Nire gorputzak ez dizkit atsekabe asko eman. Ez naiz auzoko inbidia izan, baina ez dut nire gorputza ukatzen.
Betidanik zaindu izan naiz, gu geu ez bagara zaintzen, nork zainduko gaitu? Ariketa fisikoa ere gustora egiten dut eta bere onurak nabaritzen ditut.
Ez dut ariketa espezifikorik egiten, ezta goi mailako entrenamendurik. Denetariko elikadura bat daramat.
Gauzak ondo egiten saiatu naiz, gozatzen. Ohitura osasuntsuak sartzen eta ariketa fisikoa egiten jarraitzen dut. Denok dakigu elikadura osasuntsu bat eramatea zer den eta ariketa fisikoaren garrantzia. Gure helburuak lortzeko borondateaz gain, esfortzua ere eskatzen du.
Gure gorputzarekin hobekien elkarbizitzen ikasi behar dugu, egoera desberdinei moldatzen eta gertatzen zaizkigun egoerak gainditzen.
Momentuz, ez dut gaixotasun larririk. Fisikoki, ez dut asko sufritu. Gehiengoek, ez dugu gorputz perfekturik, batzuetan kilo batzuk soberan ditugu…Gure onena emateko, barrutik eta kanpotik ondo egon behar gara, gure gorputza eta gure burua ondo egon behar dira.
Gaur egun asko entzuten da: Nahi baduzu, ahal duzu, egia da, baina gure mugak zein diren jakitea ere oso garrantzitsua da.
Ez ahaztu gure gorputza eta gure burua elkarrekin doazela. Gure buruak zerbait egin dezakegula esaten badigu, baina gure gorputzak ezin badu, ezin izango dugu lortu eta alderantziz.
Recuerdo, confieso o declaro (como prefieran) que mi cuerpo no me ha dado muchos disgustos, nunca he sido la envidia del barrio pero en absoluto reniego de él, salvo en momentos de sueños inalcanzables o por imperativo ilegal. Con mi yo interior… ahí ando, me defiendo, como con mi exterior, en busca del ansiado equilibrio.
Creo que no he sido muy exigente con él o con ellos, nos hemos cuidado, ¡por la cuenta que me tiene¡ Es muy cierto que si no empiezas a cuidarte tú ¿quién lo va a hacer? Me ha encantado y me gusta hacer ejercicio. Más bien era y sigue siéndolo, jugar. Siendo niña, en mi generación la asignatura de gimnasia era una “maría”, junto con la de pretecnología y alguna otra que eran las únicas que no suspendía. El deporte no era ni un futuro, ni una buena salida para dedicar nuestra vida a ello, como con la música, sin embargo con o sin aptitudes y siempre con actitud positiva, he hecho ejercicio de forma continuada y más o menos organizada sin saber siquiera que la actividad física que hacía era beneficiosa para mí. Ahora resulta que hacer deporte además de casi imprescindible es toda una ciencia y una feliz lotería si naces con algún don en alguna disciplina. Pero seguro que con don o sin él, con mucho esfuerzo y trabajo.
No he llevado un entrenamiento muy específico ni de alto rendimiento, más bien intuitivo y de andar por casa. Con respecto a la alimentación, ha sido como la de la mayoría de los ciudadanos de mi quinta, de todo un poco. De pequeña lo típico, que no me gustaba la verdura e incluso llegué a comer dos huevos fritos por la noche y un poco de vino de porrón.
Por lo demás con lo heredado, otorgado y trabajado aquí me encuentro en mi mediana edad, a medio camino, me he ido arreglando e intentando hacerlo bien y sobre todo disfrutando. Introduciendo pequeños hábitos saludables a la vida en la alimentación sin abandonar el ejercicio. Más o menos todos conocemos la teoría para llevar esa alimentación sana: comer verduras, dieta mediterránea, variada, cantidades razonables, beber agua (eso que dicen hidratarse), lavarse las manos antes de comer, higiene dental, corporal, menos o ninguna comida con grasas saturadas, menos alimentos procesados, nada de transgénicos… y ejercicio moderado o de alta intensidad según nuestras posibilidades, de forma constante, continuada y con cabeza, sin castigarse. Todo sin sufrir, lo menos posible. Aunque a veces para conseguir objetivos, propósitos saludables es necesario un poco de esfuerzo o una gran fuerza de voluntad.
Nuestro cuerpo. No me negarán Uds. que debemos convivir con él de la mejor manera posible adaptándonos y superándonos con lo que nos toca.
Reconozco que enfermedad grave no tengo que yo sepa y de momento. Físicamente no he sufrido mucho, lo que ayuda bastante y aunque miope de nacimiento no he sido muy consciente de ello hasta que algun@ me llamaba cuatro ojos, pero por lo demás lo normal en estos casos No tenemos la mayoría de los mortales ningún cuerpo 10 pero ahí andamos que si nos sobran unos kilitos, que si ahora ya no puedo hacer esto, que si como esto no es bueno, … Volvemos al equilibrio de las cosas. Estar bien por dentro y por fuera que se dice, cuerpo y cabeza, para dar lo mejor de nosotros y durar y durar en las condiciones óptimas deseadas. Algunos dirán que lo han hecho mejor o peor pero sin obsesionarse.
Mi yo interior. Ahí ya es harina de otro costal. Salud interior. Cómo ejercitarla, la autoestima, lo que sientes, lo que percibes,… es un poco también lo que te ha tocado vivir y lo que vas aprendiendo, más un poco lo que intuyes. Hábitos saludables también: rodearte de buena gente, esparcimiento, orden, estabilidad, cariño …
Hoy en día se lleva el si quieres puedes o tu puedes, que comparto, y es estupendo como lema e impulsor de la vida, nada despreciable, pero supongo que tendremos que ser conscientes de nuestras limitaciones, aunque hoy en día si te pones a pensar sí que es posible el si quieres puedes pero sólo en algunos casos extraordinarios y contados. Pongo un ejemplo: a mis … años y con mi cuerpo, o mi voz no creo que pudiera llegar nunca a ser ni modelo, ni cantante, … por mucho que sueñe con ello. Pero siempre hay un plan B, una aproximación al objetivo, por eso canto en un coro y lo de modelo pues qué sé yo, tal vez a la vejez, viruela. Nunca se sabe es cierto y por si acaso como dijo Picasso que cuando llegue la inspiración me pille trabajando.
Yo aquí estoy separando el cuerpo y la mente pero es evidente que van enormemente juntos, de hecho son todo uno, todo en el mismo paquete. Si nuestra mente no se mentaliza de ponernos en marcha por mucho cuerpo que tengas no hay manera, y si no hay cuerpo preparado y listo por mucho que tu mente quiera y den el pistoletazo de salida tampoco nos moveremos. Un círculo vicioso de esos de la vida misma.
Nieves Lajo