Bizitzeak mina egiten duenean, bizitzeko gogorik ez duzunean, etxetik atera nahi ez duzunean edo planik egiteko gogorik ez duzunean, depresioa izan dezakezu.
Depresioa gaixotasun mental bat da, gure ohiko gaitasunekin eta energiarekin jardutea galarazten diguna eta gure familia-bizitza, lan-bizitza eta gizarte-bizitza larriki kaltetu ditzakeena. Normalean, tristura handia, energiarik eza, gauzen oso ikuspegi negatiboa eta lo egiteko, kontzentratzeko edo elikatzeko zailtasunak eragiten ditu, baina koadroa askotarikoa izan daiteke.
Jatorria, nerbio sisteman izan arren, arrazoi zehatza ezezaguna da.
Depresioa gure herrialdean ohikoa dela esan dezakegu. Iraupena aldakorra izan daiteke.
Garaiz diagnostikatzea oso garrantzitsua da. Tratamendu erangikorrak daude, batzuetan sendagaiak (antidepresiboak), terapia psikologikoak, autolaguntza teknikak…
Gai zailak dira, ez dugu erreztasunez hitz egiten. Prozesu luzea da, pazientzia behar dugu, denbora… baina denen laguntzarekin bizitzeko eta mundura indarrez eta ilusioz begiratzeko gogoa lortu dezakezu .
Cuando sientes que no puedes más y sigues a pesar de todo, de no saber cómo, de no tener muchas ganas. Cuando la vida duele y sientes que aprieta o fuerzas tu máquina más de la cuenta. Cuando no eres o no puedes ser consciente y te caes sin poder levantarte. Cuando estás muy cerca de cruzar una fina línea que separa dos lados muy diferentes y todo te supera, dejas de sonreír sintiéndote espectador en un mundo en el que no vas en el mismo sentido, en el que te mueves muy lento mientras todo lo demás va demasiado rápido. Cuando te vas sumergiendo en esa sensación que atrapa y te arrastra hasta ese fondo inmenso, frío, solitario e incomprendido. Cuando entras poco a poco en la tristeza y va pudiendo contigo. Cuando ya no te arreglas para salir porque no te sientes bien y ya no eres feliz. Y un día no puedes levantarte de la cama, te cuesta cada vez más y las lágrimas salen imparables porque no agradeces vivir es cuando empiezas a sentir pensamientos atractivos, destructivos que no te hacen bien. Cuando duele vivir y te dejas llevar por una corriente que va en contra, la depresión forma parte de tu vida.
¿Que es la depresión?
Es uno de los trastornos mentales cada vez más frecuente. Según la O.M.S. (Organización Mundial de la Salud) 1 de cada 5 personas llegará a desarrollar un cuadro depresivo en su vida. Aumenta este número si se añaden otros factores como tener enfermedades o situaciones de estrés. La depresión depende en buena parte del estado de ánimo el cual los sentimientos o la frustración interfieren con la vida diaria. Puede haber un factor genético o puede desencadenarla una serie de hábitos como el alcohol o la drogadicción, pérdidas laborales, personales o el aislamiento social. Es una de esas enfermedades silenciosas que con nuestro ritmo de vida al principio pasa desapercibida. Cada año los diagnósticos aumentan. Algo no va bien en alguien que tiene algún problema de este tipo. No tienen hambre, no duermen, la tristeza es un habitual. Hasta que llega el punto de romperse no eres consciente de que las cosas no van bien. La depresión te mina, te quita seguridad de una manera brutal. Todo te cuesta mucho, demasiado. Es un problema muy serio. A día de hoy puedo decir que no sé que es tener depresión. He tenido momentos de estrés o de dolor por la pérdida pero quizá por mi forma de ser, o a saber por que causa tengo la capacidad de poder levantarme cada vez que me caigo. Quien entra en una depresión no puede hacerlo y es realmente muy duro no solo para quien la tiene, también para quienes quieren a esa persona que sufre. Nadie está exento de cruzar esa fina línea. ¿Qué puede llevar a alguien a querer hacerse daño, a destruirse poco a poco cada día o incluso a llegar a intentar quitarse la vida, que ni siquiera lo que más quiere en el mundo logra hacer que esa persona saque fuerza, para que pueda luchar y poder salir de ese agujero?. Cuando entras en ese estado es difícil salir. Es difícil que esa mirada vuelva a brillar y vibrar con un sueño o meta, pero no es un imposible.
Lo que hoy os escribo es una parte de lo que puede ser tener una depresión. Oír como alguien te cuenta lo que es vivir con ello, como se siente es muy duro. Puede suceder a cualquier edad incluso en niños. En algunos casos, no siempre, la depresión va acompañada de intentos de quitarse la vida. Quiero aclarar, porque es importante hacerlo, que no todo el mundo que tiene una depresión intenta quitarse la vida. El suicidio no es un tema que se hable mucho y tiene una serie de consecuencias potentes tanto a nivel sanitario como económico o familiar. Bien por falta de información y de recursos, es un tema delicado que hay veces en las que parezca que aún a día de hoy es un tema en gran parte tabú. La dificultad para definir el suicidio para su diagnóstico y evaluar correctamente el problema, no ayuda a detectarlo a tiempo para evitar que se lleve a cabo. El suicidio deja una huella que transciende generaciones y es un tema el cual debemos recordar que existe.
Hoy os hablo de dos temas difíciles que duelen mirar, leer o saber. Creo que es necesario hacerlo con mucho respeto, lejos del morbo para mandar todo el apoyo a quienes cada día viven con la depresión y que ojalá se recuperen y vuelvan a mirar a la vida sonriendo. Hablar de ciertos temas pueden ayudarnos a identificar señales, a no dejar pasar según que cosas y nos puede animar a ir al médico para que nos diga si es cansancio o depresión, falta de vitaminas o algún otro problema de salud. Es muy necesario detectar a tiempo el problema para quien está pasando por un momento tan duro. Yo que me sujeto a la vida con ganas y la miro con cierta tristeza por mi realidad y por mi propia vivencia, que haya personas que sufran de esa manera hace que sienta empatía por ellos, por su dolor. Hoy mi post no termina con una frase de película que tanto me gusta e identifica y pone ese toque tan personal mio. Hoy escribo haciendo un llamamiento con una reflexión. Vivimos en una sociedad que hace que nuestro cerebro, nuestro cuerpo y a nosotros mismos nos cueste digerir, asimilar y seguir el ritmo de vida. El estrés y ansiedad son dos conocidos ¿quien no los ha sentido alguna vez?. No somos conscientes de lo fácil que es adentrarnos en una depresión y quien lo sufre no es fácil poder ayudarle. Quizá estemos en un punto en el que tengamos que cambiar nuestra forma de vivir, de sentir, de actuar y reaccionar. No nos damos cuenta de que quienes tenemos al lado quizá esté en ese punto, a ese lado que no es visible ni se puede tocar, pero no por ello es menos real. No somos conscientes de que sin querer podemos ayudar a ser la gota que colma su vaso haciendo ese clic que desencadene en una depresión . Es cierto que no tenemos porqué saberlo si no conocemos a la persona pero quizá bajar el ritmo nos ayude a ayudar.
Tengo una amiga que tras un largo camino está saliendo de esto. Tengo conocidas que están trabajando en camino de poder conseguirlo. La recuperación en este caso no es un proceso rápido con resultados inmediatos. Hay que tener paciencia y sobretodo tiempo, que pase el tiempo con la ayuda de un profesional y si fuese preciso de algún tipo de tratamiento. Pero también hay quien por desgracia no puede salir. Lo importante es detectar a tiempo el problema, diagnosticarlo y poco a poco, paso a paso, con la ayuda de quienes te quieren llegará un día en el que puedas volver a no tener miedo, no te ahogará vivir y volverás a mirar a la vida y al mundo con fuerza.
Nagore Taboada.