Puedo contaros que mi vida podría haber sido de otra forma, aunque no es así, ya que cuando cumplí 4 años, mi padre murió y tuvimos que mudarnos todos a Madrid, mi madre y mis siete hermanos. Mi madre tuvo que ponerse a trabajar, y nosotros los niños, repartidos. Mis hermanos internos en un colegio y las niñas internas en otro de lunes a viernes durante una dura temporada tanto para mi madre como para nosotros, cada uno lo vivía como le tocaba y podía. No se trata de contaros mi vida que seguro podría ser apasionante, como siento que podría serlo la de cualquier persona, pero si que me crié en un barrio muy muy humilde, de donde recuerdo que siempre quise salir. Quería otra vida, me negaba a creer que por vivir donde me había tocado vivir no podría conseguir lo que sabía que había fuera y que yo quería explorar, y que yo quería vivir. Así que me esforcé por conseguirlo y muy importante, me lo CREÍ. Ardua tarea ya que pasaron 29 años hasta que me fui, (pero me fui) y ahora con 48 años veo que lo que soy hoy, no podría ser sin haber pasado por todo aquello que no quería…..
Las CREENCIAS se instalan en nosotros a partir de un acontecimiento de referencia que, a veces es un shock. Cuando sucede el acontecimiento, le atribuimos un sentido, tal vez arbitrario, pero quizás es el único que se le puede dar en ese momento. Es un aprendizaje que te permite adaptarte para sobrevivir, son como filtros que tenemos entre el mundo y nuestra comprensión de él.
De estas vivencias entre muchas cosas, salió la CREENCIA de que “soy lo suficientemente fuerte y puedo con todo”, de aquí podría sacar muchas cosas positivas, que llamaremos CREENCIAS POTENCIADORAS, como por ejemplo el hecho de tener ese “espíritu de lucha” (es muy cansado, creerme…), que me hace esforzarme y luchar y me cuesta mucho tirar la toalla, en muchas de mis vivencias me ha sido y de seguro será muy útil. Sin embargo, aplicando estas creencias con excesiva intensidad (que también hago), hacen que en ocasiones mi comportamiento sea inadecuado y excesivo como por ejemplo que me cuesta mucho pedir ayuda, incluso excesivo en intensidad, como que asumo responsabilidades en exceso, que no sé decir que no...(estoy en ello…), responsabilidades o roles que no me corresponden o no puedo con ellos, y esto, pesa mucho…(efecto quemada, stress mantenido, etc…). Estos “roles” son comportamientos que posiblemente se deriven de factores externos (trabajo, jefes, presión ambiental, etc..) o propios (si no lo hago yo, quien lo hará?…tengo que hacer lo imposible...). Algunas de estas creencias pueden ser muy radicales y constituir los propios valores, e incluso estar vinculados al nivel de la identidad, por ejemplo de estas vivencias es posible que saque incluso una “guerra” que tengo abierta contra las injusticias (mis injusticias…) como si fuera una de las misiones de mi vida…..
Creo que somos esclavos de nuestras creencias porque no reflexionamos sobre ellas de manera consciente, para nosotros son evidencias y no se cuestionan. Para mi, son una manera de controlar las cosas…..
No veo fácil poder transmitir lo que son las CREENCIAS, seguramente un psicólogo, o un coach lo haría genial, pero me he aventurado a hacerlo yo, porque me apasiona, (y tal vez sea un tanto osada..), cogiendo por aquí y por allí, definiciones de talleres, cursos, libros, blogs, mezclándolo y poniéndolo en mis propias palabras podría resumirlo más o menos así: “Nuestro entorno y los valores llegan a condicionar como actuamos, las creencias forman nuestra manera de ver y entender el mundo, por supuesto desde nuestra perspectiva, y se van generando a lo largo de nuestra vida. Las creencias influirán en que mejores o no en cualquier ámbito de tu vida, por lo que se hace importante creérselo para poder conseguirlo, no bastará solo con el esfuerzo ya que las creencias deciden como actuamos y si queremos cambiar algo, se hace necesario ver de donde vienen y trabajar por cambiarlas en caso necesario”.
Os dejo con una frase del libro del Doctor Miguel Ruiz “los cuatro acuerdos” que a mi me encanta, la verdad que me encanta el libro entero y si no lo habeis leído, os lo recomiendo: “el autorrechazo nace de la imagen (creencia) que tenemos de lo que significa ser perfecto y de la imposibilidad de alcanzar ese ideal…”
Ani Galende
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