Garbiketarekin nahiko zorrotza naiz. Batez ere nire eskuenarekin.
Lo confieso: soy una persona bastante exigente con la limpieza. Soy muy estricta con los lavados de manos y mis hijos suspiran resignados cuando les inspecciono las suyas porque saben que le obligaré a limpiárselas si no están limpias.
Zertara dator hau dena? Nahiz eta gure garbiketa pertsonala mantendu, gure inguruan bakteria “foku” ugari ditugu ohartzen ez bagara ere.
¿Y a qué viene esto? Pues viene porque, a pesar de que seamos muy estrictos con nuestra higiene personal, en ocasiones tenemos cerca de nosotros focos de bacterias en nuestro hogar, y ni siquiera reparamos en ellos.
Ba al dakizue zein diren horietako batzuk??
¿Conocéis cuáles son los grandes focos de bacterias en nuestras casas?
Ordenagailuko teklatua: Garbitzen al duzu teklatua edo arratoia? Esku zikinekin ikutzeaz gain, askotan jaten ari garenaren apurrak ere erortzen zaizkigu. Konponbidea xurgagailu batekin pasatzea, teklatuari buelta ematea, alkohol pixkatekin garbitzea izan daiteke.
El teclado del ordenador: sí, seguro que en tu casa tienes un ordenador, ya sea de sobremesa o portátil. ¿Sueles limpiar su teclado? ¿Y haces lo mismo con el ratón? En la mayoría de las ocasiones la respuesta es que no. Y el hecho de tocar nuestro teclado con las manos sucias, comer algo mientras trabajamos y que caiga alguna migaja encima (confiésalo, tú también lo has hecho), convierte a nuestro ordenador en un foco de bacterias mayor al de…. ¡¡un inodoro!! ¿La solución? Un poco de aire a presión o un aspirador (voltear el teclado también es buena idea), una brocha fina y un trapo humedecido al que le echaremos un poco de alcohol, serán suficientes. Recuerda que tu ordenador, además de antivirus…… necesita antibacterias.
Sukaldeko espartzua: Ondakinez gain, etengabeko hezetasuna dago bertan, beraz bakteriak ugaltzeko toki aproposa da. Sukaldean erabiltzeko dugun trapu horiarekin gauza bera gertatzen da. Egosiz gero, ez ditugu bakteria guztiak desagertarazten. Egokiena, maiz aldatzea da.
El estropajo de cocina: sí, eso seguro que todos lo intuimos. Y es que un objeto con el que continuamente estamos limpiando restos de comida y que encima está en constante humedad, es el lugar idóneo para que se reproduzcan las bacterias. Hay quien utiliza métodos caseros para eliminar las bacterias, como hervirlos, pero eso no supone ninguna garantía contra las bacterias más resistentes. Yo desde luego considero que el mejor método que podemos utilizar es reemplazarlos muy a menudo. Por cierto, el mismo problema tiene es famoso trapo (normalmente amarillo) de cocina, que utilizamos para secar la fregadera y sus aledaños, con el agravante de que con él limpiamos o secamos la encimera de la cocina, la vitrocerámica o el hule de nuestra mesa, extendiendo nuestro foco de bacterias a toda pastilla por nuestra cocina. De hecho, ya lo decía ese dicho popular con un poco de humor aquello de : “El trapo de la Benita pone más m….. que quita”. Solución: acortar su vida útil y cambiarlos muy a menudo. Por cierto, fijaos en las pescaderías, carnicerías, charcuterías de la mayoría de las grandes superficies y no los veréis; están prohibidos precisamente por lo que comentábamos antes.
Kumuneko belakia: Etengabeko hezetasuna, beroa eta ondakin organikoak elkartzen dira bertan, beraz bakteria eta onddoentzat oso toki aproposa da.
La esponja del baño: no en todas las casas se utiliza, pero tiene el mismo problema que el estropajo de la cocina. Se mezclan restos orgánicos con un entorno de mucha humedad y calor y las bacterias y los hongos proliferan por doquier. Yo desde luego no las utilizo jamás, ya que lo único que hacen es extender bacterias por nuestro cuerpo. ¿La solución? Pues agua y jabón, no hace falta más para lavarse adecuadamente.
Hortzetako eskuila: Maiztasunez aldatzea komeni da.
El cepillo de dientes. Pues sí. Si lo pensamos detenidamente, el cepillo de dientes convive con los tres factores de los que hablábamos en los puntos anteriores: restos orgánicos, humedad y calor. ¿Cómo debemos proceder con él? Pues lo primero que deberíamos hacer, tras utilizarlo, es limpiarlo bien con agua para retirar las impurezas que hayan podido salir de nuestra boca. Lo ideal a continuación es sumergirlo en un enjuague bucal antibacteriano, vinagre blanco o agua oxigenada tal y como nos comentaba Elena en este post. Una vez hecho esto, es mejor no taparlo, sino dejarlo que se seque al aire, a poder ser de pie, y sin estar en contacto con otros cepillos de dientes (así evitaremos la contaminación cruzada). Y lo más importante: reemplazadlo con asiduidad. Por higiene y también porque los cepillos pierden su poder limpiador.
Ez ahaztu eskuak maiz garbitzea infekzio desberdinak ekiditeko.
En definitiva, evitemos o controlemos estos focos de bacterias. ¡Ah! Y no os olvidéis de lavaros periódicamente las manos. Así evitaremos la posibilidad de transmisión de enfermedades a otras personas, así como provocarnos infecciones a nosotros mismos, ya que involuntariamente, a menudo nos llevamos las manos a los ojos, la nariz o la boca con las manos no demasiado limpias y podemos favorecer la aparición de infecciones.
Así que acuérdate…… ¡¡¡agua y jabón molan mogollón!!!
Esti Gamboa