Zefalea Pandemia garaian. Cefalea en tiempos de Pandemia

Espainian, neurologia kontsultetako lehen arrazoia zefalea da. Biztanleen % 90 inguruk buruko mina izan du noizbait, eta helduen erdiek buruko mina izan dute azken urtean. Zazpitik batek migraina izaten du, eta hogeitik edo hogeita bostetik batek zefale kronikoa egunero edo ia egunero.

Arazoa garrantzitsua da, eta migraina edo buruko mina duten pertsonek beren gaitzari lotutako arazo sozialak, lanekoak eta/edo pertsonalak dituztela ulergarria da.

Frogatuta dago estresa, antsietatea, depresioa eta loaren nahasmenduak bezalako faktoreek zefaleak eragiten dituztela. Ziurgabetasunak, beldurrak, aldaketek, ezin irteteak, Covid-19-aren ondorioz bizitakoaren ondoren, arazo hau nabarmen areagotu dituzte faktore horiek guztiak gizartean. Horren guztiaren ondorioz, buruko mina duten pertsonek  oso gaizki pasatu dute egoera honetan.

Garrantzitsua da gaitza ondo diagnostikatzea, ondo tratatu ahal izateko. Funtsezkoa da buruko minak izaten ditugun egunak ondo erregistratzea.

Lehen aipatutako faktoreak aldagarritzat jotzen dira, eta ohitura osasungarriekin gure bizi-kalitatea hobetu dezakegu:

A) Oso garrantzitsua da lo-higiene ona izatea. Ez asko ez gutxi. Bi muturrak txarrak dira gaitz honentzat.
B) Erlaxazio-ariketak egitea, arnasketa-ariketak, mindfulnessa, yoga… antsietatea eta/edo estresa pairatzen badugu.
C) Elikadura ona edukitzea.
D) Oso gomendagarria da jarduera fisikoa. Frogatuta dago ariketak antsietatea eta estresa kontrolatzen laguntzen duela, baina zefalearen prebentziokotzat ere oso baliogarrida da.
E) Kafeina neurrian hartzea. Batzuetan, kafeak lagundu dezake migraina bat saihesten, baina kaltegarria izan daiteke erritmoa aldatzen badugu, hau da, egunean 2 kafe hartzera ohitzen bagara, 5 hartzeak buruko mina eragin diezaguke, eta alderantziz ere bai.

Gogoratu zefalea ondo diagnostikatu daitekeela eta ondo diagnostikatu behar dela, horrek tratamendu egokia emango baitigu. Garrantzitsua da medikazio gehiegi erabiltzeak gaitza okertu dezakeela jakitea. Lo-higiene onak, ariketak eta bizimodu osasungarriak zefalea hobeto jasaten edo prebenitzen lagunduko digute.

La cefalea constituye en España el primer motivo de consulta en Neurología. Se estima que alrededor de un 90% de la población ha sufrido alguna vez dolor de cabeza, y se calcula que la mitad de los adultos ha tenido algún episodio de cefalea en el último año. Una persona de cada siete sufre migraña, y una de cada veinte o veinticinco sufre cefalea crónica diaria o casi diaria.

Tras esta pequeña introducción, se puede entender que la problemática es importante y que las personas que sufren de migraña o cefalea tensional tienen problemas sociales, laborales y/o personales asociados a su dolencia.

Está comprobado que factores como el stress, la ansiedad, la depresión y los trastornos del sueño, son desencadenantes de cefaleas. La incertidumbre, el miedo, los cambios, el no poder salir, los problemas laborales…que han acompañado a la crisis de la Covid-19 han aumentado sobremanera todos estos factores en la sociedad. Todo ello, ha conllevado a que la gente que sufre cefalea lo haya pasado mal o muy mal, y parte de la población sin un diagnóstico de cefalea haya sufrido episodios intensos y repetidos.

Es importante un buen diagnóstico de esta dolencia para poder tener un buen tratamiento. Es fundamental que llevemos un buen registro de los días que sufrimos dolores de cabeza. Para ello, podemos realizar un registro manual (un cuaderno, un Excel..) o un registro digital en alguna de las varias aplicaciones de móvil que existen para registro de cefaleas.

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Los factores anteriormente citados se consideran modificables y con unos hábitos saludables podemos mejorar nuestra calidad de vida:

  1. Es de suma importancia que tengamos una buena higiene de sueño. Ni mucho ni poco. Los dos extremos son malos para esta dolencia.
  2. Realizar ejercicios de relajación si sufrimos de ansiedad y/o stress. Ejercicios de respiración, mindfulness, yoga…
  3. Una buena alimentación.
  4. Es muy recomendable la actividad física. Está demostrado que el ejercicio ayuda en el control de la ansiedad y el estrés (desencadenantes) pero también es considerado preventivo de la cefalea (Tratamiento no farmacológico). Por una parte, el ejercicio activa mecanismos que modulan como entendemos las señales de dolor que recibe nuestro cerebro, y por otra, actúa activando receptores cerebrales que mejoran el estado de ánimo y la motivación.
  5. Cuidado con la cafeína. En ocasiones, el café puede ayudar a evitar una migraña, pero puede ser perjudicial si cambiamos el ritmo, es decir, si acostumbramos a tomar 2 cafés al día, el tomar 5 nos puede desencadenar dolor de cabeza y al revés también.

Recordar que la cefalea se puede y se debe diagnosticar bien, ya que ello nos va a llevar a un tratamiento correcto. Es importante saber que el uso excesivo de medicación puede empeorar la dolencia. Una buena higiene de sueño, el ejercicio y una vida saludable nos ayudaran a sobrellevar mejor la cefalea o poder prevenirla.

Tania Herrera

 

 

Dolor crónico

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Iñaki Etxebarria

El otro día escuchaba a pacientes que sufrían enfermedades en las que el dolor era el síntoma principal. Hablaban pacientes que sufrían procesos como migrañas, dolor lumbar crónico, fibromialgia, etc. Relataban su vivencia del dolor, lo incapacitante que era o había sido en sus vidas cada vez que aparecía. Hablaban de situaciones en las que llegaban a sentirse anulados como personas al sentirse impotentes para hacer las mínimas tareas que todos hacemos en nuestro día a día. A todo ello, se sumaba la incomprensión que vivía cada uno de ellos por parte de su entorno social, laboral, familiar y por muchos profesionales de salud cuando contaban lo que estaban sufriendo. “Os puedo asegurar que cuando digo que me duele hasta el pelo, es cierto. Si alguien os lo dice alguna vez, creerle.” decía una mujer.

El dolor no es una enfermedad y sin embargo, marca la presencia de muchas enfermedades en nuestras vidas. De tal modo, pensamos que una enfermedad está mejor o peor controlada si el dolor que produce es mayor o menor. Curiosamente, el dolor marca mucho más la calidad de vida de las personas que lo padecen que otras enfermedades cuyos síntomas están menos presentes o son más tolerables y que, sin embargo, comprometen de manera más importante nuestro pronóstico vital.

El dolor tiene aspectos biológicos, psicológicos y sociales. El primero de ellos, aunque parezca sorprendente, no es el más importante en el dolor crónico. Los aspectos psicológicos y culturales parecen tener un importante papel. ¿Por qué? Algunas hipótesis, y se está investigando en ello, plantean que el dolor es también algo “aprendido” por nuestro cerebro. De ese modo, el dolor se desencadena y mantiene por multitud de estímulos que nuestro cerebro reconoce: situaciones determinadas que vivimos, estrés, viento sur, cansancio excesivo, recuerdos, etc….Todo este proceso se desarrollaría de manera inconsciente. Insisto en que se está investigando en ello pero es cierto también que algunos grupos de trabajo que tratan el dolor desde este enfoque  presentan resultados positivos.

Por todo ello, buscar un tratamiento adecuado para el dolor es una de las prioridades en el terreno de la medicina. Pero el dolor crónico supone la necesidad de tomar diariamente medicamentos que no están exentos de efectos secundarios  y que en bastantes ocasiones tampoco resultan tan eficaces como nos gustaría. En dolores de origen lumbar, por ejemplo, los tratamientos no farmacológicos son en ocasiones más efectivos.

¿Qué podemos hacer entonces desde nuestra perspectiva cuando tenemos un dolor crónico? Podemos aprender a convivir con él.  Seguir haciendo nuestras tareas habituales, sabiendo y sintiendo que está ahí, presente en aquella zona que nos duela, pero sin que ello suponga que centremos toda nuestra atención vital en él. Puede parecer una propuesta transgresora pero podemos plantearnos no ceder el terreno de nuestras vidas al dolor:  no negarlo, no combatirlo, simplemente dejarnos acompañar por él sin darle protagonismo alguno hasta que nuestro cerebro, lo “desaprenda”, lo deje de asociar, y lo deje ir. No es un camino fácil ni corto, pero  igual merece la pena recorrerlo, con el aliciente de que está en nuestra mano. Por lo menos, es un enfoque que conviene considerar durante unos minutos, y probar.

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