Horrelako istorioak ez daitezela ahaztu. Que historias así no queden en el olvido.

Benetan gertatutako istorio ikaragarri bat kontatuko dizuet.

Ingeleseko boluntario taldean, zortzi etorkin ekuadortarrez osatutako familia bat ezagutu nuen duela zortzi urte. 

Istorio honetako protagonista, emakume borrokalari eta familia buru bat da.

60ko hamarkadan jaio zen, Jimbura urruneko herrixkan, Ekuador hegoaldean, Quitotik 824 km-ra eta Chimborazotik 650 km-ra (munduko gailurrik altuena, Everest baino gorago). Familia oso apal batean bizi zen, zazpi anai-arreba ziren.

Gaur egun ere haurtzaro eta nerabezaro triste bateko oroitzapenak gordetzen ditu, baita batere zorionik ez duen ezkontza batekoak ere.

Hiru urte zituenean, lehen aldiz etxetik bota zuten bera bakarrik ezagutzen ez zuen familia batekin 10 urte bete arte. Haurtzaro osoa igaro zuen bere etxetik urrun.

Amak, ikusi bezain laster, harrapatzen zuen lehenengo gauzarekin jotzen zuen. 

Hamalau urte bete berritan, bere amak ezkontza bat diruz konpondu zuen ezagutzen ez zuen eta bera baino askoz zaharragoa zen gizon batekin. Behin baino gehiagotan gogoratzen du bere senarrak erabiltzen zuen pistola bere buruan. Benetako tortura psikologikoa jasan zuen. Hainbeste traumatizatu zuen hark, non gaur egun ezin du hura burutik ezabatu.

Tristuraz, 2009. urtearen hasieran, bere senarrak jakin gabe, behar zuen dirua bildu ondoren, Madrilera hegaldi bat erosi zuen. 

Hemen irabazten zuen euro bakoitza Ekuadorreko familiari bidaltzen zion.

Pozik sentitzen zen egunetik egunera esklabotza hartatik urruntzen ari zela ikusita. 

Pixkanaka, familia osoa ekarri zuen, ama izan ezik. 

Baina pozak ez zion askorik iraun. 2010ean, gizon bat ezagutu zuen, eta harekin haur eder bat izan zuen, baina gero banandu egin behar izan zuten.

2017ko uztailean Jimburara itzuli zen, bere herrixka maitera. Amak besoak zabalik hartuko zuelakoan zegoen, hainbeste urtez harengandik urrun egon zelako, baina zoritxarrez ez zen horrela izan.

Gaur egun, istorio honetako protagonistak eta bere seme-alabetako batzuek iraganeko tratu txarren eta indarkeriaren ondorioak jasan dituzte. Zorionez, profesionalen laguntzarekin dena gainditzen ari dela dio.

Permitidme que os cuente una historia. Una historia que tiene comienzo en tierras lejanas.

Una historia impresionante basada en hechos reales.

En el grupo de voluntariado de inglés al que pertenezco, conocí hace ocho años a una familia compuesta por ochos inmigrantes ecuatorianos, a los que ayudo en lo que buenamente puedo en cada una de las tareas con este idioma.

La protagonista de esta historia es una mujer, la cabeza de familia, mujer luchadora incombustible y de carácter afable.

Nació en la década de los 60, en la remota aldea de Jimbura, al sur de Ecuador, a 824 km de Quito y 650 km del Chimborazo (la cumbre más alta del mundo, por encima del Everest), en plena cordillera de los Andes.  Vivía en el seno de una familia muy humilde, siete hermanos y un solo varón.

Todavía hoy guarda recuerdos, no solo de una triste niñez y adolescencia sino también de un matrimonio nada feliz.

Tendría no más de tres años por lo que le dijeron sus hermanos mayores, cuando le echaron por primera vez de casa. A ella sola, a ningún otro hermano más, le separaron y llevaron lejos de la casa hasta los 10 años, y con una familia extraña.

Pasó toda la niñez lejos de su hogar, de sus hermanos, en una casa donde se sentía como una extraña. Echaba mucho en falta a su familia, recuerda que lloraba mucho cuando veía a otros niños con sus padres y sus hermanos.

Solía salir de la casa sin ser vista, sin comida ni agua, con aquel sol tropical que parecía “reventarle” la cabeza.

Debía caminar un día entero hasta llegar a la aldea de Jimbura, al principio se perdía y le sorprendía la noche en el camino.

Lo peor era cuando debía cruzar la selva de Sikirava, no se atrevía al principio a internarse en la jungla, oír los ruidos de los animales durante el trayecto le daba un miedo espantoso.

Tampoco se libraba del caudaloso rio Mermayo, infectado de saurios bien visibles en la orilla opuesta.

Los puentes de las aldeas de entonces eran de troncos deformes, dejados al azar en el rio sin ningún cuidado, o con gruesas piedras irregulares abandonadas en el agua de manera desordenada.

aIba de una orilla a otra del rio, saltando de piedra en piedra, pisando cuidadosamente el suelo para no hacerse daño en los pies con los salientes. Con mucho cuidado de no resbalar y caer al agua. Además no podía ni agarrarse a la “barandilla”, siendo tan niña tenía poca altura y no llegaba a la cuerda.

Cuando llegaba a casa, cansada, hambrienta y sedienta por la caminata, su madre nada más verle le pegaba con lo primero que pillaba. Cuenta que era tal el odio el que le tenía, que terminaba con los brazos reventados a golpes. “¿Por qué me pegas mamá, por qué?”. Era tan cruel con ella que su padre le decía, algún día la vas a matar.

Siendo niña aún y viviendo en la otra casa, escuchó a los señores como tramaban llevar a alguien a la selva para acabar con su vida, no podía dormir por las noches pensando que podía ser ella.

Las desgracias no venían solas, parecía que el destino se hubiera cebado con ella.

Recién cumplidos los catorce años, su madre arregló por dinero una boda con un hombre que no conocía, un hombre mucho mayor que ella. El matrimonio tampoco fue mejor, desgraciadamente cada día se sentía más infeliz. Recuerda en más de una ocasión sentir en sus sienes la frialdad del metal del cañón de una pistola, la pistola que usaba su marido. Era una auténtica tortura psicológica. Le traumatizó tanto aquello, que aún hoy día es incapaz de borrar aquello de su mente.

Fue muy triste y cruel para ella escaparse de Ecuador empujada por aquella situación de amargura constante, abandonando a su familia que tanto quería.

A principios de 2009, a espaldas de su marido y a pesar de no haber salido nunca de la aldea, consiguió juntar dinero prestado (que luego devolvió), entre la gente de aldeas vecinas, suficiente para un vuelo Quito-Madrid.

Primero se estableció en Sevilla, y más tarde decidió venirse a Euskadi. Fue duro, por una parte pensaba en su familia allá, por otra, aquí llegó a pasar hambre.

A diario tenía que desplazarse a Izarra donde trabajó varios años. En más de una ocasión el conductor del autobús le pagó los viajes. Cuenta que en la estación de autobuses la gente se compadecía de ella, y le compraban bocadillos.

Todo, cada euro que ganaba se lo mandaba a la familia de Ecuador.

En esa etapa aunque por poco tiempo, empezó a ver la luz al final del túnel, se sentía feliz viendo como cada día se alejaba más de aquella esclavitud, e imaginándose a su familia aquí con expectativas de futuro.

Poco a poco fue trayendo a toda su familia, incluso a sus hermanos, aunque no a su madre, aún hoy día la sigue despreciando.

Pero poco dura la alegría del pobre. En el año 2010 cuando conoció a un hombre con el que tuvo un niño precioso, pero más tarde tuvieron que separarse.

En julio de 2017 volvió a Jimbura, su querida aldea. Es cierto el dicho popular de que el buey no es de donde nace sino de donde pace. Pero también es verdad que la tierra tira y mucho, y a ella mucho más todavía. Iba con la esperanza que su madre la recibiera con los brazos abiertos, al estar tantos años lejos de ella, pero desgraciadamente no fue así.

Actualmente la protagonista de esta historia y algunos de sus hijos han sufrido secuelas a consecuencia del maltrato y la violencia del pasado. Aunque relata que afortunadamente con ayuda y apoyo de los profesionales todo ya se está superando.

Que historias así no queden en el olvido.

                                    Que todos tomemos conciencia de ello.

                                 Luchemos para erradicarlas para siempre.

Teo Alonso monitor Paziente Bizia-Paciente Activo

 

Osasun fisikoa eta mentala, buruak ere zaintzak behar ditu. Salud física y mental, la cabeza también necesita de cuidados

Gaurkoan, Venanek urte honetan bizi izan duena kontatzen digu. 

100 días de 2020, más o menos, unos menos, otros más, hemos tenido que pasar por la situación de alerta sanitaria.

Recluidos en casa, con sensación de encarcelamiento, con necesidad de hacer cosas «normales» como dar un paseo, hacer algo de ejercicio, hacer compras, visitar a familia y amigos, incluso trabajar, quién iba a decir a muchos que estarían deseando trabajar «de manera normal».

La expresión es «normal», estabilidad, nuestros cuerpos y nuestras mentes están acostumbrados a unas rutinas, a unas maneras de hacer, a no tener que preocuparnos de adaptarnos a circunstancias excepcionales y eso nos produce tensión, lo que en inglés se llama «stress». De eso hablamos, de que estas circunstancias, estos cambios, nos estresan y todas las personas no reaccionamos igual ante el estrés, ante la presión, ante las situaciones excepcionales.

Me gusta hablar en primera persona, de lo que yo siento y de lo que a mi me pasa para compartir mis experiencias y emociones con personas que como yo tienen que enfrentarse a estas situaciones.

En mi caso, año 2000, en la cresta de la ola en mi trabajo, entonces aún no se sabía que era eso del «burn-out», el «´sindrome del quemado», ahora reconocido por los expertos en seguridad y salud laboral, pero que en aquel momento, compañeras y amigas profesionales de la psicología y el trabajo me ayudaban a comprender. Esa situación junto con unas ambiciones desmedidas de la organización para la que trabajaba me «fundieron». Un día, volviendo de un cliente conduciendo, como siempre, sin motivo aparente, me entraron unas ganas irrefenables de llorar. Para mi no era una circunstacia normal, tener ganas de llorar no era normal en mi. Tuve que ir al médico y él que que conoce, no dudó ni cinco minutos: «tú tienes un estrés de caballo y tu cuerpo pide basta». Y así fue, si no puedes parar, haremos que tu cuerpo pare para que no tengamos otros males mayores.

Así fue, dosis de tranquilizantes que me hicieron sentarme en el sofá y mirar al infinito, antidepresivos para reducir mi actividad cerebral y poder recuperar la química de mi cerebro, s todo eso genéricamente lo llaman «depresión». No fui el único, otro compañero tuvo también su propio episodio, en su caso tuvieron que ingresarlo un tiempo para recuperar la estabilidad y continuar. Tuvimos suerte, otras personas se dan cuenta cuando sufren un infarto, un ictus, … menos mal.

Mi episodio crítico duró nueve meses, hasta que mi equilibro químico mental se restableció y voluntariamente pedí el alta para volver a trabajar. Al volver obtuve reconocimiento, cariño y apoyo de mis compañeros pero incomprensión y casi «castigo», aislamiento por parte de quien había permitido que su ambición empresarial llevara a sus trabajadores tan al límite. Esa persona no entendía ni quería entender nada, era de la «vieja escuela».

La retirada posterior y paulatina de la medicación con el control médico, el apoyo durante tres años de un profesional de la psicología, técnicas de relajación, yoga, las recetas habituales para afrontar futuros episodios y necesidades y cómo afrontarlos a partir de entonces.

Lo que yo os cuento es muy liviano comparando con lo que otras personas han sufrido y están sufriendo, pero no puedo hablar por ellas, sino en mi propia experiencia y compartir mis herramientas para afrontarlo.

2012, siguiente episodio, esta vez debido a la «crisis» económica. Una vez más, se traza una línea imaginaria en la que tú estás en el lado «perjudicado», hay tres tipos de afectados, encima tendrás que dar las gracias por no haber estado en el grupo de los «expulsados del partido».

Mis herramientas me ayudaron a superar el proceso y a aguantar la situación durante todo el año en un ERE de reducción al 50%. Se suponía que trabajaba sólo la mitad y cobraba la mitad, pero no sé cómo, mi trabajo se realizó de la misma manera, es decir, si yo no hago mi trabajo nadie lo hace por mi, y mi trabajo se realizó. Quién lo hizo? Adivinad, yo mismo, pero en la mitad de tiempo y cobrando la mitad. Esto es estrés? Claramente, pero supe soportarlo y sobrevivir con mis propias herramientas. Finalizó el año, curiosamente la organización cerró con los mismos beneficios de siempre, quién los consiguió? La misma materia prima que soportó la crisis con su esfuerzo y la reducción de sus ingresos.

A partir de entonces, nadie ya creyó en «todos somos una piña» ya que como sucedía en «Animal Farm» de George Orwell, «todos los animales somos iguales, pero algunos somos más iguales que otros». Te das cuenta entonces de que no te habían hecho un favor, no te habían echado porque le seguías siendo rentable y tú habías ayudado a pagar la crisis. Tal vez hubiera sido más interesante haber estado en esa línea de los «apartados del equipo».

Tarde o temprano, las circunstancias no irían a mejor, nada había cambiado, las soluciones propuestas no tenían que ver con un cambio o una mejora en la manera de hacer, la situación tarde o temprano pasará factura.

Mientras, tu cabeza sigue peleando consigo misma y con las circunstancias. Afortunadamente tengo un trabajo que me gusta y que me permite estar permanentemente activo y activado, pero eso también desgasta. Cuando los síntomas se manifestaban, ya los conocíamos. Si te duele la cabeza, si tienes un resfriado, conoces lo que debes hacer. Pues lo mismo con la salud mental. Siempre de acuerdo con el médico, si hay episodios puntuales, se pueden tratar, si las situaciones se alargan, se tratan, … Equilibrio y tratamiento, como cualquier otra enfermedad, afrontarla junto con profesionales.

Llegamos al tercer episodio de esta película, 2018 el punto de no retorno, ya no queda a la organización (o eso piensa quien se supone que dirige sus pasos), y una vez más, son las personas las que pagan la crisis, y esta vez sí, la línea trazada hace que te expulsen del partido. No lo hacen por WhatsApp, pero igual hubiera estado mejor, te llaman a un despacho y te dicen: «Hemos (no sé por qué se utiliza el plural mayestático) decidido amortizar tu puesto de trabajo». La persona que te lo dice es la misma que ha tomado la decisión, poder absoluto y absolutista, y lo completa diciendo que te va a indemnizar. No tienes nada que decir, ni derecho a réplica, ni queja, ni reacción, sólo shock, impacto, crisis. Recoges y te vas, como una defunción, se ha muerto tu relación tal y como la mantenías hasta entonces, alguien la ha matado. Esa gestión se puede llevar mejor o peor. Dispones de herramientas, tu médico además está para ayudarte con ello.

El momento crítico no termina ahí, con la ayuda de mi entorno, familia, amigos, se afronta como una oportunidad, un cambio y nos ponemos a ello. En esos momentos, tu mente se pone a por ello y se dota de mecanismos de supervivencia que te permiten llevarlo.

Pero nada es fácil, tus abogados te informan de que el «regalo», esa indemnización que te merecías después de 30 años de dedicación no era tal, sino el mínimo legal. Bueno, es lo que permite la legislación y se aprovechan de ello las empresas. Pero el mundo es un pañuelo y a quien miente siempre se le pilla, y mis abogados se informan y al resto de personas en mi situación se les ha indemnizado plenamente como hubiera sido lo normal en mi caso. Ya no se trata de lo legal, sino de lo «justo» y claramente es injusto. Toca pelear, y mis abogados se ponen a ello, pero tu cabeza está en afrontar la crisis como una oportunidad y además tienen que afrontar la pelea, la de la indignación y la de la injusticia.

Una vez más, las herramientas y el apoyo médico y de tu entorno están ahí para ayudarte y utilizas todo lo que está a tu alcance para afrontarlo. Mis abogados y amigos hacen su trabajo y además te apoyan en todo, y superas tu primer semestre de adaptación a la nueva circunstancia. Toca dar la vuelta y crear nuevos proyectos, con amigos, con personas queridas, que creen en ti y en tus capacidades y posibilidades, y a quienes debo mi actual situación.

Nuevos proyectos, nuevas competencias, te dejan hacer y tú te dejas llevar por tu impulso y fuerza y ganas de sobrevivir y pelear, lo haces, lo haces bien y lo haces a conciencia, y lo consigues, pero no es gratis, el esfuerzo pasa factura y lo sabes.

Dispones de herramientas y las utilizas, y cuando la situación empieza a estabilizarse aparece esta nueva crisis. Crisis? Sí, esto no lo hemos vivido antes y nadie sabe cómo afrontarlo, cada persona con sus propias herramientas.

Pero para algunos las crisis las tomamos como oportunidades y una vez más, las hemos afrontado de esa manera, nos hemos vuelto a reinventar, y hemos vuelto a ser los mejores en lo que hacemos, la gente cree en ti, cree en tus posibilidades y capacidades y sobre todo en ti como persona, además de como profesional, esto junto con el apoyo de la familia, amigos, entorno hace que la crisis pueda ser superada.

Todo esto con herramientas, la salud mental es importante y en mi caso, estos esfuerzos me pasan factura y mi médico me apoya con los tratamientos oportunos adecuando las dosis a mis necesidades, luego yo he de regular y tomar el control sobre ello, somos un «paciente activo».

Hoy comienza el verano, acaba la situación oficial de alerta, el virus sigue ahí, no lo hemos detenido, lo hemos afrontado, ahora tenemos herramientas para impedir su propagación de nuevo, lo afrontaremos, sin duda, depende de cada uno de nosotros.

Yo consciente de mis propia gestión me he centrado en la crisis y ahora que se puede vivir esta nueva «normalidad» es cuando toca volver a tomar las riendas en el resto de tu vida, y eso supone tu salud integral.

Empiezo esta nueva circunstancia sin ansiolíticos, tranquilizantes ni antidepresivos, he ido regulando las dosis y acabo de retirarlos del todo. Mañana retomo la actividad deportiva como ya conozco y como antes ya hice. Cuento con el apoyo de mi familia, amigos, compañeros, y cómo no, con mi médico a quien en un próximo control informaré de mis avances en todos los ámbitos. Todos ellos son mis herramientas, yo mismo soy mi propia herramienta.

Y quisiera terminar con un recuerdo especial a quienes han estado soportando estas situaciones de «crisis» de tensión hasta el máximo, ellos de verdad han vivido circunstancias excepcionales, tanto pacientes como profesionales, gracias a todos, entre todos podremos con ello.

Decía Supertramp en una portada «Crisis? What Crisis?» no quiero frivolizar, todos hemos luchado, cada una en nuestro ámbito, cada una con nuestras circunstancias, algunas se han quedado por el camino, todas somos personas, todas lucharemos y saldremos de esto.

Ánimo y ya sabemos que debemos buscar nuestras herramientas, confiar en los profesionales y dejarles hacer, pero sobre todo, tomar el control de nuestras propias circunstancias, ser «paciente activo».

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Venan Llona

Medikuntza grafikoa. Medicina grafica.

Kaixo guztioi. Aspalditik ari nintzen komikiekiko dudan zaletasuna blog honetan zabaldu nahiean, batez ere nobela grafikoekiko dudan zaletasuna. 

40 urte baino gehiago daramatzat komikiak irakurtzen eta bildumatzen. Azken urte hauetan jakin dut entretenitzeaz gain terapia gisa ere balio izan didatela pairatzen dudan gaixotasun kronikoarekin. Gaixotasunei erreferentzia egiten dieten nobela grafiko mordoa dagoela deskubritu dut, eta komiki horietako askotan, protagonistek gaixotasuna nola bizi duten kontatzen da. Nola egiten dioten aurre, nola onartzen duten, egunerokoan nola bizi diren, harreman sozialak nola bizi dituzten… 

Medikuntza grafikoa deskubritu dut. Komiki horietako asko autobiografikoak dira. Ez dituzte gaixotasunak azaltzen, nahiz eta gehienetan gaixotasunaren sintomak kontatzen dizkiguten, mediku-kontsultak daude…

Komiki horien ezaugarria, protagonistek, gaixotasunarekiko duten historia pertsonala da. 

Horietako asko istorio hunkigarriak dira, gehienetan istorio gogorrak, gaixotasun bat izatearen egunerokotasuna erakutsi ohi dute, gaixotasunaren onarpena edo ez onartzea, bikotearekiko ondorioak, familiarekiko harremanak, lagunen erantzunak, batzuetan medikazioarekin edo diagnostiko desberdinekin gertatzen den kalbarioa, beldurraren agerpena, barrea, larritasuna, alaitasuna, ziurgabetasuna, samurtasuna. Beste gaixoekiko enpatia handia sentiarazten didate.

Ospitaleko ohe batean igaro nituen uneak gogorarazten dizkidate, nire buruarekin izandako une intimoak, nolabait humanizatu eta sentsibilizatu egiten naute. Eta, noski, erakutsi eta lagundu egiten didate. Gaixotasuna kontrolatzeko eta ondo sentitzeko tresna bat gehiago dira. Niretzat, gure tailerretan erabiltzen ditugun tresna horiek bezain garrantzitsua da elikadura osasungarria, jarduera fisikoa, atseden ona… 

Beraz, konfinamendu honetan ez dut gomendatuko ez telesailik, ez filmik, ez libururik, komikiak bakarrik. Medikuntza grafikoko web orrian komiki pila bat dituzue.

Hola a todos y todas. Hace ya tiempo que venía dándole vueltas a compartir en este blog mi afición por los comics, más en concreto por las novelas gráficas como se denominan hoy en día. Teniendo en cuenta el tiempo que estamos viviendo con este confinamiento he decidido que ya es el momento.

Llevo más de 40 años leyendo y coleccionando comics. En estos últimos años he descubierto que aparte de entretenerme también me han servido como terapia con la enfermedad crónica que padezco. He descubierto que hay un montón de novelas gráficas que hacen referencia a las enfermedades y en muchos de estos comics, se narra cómo viven los protagonistas la enfermedad. Cómo se enfrentan a ella, cómo la aceptan, cómo viven en el día a día, cómo viven las relaciones sociales, etc.

He descubierto MEDICINA GRÁFICA: El uso del comic o novela gráfica, la ilustración y la infografía como herramientas de comunicación sanitaria”. Movimiento que en España lidera una doctora que está enamorada de la medicina y de los comics.

Muchos de estos cómics son intimistas y suelen ser autobiográficos. No se centran en explicar lo que es la enfermedad, aunque en la mayoría de ellos nos cuentan síntomas de la enfermedad, hay consultas médicas, aparecen médicos y especialistas, muestran diferentes diagnósticos, etc. Lo que caracteriza a estos cómics es la historia personal del protagonista con la enfermedad, la vivencia personal que tiene, es decir, son personas que están enfermas. Algunos de ellos son guionistas y contactan con un dibujante para contar su historia. Otros son dibujantes y lo hacen ellos mismos. Pero todos ellos sienten la necesidad de contar su historia. Su historia con la “enfermedad”.

Os dejo una frase de la doctora de medicina gráfica que resume muy bien lo que es medicina gráfica: “Si un libro de texto te enseña sobre la enfermedad, una novela gráfica te enseña sobre el enfermo. Los estudiosos dicen que la novela gráfica (comics) visualiza la parte invisible de la enfermedad. Estos comics son lo que venimos a llamar “patografías gráficas”. Algunos podríamos incluso recetarlos, pues serían una forma de acompañamiento para los pacientes”.

He leído auténticas maravillas. Muchos de ellos son historias conmovedoras, la mayoría de las veces historias duras, suelen mostrar el día a día de tener una enfermedad, la aceptación o la no aceptación de la enfermedad, las consecuencias con la pareja, las relaciones con la familia, las respuestas de los amigos, el calvario que se pasa a veces con la medicación o con los diferentes diagnósticos, la aparición del miedo, la risa, la angustia, la alegría, la incertidumbre, la ternura, la tristeza, o sea… la vida misma.

Estas narraciones, estas historias, estos comics son los que me hacen sentir empatía con el “enfermo”, con la “enfermedad”, con las personas que están viviendo una experiencia traumática a la que tiene que hacer frente. Me recuerdan esos momentos que pasé en una cama de hospital, esos momentos íntimos conmigo mismo, de alguna manera me humanizan y me sensibilizan. Y por supuesto me enseñan y me ayudan. Me socializan. Son una herramienta más para controlar la enfermedad y para sentirme bien. Para mí tan importante como esas herramientas que solemos verbalizar tanto en nuestros talleres como la alimentación saludable, la actividad física, el buen descanso, etc.

Y qué decir del personal sanitario, que tiene a su disposición una herramienta más. Puede ayudarles en la docencia (hay alguna universidad de medicina que los usa), en la relación médico-paciente tanto a nivel empático, como comunicativo. Y por supuesto informativo. Al mismo nivel que se emplean los comics en el mundo de la educación, y se aprovechan sus cualidades didácticas, se podrían emplear en el mundo sanitario. Es cierto que hoy en día hay muchos médicos y enfermeras que ya lo están empleando y hay personal sanitario que ya lo está reivindicando.

Así que en este confinamiento no voy a recomendar ni series, ni películas, ni libros. Solo CÓMICS. En la página web de medicina gráfica tenéis un montón de comics recomendados.

 

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Estas son fichas de los comics, explican que áreas de interés y qué temas tratan. “Alicia en un mundo real” sobre el cáncer de mama (una historia preciosa y autobiográfica), “Arrugas” (premio nacional de comic 2008) que nos cuenta una tierna y dura historia sobre el Alzheimer y “María y yo” un incunable sobre el autismo (también autobiográfica). Solo son 3 ejemplos. Hay muchísimos más. Y antes de despedirme un ejemplo para el personal sanitario:

Mónica Lalanda, perteneciente al equipo de medicina gráfica, hace un repaso de varios aspectos de la Bioética médica, basándose en el código deontológico médico y siempre en clave de humor.

 

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Animaos y descubrir las historias que nos cuentan. Ayudan mucho.

Txemi. Monitor del Programa Paziente Bizia- Paciente Activo.

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