sino que tenía algo más. Por eso de vez en cuando hago pequeñas incursiones aleatorias y en una de ellas me encontró “I hope you dance” de Lee Ann Womack, que dice así:
Espero que nunca pierdas tu capacidad de asombro
Que te sacies pero siempre mantengas ese deseo
Nunca des por sentado ni una sola bocanada de aire
Dios no permita que el amor te deje con las manos vacías
Espero que aún te sientas pequeña ante el océano
Cuando una puerta se cierra espero que otra se abra
Prométeme que darás a la fe la oportunidad de luchar
Y cuando puedas elegir quedarte al margen o bailar
Espero que bailes, espero que bailes
Espero que nunca temas esas montañas lejanas
Nunca te conformes con el camino más fácil
Vivir puede significar arriesgarse pero lo vale
Amar puede ser un error aunque vale la pena cometerlo
No dejes que un corazón empecinado te deje resentida
Cuando estés cerca de traicionar tus principios, reconsidéralo
No mires al cielo sólo de reojo
Y cuando puedas elegir quedarte al margen o bailar
Espero que bailes, espero que bailes
(El tiempo es una rueda en constante movimiento siempre haciéndonos girar
Dime quién quiere mirar atrás y preguntarse dónde han ido esos años)
Espero que aún te sientas pequeña ante el océano
Cuando una puerta se cierra espero que otra se abra
Prométeme que darás a la fe la oportunidad de luchar
Y cuando puedas elegir quedarte al margen o bailar
Baila, espero que bailes
(El tiempo es una rueda en constante movimiento siempre haciéndonos girar
Dime quién quiere mirar atrás y preguntarse dónde han ido esos años)
La oigo y me brota el buen humor, la fuerza. No es sólo una canción.
Esos momentos en los que parece que la suerte coge un desvío, algo o alguien me duele, no quiero salir de mi pequeño agujero (como el de Alicia en El País de las Maravillas con Sombrerero Loco incluido)…
Suena y me habla, miro a mi alrededor, pero de verdad, viendo. Veo cosas que antes no estaban, ¿o sí?. Quizá no las veía porque miraba mis pies para no tropezarme y caer. Un pie sustituye al otro mecánicamente, el resto se ve desenfocado, como cuando miro a través del objetivo de una cámara y me centro en un solo punto, el resto de la imagen se desdibuja.
Decido levantar la vista y mirar, ahí aparecen mis oportunidades, el camino va cambiando bajo mis pies que siguen moviéndose, no necesitan que los mire para avanzar, allí veo mis objetivos, me estoy acercando, si me equivoco rectifico, sigo avanzando y cuando me caiga… me sacudo las rodillas y me levanto.
Viviendo con los ojos abiertos, hoy elijo asombrarme, elijo abrir una puerta diferente a la que se ha cerrado. Hoy Lee Ann ¡elijo bailar!
Tabira Aguirre